La candidatura de España para los Juegos Olímpicos de Invierno del 2030 afronta días que pueden ser claves para comprobar si realmente este proyecto anhelado por el Comité Olímpico Español tiene futuro o no lo tiene. La situación, tras meses y meses de duras negociaciones entre la institución deportiva, los gobiernos de Aragón y Cataluña, el Ministerio de Deportes, el CSD y el Gobierno central, ha llegado a un punto de no retorno.
En los próximos días se llevará a cabo un periodo de reflexión que será trascendental para comprobar si el próximo 25 de abril, todas las partes que intervienen en el acuerdo son capaces de acercar posturas para llegar a un punto en común que permita encauzar el proyecto antes de su desaparición. El Comité Olímpico Español ha hecho todo lo que está en su mano para intentar que reine la concordia durante todo el proceso, pero la pelota se encuentra ahora en el tejado de Aragón.
El gobierno de Lambán, junto con sus representantes de la Comisión Técnica que se ha reunido varias veces para configurar el proyecto, son los que han provocado con sus actitudes que todo se detenga. Y tendrán que ser ellos quienes regresen con afán negociador para ponerse de acuerdo con Cataluña, una vez más, y después ratificar esa unión, algo que ellos no hicieron la última vez que todos se sentaron frente a frente en la misma mesa de diálogo.
EL ESPAÑOL ha podido consultar a fuentes internas del COE para conocer de primera mano cómo se encuentra la situación y en estos momentos reina el pesimismo. Por primera vez desde que arrancara esta aventura se reconoce que si la situación no cambia antes del 25 de abril, los Juegos Olímpicos de Invierno 2030 que deberían celebrarse en los valles pirenaicos de Aragón y Cataluña volarán rumbo a otro destino sin que nada pueda hacerse para revertir una situación que lo ha tenido todo a favor. No obstante, mientras hay vida hay esperanza: "Tenemos el objetivo de que la candidatura salga adelante".
Nadie entiende a Aragón
El principal problema en estos momentos lo plantean Aragón y el Gobierno del barón socialista Javier Lambán. Ellos, a través de sus representantes, han sido quienes han participado en todas las reuniones de la Comisión Técnica, a excepción de la última a la que decidieron no presentarse, y en las cuales se ha aprobado el proyecto definitivo mediante el cual se iban a organizar los Juegos Olímpicos de Invierno.
Dicho proyecto era el que se debía presentar al COI y que fue recogido en una carta por el presidente Alejandro Blanco para ser ratificado por las partes implicadas en ese último encuentro al que Aragón decidió no acudir. Además, por si fuera poco, la comunidad que preside Javier Lambán se retractó de lo afirmado anteriormente en esas reuniones de la Comisión Técnica asegurando que ellos no podían aprobar un proyecto que les dejaba en desigualdad respecto a Cataluña cuando días antes sí habían mostrado su consentimiento a que todo el proceso siguiera hacia delante.
De esta manera, el COE se encontraba con una situación insólita y que no esperaban. Después de haber conseguido que Cataluña rebajara su postura para permitir que ambas regiones fueran de la mano previa labor de desgaste del presidente Alejandro Blanco, ahora es Aragón quien está faltando a su palabra y quien se borra del acuerdo.
Y en esa situación de perplejidad, y que conduce al pesimismo, es en la que se encuentra el conflicto: "No hemos entendido la postura de Aragón. El COE solo quiere que gane la candidatura y la propuesta ha salido de la Comisón Técnica, no es un acuerdo con Cataluña".
"Aragón en ningún momento se muestra contrario a lo que allí se dice. Incluso aprieta a Cataluña para que ellos cedan y todo pueda salir adelante. Nosotros no sabemos que puede haber detrás de este cambio, solo queremos que salga hacia delante". Las fuentes consultadas por este diario aseguran que, tras revisar todas las reuniones que se han producido en los últimos meses, Aragón siempre había mostrado su compromiso con aquello que se estaba poniendo en común entre todas las partes.
Además, aseguran que desde el equipo de Javier Lambán se empezó a cambiar el discurso de unas comparecencias a otras: "Primero dijeron que las reuniones no habían sido buenas. Luego que en algunas reuniones los miembros de Cataluña se levantaron y se fueron y otro día que fueron ellos. Eso no pasó".
