El Monte Everest está a punto de ser testigo de una hazaña que puede ser histórica. Al menos del intento, ya que el alpinista alemán Jost Kobusch se está preparando a conciencia para llevar a cabo un reto que no se había producido en las últimas tres décadas. Una empresa que han calificado de salvaje, más propia de otros tiempos.
Sin embargo, Kobusch está decidido a llevar a cabo su aventura con el mayor éxito a pesar de que está repleta de muchos riesgos, quizás más de los que Jost hubiera podido prever antes de ponerse frente a frente con la montaña más alta del planeta. Los casi 8.849 metros de esta majestuosa maravilla de la naturaleza no constituyen el coloso más peligroso del mundo, pero sí un lugar singular donde los peligros acechan.
No obstante, la cosa cambia cuando el reto es el de hollar su cima en unas condiciones tan extremas como las que se va a encontrar el deportista alemán. Así es como se presenta un nuevo reto que tiene como protagonista a la cima más icónica del planeta, un hito que podría cambiar la historia del alpinismo reciente.
El reto de Kobusch
Jost Kobusch comenzó hace semanas a preparar un reto que puede marcar su vida para siempre. De hecho, ya ha llegado al campo base del Everest, la primera estación de su viaje. Este deportista alemán tiene en mente hacer cima en la montaña más alta del mundo, pero en invierno, algo que no sucede en los últimos 28 años. Unas cifras que hacen entender la importancia y el riesgo que está a punto de correr.
Se trata de un reto al que se le podrían añadir los calificativos de salvaje o extremo. En definitiva, de otro tiempo. De momento, se ha confirmado la información que apuntaba a que Jost ya está en el campo base de la montaña más importante de la cordillera del Himalaya. Así lo corroboraba Rishi Bhandari, director de la compañía organizadora de la expedición con la que pretende hacer historia este atleta alemán.
En su aventura, la cual pretende llevar a cabo en solitario y con las peores condiciones climatológicas posibles, muy alejado de meses mucho más cómodos como marzo o mayo, cuando salen la mayoría de las expediciones, Jost irá sin oxígeno suplementario, añadiendo todavía más riesgo a una aventura que tiene pendientes a los mayores expertos de todo el mundo.
Tan particular es su reto que, tal y como ha anunciado el funcionario del Departamento de Turismo de Nepal, Bhishma Raj Bhattarai, el de Kobusch es, hasta la fecha, el primer permiso de escalada que se ha tramitado en la temporada de invierno, la cual arranca en diciembre y termina en el mes de febrero. Una época en la que se esperan rachas de viento extremadamente fuertes, con temperaturas que rondan los 40 grados bajos cero, aunque pueden llegar incluso a los 60. Una auténtica barbaridad que Jost está dispuesto a soportar por cumplir su sueño.
Una aventura desconocida
La ambición sin límites de Kobusch van más allá de perseguir un reto que lleva sin conseguirse los últimos 28 años. Además, Jost quiere hacer cima por una vertiente que todavía no ha sido conquistada de manera oficial. Así lo ha confirmado Bhishma Raj Bhattarai, quien ha anunciado que Jost se adentrará en su andadura por la cresta suroeste mediante un trazado por el que todavía no ha habido éxitos hasta la cima.
Las principales dificultades de intentar este reto residen en los depósitos de nieve propios del invierno y que hacen que la escalada sea más desafiante y arriesgada que en la temporada de primavera. El gobierno de Nepal asegura que solo un total de doce personas han sido capaces de completar, por diferentes rutas, la hazaña que persigue Jost, llegar en invierno hasta la cima desde el lado nepalí. Nueve japoneses, dos polacos y un nepalí a los que ahora podría unirse un alemán.
De hecho, el japonés Shinsuke Ezuka fue el último montañero capaz de hacer cima en invierno. Fue un 20 de diciembre de 1993, solo trece años después de la primera escalada invernal con éxito. En aquella ocasión fue Krzysztof Wielicki quien completó la hazaña en febrero de 1980. El reto de escalar la montaña más alta del mundo en las condiciones más difíciles ha tenido muchos aspirantes, pero pocos triunfadores. Jost podría ser el siguiente.
Para completar su viaje, el propio Kobusch ha confirmado cómo de especial será su estancia en el Monte Everest: "No habrá un campamento base clásico este año. Así que no habrá campamento con cocineros, una carpa para comer o una carpa para cocinar; solo mi pequeña carpa. Esto significa mucho menos equipo". Y mucho más esfuerzo y mucho más riesgo, pero también valor y mérito.
Periodo de aclimatación
Lógicamente, Jost no ha comenzado ahora su aventura, sino que la inició en el mes de noviembre, cuando llevó a cabo la parte más exigente de su programa de aclimatación. Ha permanecido en Nepal durante semanas y ha escalado el Purnbung, una montaña de la zona de unos 6.000 metros de altitud. Así celebraba en sus redes sociales sus pasos hacia delante: "Después del exitoso primer ascenso del Purbung, ¡continúo hacia Lukla! ¡Everest, aquí voy!".
El escalador alemán ya intentó llegar a la cima del Monte Everest la pasada campaña, pero tuvo que desistir en su intento debido a las malas condiciones. Llegó hasta los 7.329 metros de altitud, pero tuvo que decir adiós mientras se encontraba inmerso en una expedición que coincidió con la del español Alex Txikon que llevaba a cabo una aventura paralela y que tampoco llegó a la cima. Ahora Jost se prepara para hacer historia.
[Más información: Marc Batard, el héroe del Everest y su nueva vida: una ruta para luchar contra la mortalidad]
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