Alex Txikon está inmerso en una aventura tan espectacular como peligrosa. El alpinista vasco, habitual de estas andanzas por las montañas más colosales del mundo, quiere llevar a cabo con éxito el proyecto de alcanzar la cima de uno de los ochomiles más impactantes del mundo, el Manaslu.
Esta montaña de la cordillera del Himalaya será el territorio de su gran hazaña, la cual peleará en unas condiciones realmente complicadas. El reto de Txikon y todo su equipo es hollar la cima de este coloso en la temporada de invierno. Una batalla contra la pura resistencia humana y contra las inclemencias del tiempo que ya está causando estragos en su camino hacia el triunfo.
De momento, Txikon no pierde la ilusión ni las ganas de llevar a cabo su empresa a pesar de que en las últimas horas, los planes se han torcido un poco. Es lo que tiene intentar avanzar entre nevadas que dejan más de un metro y medio de espesor y que dejan casi inhabitable el campo base, la zona en la que deben refugiarse de este tipo de inclemencias antes de comenzar cada una de las escalas de su aventura.
Luchando contra el temporal
En las últimas horas, Alex Txikon, que está transmitiendo su viaje a través de sus redes sociales junto a todo el equipo que le acompaña, ha anunciado que por fin, después de un sinfín de horas de intensas nevadas, el terrible temporal que les ha colapsado ha amainado. Ha vuelto a salir el sol en el Manaslu y han podido empezar a hacer los trabajos que necesitan para volver a acondicionar el campo base, lugar que ha quedado casi inhabitable.
Cielo azul y rayos de sol después de casi 72 horas de nevadas ininterrumpidas que han generado un caos importante en su proyecto de llegar a la cima del Manaslu en un invierno que de momento no le está dando mucha tregua. Sin embargo, las malas noticias para Txikon y todo su equipo no solo han sido las nevadas, sino la cantidad de trabajo que ahora mismo les queda por delante antes de volver a emprender su marcha.
"Después de tres días sin parar de nevar hoy por fin ha parado y salido el sol. Y aunque pueda parecer que ya podemos ponernos en marcha, nada más lejos de la realidad. Tenemos por delante mucho trabajo en el Campo Base para volver a hacerlo habitable y seguro, pues hay más de 2 metros de nieve. El trabajo será muy duro por la enorme cantidad de nieve acumulada. Pero estamos a tope, trabajando en equipo y muy felices de volver a poder despedir el año desde el Himalaya".
Sin duda, va a ser una Nochevieja y un Año Nuevo diferente, aunque no para un Alex Txikon que vive por y para este tipo de retos y que no tiene pensado tirar la toalla en su lucha contra el invierno del Manaslu. Una batalla contra las grandes ventiscas y las gigantescas avalanchas cuyas ondas expansivas han rozado el Campo Base.
"Las tiendas están aguantando muy bien pese a que hay más de metro y medio de nieve. Tendremos que empezar de cero abriendo huella y marcando todo con bambús. El temporal se ha llevado por delante todo el trabajo hecho. Está claro que el Himalaya en invierno no es un juego y requiere mucho curro y estrategia". Esto afirmaba hace solo unos días, antes de poder disfrutar de nuevo de la salida del sol.
El reto de Txikon
Alex Txikon y todo su equipo tienen un impresionante reto por delante en el Manaslu. Sin embargo, su viaje no está exento de dificultades como estas que han atravesado durante los últimos días y que les han obligado, tanto a él como a su compañero Iñaki Álvarez, a retroceder cuando se encontraban entre el Campo Base 1 y 2. "Somos perfectamente conscientes de que va a ser una dura pelea". Esto afirmaba una de las personas de su entorno más cercano para explicar la dureza a la que se están enfrentando.
Sin embargo, tanto Alex como todo su equipo celebran el hecho de haber trabajado de una manera excelente en el momento adecuado para no haber visto arruinada su empresa antes de tiempo: "Todo el trabajo que hicimos al principio está dando sus frutos. Siempre he dicho que montar un buen campamento base es la clave y se está viendo que es así. De no haber trabajado bien estaríamos en otra situación ahora mismo".
El escalador vizcaíno está contando con el apoyo más directo de Iñaki y de su otro compañero de cordada, el alpinista italiano Simone Moro. Junto a ellos han viajado también el líder del Campo Base Eneko Garamendi y el fotógrafo Sendoa Elejalde. El reto del trío de expertos no es otro que alcanzar los 8.163 metros de altitud que tiene el Manaslu, algo que no ha sido conseguido por una expedición puramente invernal.
La estrategia principal era viajar hasta Katmandú para llevar a cabo su propia aclimatación y poder recibir al invierno ya en el Campo Base, en lugar de ser sorprendidos en el inicio de su viaje. Tras pasar el invierno en esta montaña el pasado año, se dieron cuenta de que era imprescindible ganarle días al calendario y empezar lo antes posible para evitar las copiosas nevadas que deja el avance de la estación.
El Campo Base se encuentra a unos 4.900 metros de altitud y la idea a seguir, al menos en el inicio de la aventura, era optar por la ruta clásica de la manera más rápida posible, aunque como Alex ha afirmado siempre, no es hasta encontrarte con la montaña cuando realmente puede trazar la estrategia correcta.
De momento, las fechas se han retrasado sensiblemente por estas enormes nevadas caídas en los últimos días, pero la intención sigue siendo que la expedición alcance su éxito en menos de dos meses. Lo importante es que el ánimo en el campamento sigue siendo alto a pesar de la odisea que han vivido en los últimos días.
[Más información: El Everest, ante el reto más salvaje: Jost Kobusch y su ascenso invernal sin oxígeno y en solitario"]