A pesar del repentino cambio de parecer, el COE esperaba que Aragón acudiese a la última reunión, la que se celebró tras el envío de la carta con el acuerdo alcanzado anteriormente, para mostrar su disconformidad si así lo sentían y poder llegar a un nuevo pacto. Sin embargo, se ausentaron y todo saltó por los aires. Fue en ese momento cuando Lambán anunció que realizarían una propuesta propia y que sería transmitida al COE.
No obstante, este era un hecho que no procedía ya que la Comisión Técnica ya había cerrado, de común acuerdo con todas las partes, Aragón incluido, el proyecto final. Sin embargo, Alejandro Blanco, en una labor de infinita paciencia, más política y diplomática que deportiva, ha accedido a estudiar dicha propuesta y a ponerla sobre la mesa en la próxima reunión que se celebrará el 25 de abril.
Aragón tiene una responsabilidad
Ahora, con esa reunión por delante, el COE mantiene a EL ESPAÑOL que la responsabilidad de decidir no corre a cargo de su institución ni de su presidente, si no que será de nuevo la Comisión Técnica quien tenga que volver a repetir el camino ya andado. Lo que sucede en estos momentos es que hay que saber qué postura va a adoptar en las negociaciones Aragón.
Si la comunidad aragonesa, con sus representantes en la comisión, no se muestran abiertos al diálogo y pretenden imponer el proyecto presentado ante el COE, sin llegar a ningún acuerdo con el resto de partes, todo se habrá acabado. Por ello, la institución que preside Alejandro Blanco confía en que la postura de Aragón tenga una apertura de miras suficiente para poder dar viabilidad a un plan en el que todos cedan y todos ganen para alcanzar, de nuevo, un consenso, pero con la diferencia de que ahora nadie se eche atrás.
La posición que pretenda adoptar ahora mismo Aragón es la que va a marcar el futuro de la candidatura. Si deciden no negociar e intentan imponer su plan, el COE dará por finalizadas las conversaciones y, sabiendo que no puede presentar un proyecto ante el Comité Internacional, se despedirá de su sueño de traer a España unos Juegos de Invierno, su único objetivo desde que arrancó esta contienda, sin territorialidades, polémicas o conflictos políticos.
"El proyecto tenía su fuerza en la unión y en el acuerdo de varios territorios en favor del Pirineo. Todos estaban de acuerdo en que era el punto clave porque podía haber otras opciones con mejores instalaciones, pero nuestro relato no lo tiene nadie". Y eso fue algo que aceptaron y que asumieron como bandera todos los presentes en la Comisión Técnica de la que ahora Aragón parece haberse desmarcado.
Otro punto que desde el COE no entienden es la gestión que Aragón ha hecho de las visitas del comisionado técnico del COI a sus propias instalaciones. Ellos son quienes aconsejan y recomiendan qué pruebas o qué trabajos de mejora y acondicionamiento se pueden llevar a cabo en según qué zonas.
Estas inspecciones, realizadas también en Cataluña, abren otro punto de conflicto, ya que el equipo de Lambán asegura en varias reuniones que no han querido mostrar la zona de Cerler a dichos expertos. Sin embargo, después sí reclaman que al no ver Cerler en el proyecto final, que ciertas pruebas sí deberían recalar allí por su potencial. Un sinsentido tras otro y muchas contradicciones que nadie entiende a qué se pueden deber o qué intereses tienen detrás.
Algo muy similar a lo que sucede con la famosa equidad en la candidatura y con el reparto de las pruebas olímpicas. Mientras Alejandro Blanco consiguió que Cataluña, cuyo proyecto único de albergar unos Juegos de Invierno estaba mucho más avanzado, reculara y abriera sus miras para ceder competencias a Aragón, el equipo de Javier Lambán solo ha puesto impedimentos en este sentido.
Además, se ha encargado de promocionar en los medios la situación de una manera sesgada, dando a entender que Cataluña se quedaba con una mayor parte del pastel y acusando al COE de provocar dicha situación. La realidad es que en el reparto acordado por la Comisión Técnica, Aragón alberga un total de 54 pruebas por las 43 de Cataluña. Seis deportes llegarían hasta los valles aragoneses mientras que cinco irían a parar a zonas catalanas. Pero las grandes dispuestas para Aragón están en las pruebas de esquí alpino y de hockey hielo, que sí recaen sobre Cataluña.
