La guerra no entiende de clases sociales y en Ucrania se han unido a las fuerzas militares desde civiles anónimos hasta los más grandes deportistas del país. Dos de ellos son boxeadores y hasta el estallido del conflicto eran considerados como dos de las grandes potencias: Vasyl Lomachenko y Oleksandr Usyk. Su historia va unida por mucho más que sus éxitos en el deporte y su toma de las armas.
A Lomachenko y Usyk les une una amistad que perdura con los años. Tanto es así que se acompañan en las peleas del otro y entrenan juntos. Todo comenzó en el equipo olímpico ucraniano y fue seguido por sus conquistas de los campeonatos mundiales y por su valentía, ahora, para enfrentarse a las tropas rusas en su país.
Lomachenko (Ucrania, 1988) ha querido defender su casa. El púgil se estaba entrenando en Grecia para preparar una pelea pactada para el 5 de julio ante George Kambosos, campeón de peso ligero de la WBA (Super), IBF, WBO y de la revista The Ring. Pero hizo un stop para unirse al Batallón de Defensa Territorial Bélgorod-Dniéster, que actuará en la zona en la que se encuentra su pueblo natal, Odesa.
Usyk (Crimea, 1987) también se estaba preparando, en Londres en su caso, para la revancha por los títulos unificados de pesos pesados contra Anthony Joshua, al que venció en septiembre de 2021 para coronarse campeón. La pelea debe tener lugar entre mayo y junio, pero actualmente Usyk ya está en las filas de la Defensa Territorial de la capital y la región de Kiev.
A ambos se les ha visto en las redes sociales vestidos de militares y portando las armas con las que defenderán su país si es necesario. En Ucrania solo sienten orgullo por sus campeones: "Estamos muy orgullosos de nuestros boxeadores, nuestros verdaderos campeones en el boxeo y campeones en esta guerra", dijo Nikola Kovalchuk, presidente de WBC Ucrania. "Estamos orgullosos de ser ucranianos", agregó.
Lomachenko es considerado el mejor boxeador amateur de todos los tiempos con un récord de 396 victorias y una sola derrota, ante Albert Selimov, y como profesional ha sido campeón mundial en tres pesos (pluma, superpluma y ligero). Usyk, con una carrera también gloriosa en amateur, está invicto como profesional (19-0) y ha unificado los títulos mundiales de peso crucero y de peso pesado.
Su relación de amistad
Casi 500 kilómetros les separan a estos dos amigos que luchan por una causa en común tras toda una vida haciendo lo mismo en un ring de boxeo. Quien les presentó fue Anatoly Lomachenko, padre de Vasyl, que fue entrenador del equipo olímpico ucraniano. Los dos púgiles coincidieron desde muy jóvenes en las concentraciones y formaron parte de las expediciones de los Juegos Olímpicos de 2008 y 2012.
En Pekín 2008, Lomachenko se hizo con el primero de sus dos oros olímpicos, este en peso pluma. A Usyk no le fue tan bien en aquella cita, pero sí cuatro años después en Londres 2012 al convertirse en campeón olímpico del peso pesado. Lomachenko repitió victoria, esta vez en el peso ligero. Después de saborear el mayor de los metales juntos, dieron el salto al profesional con solo un mes de diferencia.
Oleksandr Usyk, a la izquierda, y Vasyl Lomachenko, en el centro, como campeones mundiales
En esta nueva etapa, Vasyl siguió con su padre como entrenador, pero Usyk encontró un nuevo equipo. Eso no significó que Oleksandr no se apoyara en los Lomachenko cada vez que tenía una velada importante. Lo normal es ver al uno acompañar al otro cuando tienen una gran pelea, sea acompañando al ring (como hizo Usyk con Vasyl en 2019 en su pelea contra Luke Campbell) o en primera fila del recinto (como estuvo Vasyl en la pelea de Usyk contra Joshua).
Somos grandes amigos. Él es el padrino de mi hijo. Yo soy el padrino de su hijo
Su relación va más allá del boxeo. Tanto que uno es padrino del hijo del otro y lo mismo ocurre al contrario: "Somos amigos muy cercanos", decía Lomachenko en el pasado. Incluso comparten máganer, Egis Klimas, que es quien dirige la exitosa carrera de ambos.
El drama de la guerra interrumpe sus trayectorias. Lo hizo también la pandemia, en la que ambos decidieron entrenar juntos para no perder el ritmo. Ahora el conflicto en Ucrania deja el deporte en segundo plano y dos de los mejores boxeadores libra por libra del momento toman las armas. El deseo no es otro que reencontrarse con sus familias dentro de poco y poder retomar sus carreras lo antes posible, con el fin de la guerra en su país.
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