Nils Van der Poel ha dejado uno de los gestos más impactantes que se recuerdan en relación a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022. Este patinador sueco, muy comprometido con las luchas sociales y con la defensa de los derechos humanos en los últimos tiempos, ha hecho historia a través de una medalla.
Muchos atletas se pasan años entrenando y preparándose para poder llegar a unos Juegos Olímpicos y tener la opción de luchar por una presea. Nils lo hizo y lo consiguió. Llegó a Pekín y se colgó el metal dorado del cuello tras una actuación portentosa en las pruebas de patinaje de velocidad. Sin embargo, después de haber cumplido con su reto y con su objetivo, ha hecho algo que ha sorprendido al mundo.
Este atleta sueco ha decidido regalar su medalla de oro ganada en China y todo para protagonizar una afrenta ante el gobierno del país. Un gesto para desafiar a todas las autoridades, ya que el destinatario ha sido un preso político del régimen asiático. Una historia que marca sin duda la implicación que tiene Nils con este tipo de temas, ya que ha entregado su mayor premio a una persona que ni siquiera conoce personalmente solo por hacer visible la persecución que reciben algunas personas en el país.
Un reproche tan inusual como acertado, ya que Nils y Gui Minhai se han convertido en un reclamo mediático y en la imagen de una lucha que pretende visibilizar una situación ante la que ya muchos países realizaron sus denuncias públicas. Ese famoso boicot a los JJOO de Invierno liderado por estados como Reino Unido o los Estados Unidos sigue su curso y Nils se ha convertido en la persona que más lejos ha ido.
El plan de Nils
Lo más llamativo en el caso de Nils van der Poel no es solo el final, si no el camino. Este patinador sueco tenía la intención de elevar su protesta contra el gobierno chino y para eso se preparó a conciencia. Años de entrenamientos y de sacrificios para poder vencer en su prueba fetiche y así poder llevar a cabo su plan: humillar al gobierno regalando una de sus preseas a un preso político. En su propia casa y con sus propios metales.
Es el verdadero valor de su acto, que no se lo planteó solo después de ganar, sino que ese fue el motor auténtico de su puesta a punto durante la recta final de su preparación para llegar a los Juegos. Quería ganar para poder llevar a cabo su propósito y enseñarle al mundo una situación que ahora mismo defiende a ultranza.
Después de celebrar su victoria en la prueba de patinaje de velocidad de los 10.000 metros sobre el podio de Tokio, Nils decidió cuál iba a ser el destinatario de su presea. Tal y como revela New York Times, sería Gui Minhai, un editor de libros encarcelado en China y considerado como un preso político. Un golpe de efecto contra el gobierno asiático a nivel mundial. Su idea con este gesto no es otra que denunciar la feroz represión del gobierno chino contra la libertad de expresión, la disidencia y las minorías étnicas.
Nils cumple su propósito
Este patinador sueco que está siendo protagonista en todo el planeta programó un encuentro con la hija de Gui Minhai, a quien entregaría esta medalla de oro de manera simbólica para denunciar la situación que vive su padre. Este editor, de nacionalidad sueca, como Nils, pero de origen chino, terminó en prisión por publicar libros que criticaban al régimen chino y que denunciaban algunas de sus malas artes llevadas a cabo desde el poder.
Gui se encuentra cumpliendo una condena de diez años de prisión y a Nils le pareció el caso perfecto para elevar su protesta. Un gesto que ha sido definido como hábil y de mucho éxito teniendo en cuenta lo ingenioso de su plan. Durante la celebración de los JJOO de Invierno ha habido muchos gestos y alguna que otra reivindicación política. Sin embargo, la de Van der Poel ha sido la más audaz con diferencia.
A pesar de la repercusión que ha tenido su gesto, Nils no ha querido ser hipócrita y sabe que aunque su desafío es grande, Gui Minhai no será liberado ni su condena será reducida. Por eso cree que hay que seguir luchando para seguir poniendo luz a esta oscuridad que lleva décadas produciéndose.
Nils ha organizado una pequeña ceremonia para darle su medalla a Angela, la hija de Gui, que se encuentra en Cambridge. Ha sido su manera de escenificar ese apoyo a su padre y a todas las peronas que se encuentran presas por la situación que ha impuesto a base de fuerza el gobierno chino de Xi Jinping.
El patinador más inconformista
Tiempo después de que China fuera elegida para organizar los JJOO de Invierno, Nils tuvo claro que si era capaz de obtener una plaza y conseguía una medalla, tenía que hacer algo para criticar la situación actual y darle visibilidad a un problema que viven muchas personas en un estado como el que organizaba la cita olímpica. Sin embargo, no han sido solo las injusticias que se viven en China las que han radicalizado su comportamiento.
El sueco siempre ha sido conocido dentro del patinaje de velocidad por sus duros y exigentes métodos de entrenamientos y por sus polémicas con algunos de sus rivales. Se puede decir que es una persona sin pelos en la lengua. Nils afirma que puede parecer surrealista regalar aquello por lo que ha luchado toda su vida. No obstante, ha descubierto cómo hacerlo le ha dado más valor al viaje que a la propia meta.
Además, cuenta que no quiso desvelar su plan por miedo a que le pudiera pasar algo durante su estancia en China. Tampoco quería perturbar la tranquilidad de la villa olímpica o que su conducta pudiera entorpecer el camino de otros compañeros y rivales. Por si esto fuera poco, consiguió cerrar su acuerdo con Angela Gui, quien se tomó su gesto como un homenaje a su padre, pero también a los presos políticos como él, muchos de los cuales son hongkoneses y uigures.
Después de sus duras sesiones de entrenamientos que incluían salidas de más de siete horas en bicicleta y ejercicios en circuitos interminables de patinaje, Nils ha descubierto un mundo nuevo tras su implicación política. Esta se potenció el pasado mes de noviembre, cuando conoció el caso de Gui Minhai a través de Civil Rights Defenders. Se trata de un grupo con sede en Estocolmo que informa a los atletas suecos antes de los eventos internacionales sobre cómo son los países en los que se celebran, haciendo hincapié en aquellos que tienen un historial preocupante de vulneración de los derechos humanos.
Gui fue arrestado por agentes de seguridad en 2018 mientras realizaba un viaje en tren para hacerse un chequeo médico y 24 meses más tarde fue condenado a 10 años de prisión. Su delito había sido pasar información del gobierno chino a través de sus libros a viajantes extranjeros. Después de conocer su historia, aterrizó en Pekín para batir su propio récord mundial en los 10.000 metros, superando al segundo clasificado por casi 14 segundos. También se llevó otra medalla de oro en la carrera de 5.000 metros.
Resta por saber qué opina China de este gesto después de que sus Juegos Olímpicos hayan supuesto la presentación como un modelo de éxito de su sistema político basado en el control centralizado. Algo que ellos califican como eficiente, disciplinado y seguro. Nils celebra haber contado con el apoyo del Comité Sueco en su plan y también espera algún día recuperar su medalla. Quizás cuando el último preso político en China sea por fin liberado.
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