Zaragoza agranda el conflicto
Por si fuera poco, en los últimos días, la guerra entre Aragón y la Comisión Técnica de la que siguen formando parte el COE y Cataluña se ha acrecentado tras la presión que Zaragoza está metiendo a Lambán. El alcalde de la ciudad, Jorge Azcón, ha vuelto a incidir en esa falta de igualdad con Cataluña.
Además, han puesto el grito en el cielo por cuestiones que en el COE se consideran nimias como el nombre final que pueda llevar la candidatura o por la elección de dónde se celebrarán las ceremonias de apertura y clausura. Para el gobierno local de la capital maña deberían ser de obligado cumplimiento que uno de los actos se celebre en su ciudad y que el nombre de la misma aparezca en la propia candidatura.
De momento, están provocando que Lambán y Aragón tensen la cuerda y además instan al presidente de la comunidad a que se ponga en contacto directo con Pedro Sánchez para que intente mediar en la situación. El propio Javier ya ha reconocido en más de una ocasión que llegado el punto donde no le quedase más remedio, acudiría a su compañero de partido para ponerle al corriente de la situación y que intente solucionar en el conflicto. Algo que también haría con el Ministro de Deportes Miquel Iceta.
Sin embargo, tal y como reconoce el COE, ambos ya están representados en la Comisión Técnica con los propios miembros del gobierno que han participado en las reuniones celebradas hasta ahora como agentes de la negociación. Por si esto fuera poco, la institución que preside Alejandro Blanco reconoce que este capítulo abierto por Jorge Azcón no tiene mayor relevancia ya que podría solucionarse con rapidez y sin dificultad. La realidad es que el problema es mucho más grande.
Aun así, es inevitable que a ojos del mundo deportivo y olímpico, Barcelona y Cataluña tienen una importancia incuestionable debido al tremendo éxito que ya supusieron los Juegos de 1992. Por ello, el nombre y la imagen de la Ciudad Condal son tan necesarios en este proyecto que no solo necesita tener consenso nacional, si no que después debe salir ganador de una selección contra otras candidaturas muy potentes como Sapporo, Salt Lake City o Vancouver. No obstante, el COE rechaza que pueda caer sobre ellos cualquier mínima sospecha de favoritismo hacia esta región.
"Ojalá el problema sea el nombre porque al final se terminaría poniendo el que todos quieran. El problema es que el proyecto estaba cerrado y ellos han sido los que han dado marcha atrás, seguramente por cuestiones políticas que se nos escapan. Pero la realidad es que ahora mismo todo está muy complicado".
Las expectativas del COE
A pesar del enorme conflicto que hay abierto todavía a pocos días de que se celebre la reunión clave del 25 de abril, el Comité Olímpico Español quiere romper una lanza en favor de la concordia para quemar sus últimas naves en pro de la candidatura de país. Por eso, lejos de buscar confrontación con Aragón ante el cambio de postura que lo ha complicado todo, prefieren pasar página, estudiar su propuesta y volver a acercar pareceres para dejar todo sellado antes de ponerse en manos del COI.
Sin embargo, no pueden evitar mostrar que la realidad ahora mismo es muy oscura y amenazadora para la viabilidad de la candidatura: "Si ellos llegan y no hay acuerdo con Cataluña y ese es el tono de la reunión, desgraciadamente no habrá nada más que hacer. La clave es que todos vengan con predisposición de negociar. Nosotros después de todo estamos tan sorprendidos que no sabemos lo que va a pasar porque ya se habían puesto en común varios estudios e incluso análisis económicos y turísticos. O se negocia o se acaba. No hay más".
A pesar de que todavía no hay fechas establecidas, se esperaba que en el mes de marzo, tras los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022, todo pudiera estar encaminado. Eso no ha sido así y ahora se espera que antes de que concluya el mes de mayo, se haya podido elaborar ese programa para ser presentado a Thomas Bach, quien hará una visita a la sede del COE en dicho mes. La elección final está prevista para la primera del año 2023.
Pero para eso, el conflicto tendría que estar resuelto: "Al final, llega un momento en el que te das cuenta que todo es política y eso es muy triste. Ojalá las dos partes sean conscientes de que la situación está muy mal y de que así todos pierden. Al COE le da igual donde se celebre cada prueba, solo quiere ganar y que el nombre de España triunfe a nivel internacional. Y para eso es necesario consenso". Así se afrontan unos días claves para un hito que podría ser histórico para el país.
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