El atleta español Andreu Blanes no está pasando por su mejor momento. 2022 no está siendo su mejor año, ya que ha acumulado alguna decepción deportiva y también problemas más graves. Son precisamente esos hándicaps los que ahora mismo están copando totalmente su atención y que le han forzado incluso a parar su carrera deportiva.
El motivo es una indisposición general que lleva padeciendo durante muchas semanas tras recibir la tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19. El atleta internacional no se ha manifestado ni mucho menos en contra del antídoto que está amainando los efectos de esta dura pandemia que ha superado ya los dos años de duración, pero lo cierto es que está cargando a cuestas con las consecuencias del mismo.
Son esos temidos efectos secundarios de la misma los que han dejado su carrera en el aire y los que le han obligado en estos momentos a hacer un preocupante alto en el camino. Andreu es uno de los atletas más completos del panorama nacional, capaz de brillar en el trail, en las pruebas cross y en la pista. Tras meses de pelea, intentando alejar sus fantasmas y librando una batalla contra su propio físico y su propia mente, ha decidido levantar la mano y echarse un lado para descubrir realmente qué le está pasando y cómo puede recuperarse.
Su único objetivo ahora es poner fin a este tormento y no abrir una polémica sobre la vacunación, algo que parece incluso más propio de un pasado reciente que de la actualidad. Mientras la sociedad se acerca a la ansiada libertad y a la vuelta a la normalidad, Andreu apura sus opciones para volver a volar sobre todos los terrenos.
Los síntomas de Andreu
Andreu Blanes ha realizado varias apariciones en los medios de comunicación en los últimos meses. El deportista ha ido anunciado sus problemas de manera progresiva y es que desde que recibió la tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19, empezó a tener problemas para llevar a cabo con éxito sus entrenamientos y sus competiciones.
El principal síntoma que ya veía en su cuerpo desde hace más de un mes era que no podía asimilar la intensidad deportiva. Podía correr y seguir haciendo deporte, no eran dolencias graves o preocupantes, pero no podía poner su cuerpo al límite y eso para un atleta de élite supone un hándicap insalvable. Sin exprimirse no hay mejora y no hay éxitos.
Todo arrancó después de la disputa del Campeonato de España de Cross a finales del mes de enero. Ahí, Andreu tenía el reto de las medallas. Sin embargo, pecó de ofensivo y de optimista y terminó pagando el esfuerzo. Finalmente, firmó un meritorio quinto puesto, pero lejos de su reto real que era estar peleando incluso por la victoria. Como él mismo afirmaba en sus redes sociales, había que arriesgar y así lo hizo.
Sin embargo, después de aquella prueba, Andreu se sometió a un debate personal. Por fechas, le tocaba recibir la tercera dosis de la vacuna, pero tenía miedo de que esta pudiera afectarle en su rendimiento deportivo, algo que ya había visto en personas cercanas de su entorno. Una simple preocupación deportiva que por desgracia ha terminado padeciendo en primera persona.
A pesar de estar inmerso en esta guerra personal, Andreu decidió seguir adelante y tras vacunarse, intentó continuar con su preparación física, con sus entrenamientos y con sus sesiones de fuerza con la mayor normalidad posible. Fue en ese momento cuando notó la inflamación de un ganglio debajo de la axila y que su cuerpo no respondía al esfuerzo como lo había hecho hasta entonces. Ni siquiera podía llegar al umbral de su rendimiento cardiaco a pesar de haber estado entrenando a un nivel muy alto desde inicios del 2022.
Con el paso del tiempo confirmó que todo iba a peor sin encontrar un remedio o una solución. Así lo comprobó en otra participación en la que tampoco se sintió a su máximo nivel. Fue el Campeonato Universitario de Cross, donde defendió los colores de la UCAM. Y poco después, decidió parar en seco.
La difícil decisión
Hace solo unos días, el propio Andreu confirmaba a través de sus redes sociales que tenía que hacer un alto en su temporada. Detenerse para intentar estudiar lo que le estaba pasando y así poder recuperarse. Una situación en la que no le gustaría haberse visto, pero que ahora no tiene punto de retorno. Un momento duro, pero que espera superar pronto para regresar a la competición y a seguir peleando por los objetivos que le quedan en la temporada.
El pasado domingo, Andreu participó en una prueba en la ciudad de Zaragoza de 10 kilómetros. Y ahí volvió a sentir esa sensación de rabia y de impotencia al ver que no podía dar más. Que su motor no tenía más vueltas y que su depósito se había vaciado por completo. De hecho, el atleta español narraba en sus redes sociales que a pesar de haber intentado controlar su ritmo, a partir de la mitad de la prueba solo pudo encender la reserva y pensar en llegar a la meta como fuera. Algo impropio de un deportista de su talla.
"Lo he intentado varias veces tras la tercera dosis. A los 10 días, al mes y esta última, a los dos meses. Pero algo no va bien, a pesar de intentar encontrar la fórmula de seguir entrenando, el dolor en las piernas y el cansancio mental hacen que solo exista la opción de parar. La sensación de soledad, a veces, es inevitable a pesar de estar muy bien rodeado, tanto en lo familiar como en lo deportivo y en lo médico".
"Ojalá tenga buenas noticias que daros pronto, pero de momento me despido por un tiempo de las competiciones, entrenamientos y de las redes". Así lo anunciaba un abatido Andreu Blanes que espera pronto superar este complicado momento para regresar a lo más alto.
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