Hablar de wrestling (pressing catch, como algunos todavía lo recuerdan en España de su era dorada) es hacerlo de la empresa que durante décadas ha sido la más grande del sector: la WWE. Pero ni siquiera un gigante como este es capaz de soportar, sin tomar medidas, los golpes de la pandemia. Los datos hablan por sí solos y en 2021, el año que está a punto de acabar, se ha batido un récord de luchadores despedidos.
La plantilla de WWE es muy amplia. La empresa cuenta con cuatro 'divisiones' (RAW, SmackDown -las dos principales-, NXT y NXT UK -división europea-) y cuenta con hasta 216 supestrellas (la mayoría luchadores, pero también comentaristas y demás) en su plantilla, tal y como se refleja en su página web. El número aumenta con talentos que tiene en su programa de desarrollo antes de darles paso a una de las divisiones.
El gigante del wrestling lo es a todos los niveles y en los años previos al inicio de la pandemia se encargó de formar uno de los mayores rosters (en cantidad y en calidad) de la historia del deporte de entretenimiento. Pero el Covid ha hecho estragos. Los hizo en 2020, pero también en un 2021 donde no se ha alcanzado esa normalidad plena. Sin ir más lejos, no se volvió a contar con público en las arenas hasta el pasado 16 de julio.
Así se han pasado de los 51 luchadores que fueron despedidos en 2020 a los 81 del 2021. Una cantidad que, si se suma al talento bajo contrato actual, supondría un 36,6% de esta. Decir que este, lógicamente, no es el porcentaje real de incidencia de los despidos puesto que a lo largo del año también se han contratado a otros luchadores. Eso sí, estos tampoco alcanzan el número de los que se han ido.
Los despidos, en su mayoría, son parte de la política de ajustes presupuestarios y sin ellos no se entendería que la WWE llegara a los 116,5 millones de dólares de beneficio en los nueve primeros meses del 2021 (enero-septiembre). En la lista se encuentran nombres ilustres de la compañía como Big Show, Ric Flair o Jeff Hardy (este por negarse a pasar por rehabilitación), estrellas del presente como Braun Strowman o Bray Wyatt y talento latino como Andrade o Kalisto.
A-Kid, el primer español en pelear en la empresa, sigue bajo nómina y como una de las grandes superestrellas de NXT UK.
El negocio de la WWE llevan décadas funcionando y lo sigue haciendo en tiempos de pandemia pese a tener que realizar algunos ajustes. Su secreto es que nunca para, como se vio en los meses más difíciles de la pandemia en los que se erigió como la única gran compañia deportiva que siguió con su calendario de televisión. Lo hizo sin público por primera vez en su historia, pero dando con una fórmula que aguantara el chaparrón.
Gran apuesta en Navidad
Esta Navidad, si bien ómicron lo amenaza todo, el show continúa. El día 24 de diciembre se emitió el programa semanal de SmackDown y se hará lo propio el 31. Un programa como siempre, con la única diferencia de ser grabado en lugar de emitirse en directo para dar así vacaciones. asus luchadores para estar con sus familias en fechas tan señaladas.
Con las familias reunidas en casa, WWE gana en audiencia y este año redobla su apuesta con un show especial. La compañía prepara arrancar el año con un PPV, uno de sus grandes eventos mensuales. WWE Day 1 será el nombre de un show de pago por ver para el 1 de enero en el que sus principales estrellas se subirán al ring: desde la 'Bestia' Brock Lesnar, que se medirá al campeón Roman Reigns, hasta el mítico Edge, que se enfrentará a The Miz, uno de ls grandes rostros de la empresa de la útima década.
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