Simone Biles o Naomi Osaka han visibilizado que ha llegado el momento de tratar y de cuidar la salud mental también de los deportistas. Un proceso largo por los tabús que todavía hoy al respecto de estas enfermedades. Una de las más invisibles en lo que se refiere al deporte es la anorexia.
La Real Academia Española (RAE) define la anorexia como el "síndrome de rechazo de la alimentación por un estado mental de miedo a engordar, que puede tener graves consecuencias patológicas". La anorexia nerviosa es así el "miedo intenso a ganar peso" o la "distorsión de la imagen corporal a verse gordo o gorda a pesar de estar muy delgado o delgada".
Este problema no es ajeno al deporte. En especial, ha sido vinculado a disciplinas como la gimnasia, tanto artística como rítmica, o el patinaje artístico. El caso que conmocionó al mundo fue el de la gimnasta Christy Henrich. Llegó a estar a las puertas de los Juegos Olímpicos, pero su enfermedad le llevó a la muerte. Falleció en 1994, con tan solo 22 años, por insuficiencia orgánica múltiple provocada por el hambre.
El 'caso Henrich'
En el Campeonato del Mundo de 1989, Christy Henrich se quedó a tan solo cinco centésimas de un punto de perfección en su rutina de barras asimétricas. Un año antes se había quedado fuera de los Juegos Olímpicos de 1988 por una fracción de punto. Y ya en Barcelona 1992 no pudo estar presente por los problemas de anorexia y bulimia que sufrió.
La que es considerada como una de las mejores gimnastas de Estados Unidos fue calificada como no lo suficientemente buena. Pero el problema no radicó ahí, sino en los insultos, en la presión mediática sobre el peso, lo que acabó con su trastorno y posterior muerte. El fallecimiento de Henrich supuso un punto de inflexión en torno a este tema, pero todavía queda mucho por hacer.
Cada vez se destapan más casos de abusos, de ambientes tóxicos dentro del mundo del deporte. En especial, en lo que se refiere al deporte femenino. Y no solo en Estados Unidos. Australia, Canadá, Reino Unido, Países Bajos y también en España. Los países en los que se denuncian distintos tipos de maltrato van creciendo.
Pocos podían pensar que este fuese el final de la gimnasta. Su prometido, Bo Moreno, la recuerda así: "Todos eran sus amigos. Ella hablaba con todo el mundo. Esa fue una de las cosas que hizo que me enamorase de ella. Ella fuera del gimnasio era completamente diferente de cómo era dentro de él". Christy Henrich llegó a la selección nacional de EEUU con 15 años.
Su objetivo eran los JJOO. Luchó por estar en los de 1988 y se quedó corta, centrando así todos sus esfuerzos en la cita de Barcelona. En este ciclo olímpico, la gimnasta cayó a lo más hondo. Poco antes de su muerte, reveló en una entrevista que Al Fong, su entrenador, le presionó para que perdiese peso, comparándola con Pillsbury Doughboy (Poppy Fresco).
Ante esto, la atleta intentó perder peso de la forma que fuese. Algo que le llevó hasta las puertas de la anorexia. Un caso extremo, pero no único, aunque no fuese con un desenlace tan fatal. Nancy Thies Marshall, quien sí fue olímpica en 1972, aseguró que su entrenador le llamó "cerca gorda". Este comentario le marcó tanto que siempre afirmó que recuerda a la perfección en que lugar exacto se encontraba dentro del gimnasio y qué olor había en él.
Visibilizar y luchar
Desde lo ocurrido con Simone Biles, la visibilización de los problemas de salud mental ha ganado peso dentro del mundo del deporte. Pero todavía hay muchas cuentas pendientes. En especial, en lo que se refiere al concepto de lucha contra el estigma. También en lo que se refiere a la anorexia: "Se ha presentado erróneamente constantemente como una enfermedad de elección, y en realidad no es una enfermedad de elección".
"Es una enfermedad de base biológica a la que las personas no pueden optar, y muchas veces no pueden optar por no participar", dice el doctor Stuart Murray, director del programa de trastornos alimentarios de la Universidad del Sur de California y su laboratorio de Investigación traslacional en trastornos alimentarios, en unas declaraciones recogidas por The New York Times.
El medio estadounidense pone de relieve que también los medios tienen parte de culpa. Comentarios inapropiados, que cada vez son menos, y también adiós a la vieja costumbre de poner de relieve cuál es el peso de las deportistas. Kathy Jonhson Clarke, olímpica en 1984, reveló que escuchó comentarios de "wow, te ves genial" cuando algún miembro del equipo estaba ya enfermo.
De hecho, cuando Christy Henrich dejó de comer, en un evento televisado se dijo lo siguiente: "¡Mira Christy Henrich! Ha adelgazado. Ella se ve genial". Palabras que hacen daño, tanto los insultos iniciales como la palmadita en la espalda posterior por estar delgada... cuando en realidad se está enfermo. "Parece que hablan de ganado", dice una psicóloga a The New York Times.
Incluso muchos señalaron a Henrich como la culpable de su muerte por sucumbir ante los comentarios y el acoso. Pero su muerte llevó a que se llevase a cabo una red de referencia para el tratamiento de trastornos alimenticios; además de un plan de estudios para entrenadores que cubría nutrición, biomecánica, medicina deportiva y psicología deportiva; y también un sistema de tutoría.
Sin embargo, el proyecto hizo aguas en el 2000. En la actualidad, el foco se vuelve a poner en los problemas de salud mental. Desde la gimnasia al patinaje e incluso el atletismo. Se habla de entornos abusivos que pueden llegar a desencadenar trastornos alimentarios y de salud mental. Llega el momento de un cambio real.
*Las imágenes de este artículo no tienen relación con problemas de anorexia confirmados de las gimnastas.
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