Los últimos siete días han sido, probablemente, de los más difíciles para Lewis Hamilton (Stevenage, Reino Unido; 1985) en lo que a su carrera profesional se refiere. Perder en la última vuelta de Abu Dabi su octavo Mundial de Fórmula 1, histórico por superar a Michael Schumacher, fue duro y desde su entorno señalan que tardará en superarlo. La decepción es tal que ha vuelto a salir a la palestra la opción de retirarse.
Antes del Gran Premio de Yas Marina, antes incluso de reducir su ventaja con Max Verstappen, Hamilton renovó su contrato con Mercedes. En verano puso fin a un culebrón que amenazaba con terminar una de las mayores trayectorias, sino la mayor, de toda la historia de la Fórmula 1. Firmó hasta 2023 como muestra de lo buenas que eran sus relaciones con Mercedes.
Desde entonces, toda esta guerra contra Red Bull y Verstappen no ha hecho más que afianzar el 'matrimonio' entre escudería y piloto que hizo amagos en el pasado de romperse. Es lo que tienen las relaciones tan duraderas, teniendo en cuenta que están a punto de cumplirse nueve años desde que unieran sus caminos. Pero a nadie se le escapa que Hamilton será a partir de 2022 el segundo piloto más veterano (36 años) de la parrilla solo por detrás de Fernando Alonso (40).
Hamilton ya admitió tiempo atrás que la idea del retiro había pasado muchas veces por su cabeza. Toto Wolff, jefe de Mercedes, ha sido el encargado de sacar a la luz que el piloto británico ahora también pasa por una de esas etapas en las duda sobre si seguir: "A nivel humano es extremadamente difícil porque es muy decepcionante. Nos encanta este deporte, y de repente empiezas a cuestionarte cosas", decía esta semana.
Creo que como corredor su corazón dirá: 'Necesito continuar'
"La F1 es un microcosmos del que hemos formado parte y en el que hemos creado valores y creencias. Muchos de esos valores y creencias fueron pateados el domingo". seguía el austriaco. "Así que espero que Lewis continúe compitiendo porque es el mejor piloto de todos los tiempos. Cuando lo miras desde el punto de vista de las últimas cuatro carreras, fue dominante, ni siquiera había duda de quién ganó la carrera. Y eso fue digno de ganar el Mundial", señalaba Wolff.
"Así que trabajaremos en los eventos durante las próximas semanas y meses. Creo que como corredor su corazón dirá: 'Necesito continuar'. Porque está en la cima de su carrera, pero tenemos que superar el dolor que se le causó el domingo; también porque es un hombre con valores claros y es difícil entender lo que sucedió", acabó su último speach sobre lo duro del golpe de lo ocurrido en Abu Dabi.
Relación tensa con la F1
Es difícil, por tanto, pensar que Hamilton pueda no subirse al asiento de uno de los dos Mercedes el año que viene. Primero porque tiene contrato por dos años más y segundo porque, además de tener el reto de ser el piloto de F1 con más Mundiales, ahora en la fábrica de Brackley tienen la necesidad de vengarse de Red Bull el año que viene.
Lo que está claro es que las relaciones entre Hamilton-Mercedes y la Fórmula 1 (o la FIA) están en un punto crítico. Así se demuestra con las ausencias de Lewis y Toto en la gala de la F1 tras acabar la temporada y en la que Verstappen recogió su título como campeón del mundo y también Mercedes hizo lo propio con el de constructores.
Para la F1 no hay duda de que la baja de Hamilton sería un duro palo. No hay dudas de que, actualmente, es el piloto más mediático de todos y sin él el espectáculo no se entiende igual. El retiro del siete veces campeón del mundo es un arma para forzar un cambio, pero ¿y si desde la organización nadie cede para arreglar esto?
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