Elnaz Rekabi ha regresado finalmente a Irán. La tensión que se vivió por la supuesta desaparición de la escaladora ha quedado finalmente resuelta. Una vez en su tierra, realizó las primeras declaraciones y negó nuevamente que la ausencia de la hiyab en su participación fuese de manera premeditada. Y fue recibida como un fenómeno de masas tras su gesto.
Durante el Campeonato Asiático de Escalada disputado en Corea del Sur, Rekabi apareció sin el velo en su cabeza. Un acto que se entendió como reivindicativo tras las crecientes protestas que están surgiendo en Irán ante la obligación de llevarlo. Esto la llevó a ocupar un lugar en la prensa mundial, ya que tras haberlo realizado se enfrentaba a una posible multa económica o de cárcel.
Sin embargo, tras asegurar medios como la BBC que se encontraba secuestrada por parte del régimen iraní, la situación parece haber cambiado radicalmente. Primero fue la embajada de Irán en Corea del Sur la que lo negó y más tarde ella hizo acto de presencia. A través de un mensaje en su red social, Rekabi negó absolutamente que fuese una protesta y también pidió perdón a su pueblo, asegurando que no lo volvería a repetir.
No obstante, pese a desmentirlo, su llegada se convirtió en un auténtico fenómeno de masas. Elnaz Rekabi fue recibida como una auténtica estrella, donde la multitud se agolpó para celebrar su regreso a Irán, concretamente al aeropuerto internacional Imán Jomeini esta madrugada. La deportista iba ataviada con un velo y una gorra negra.
Los gritos de "Elnaz, campeona" fueron una constante entre los presentes, que no pararon de vitorear a la que consideran una estrella tras su gesto, el cual volvió a recalcar que no pensado, sino que surgió por su inmersión en la prueba. Sea como fuere, Rekabi regresó por todo lo alto a Jomeiní con la vitola de estrella para los iraníes.
[De Sadaf Khadem a Elnaz Rekabi: las deportistas que retaron al régimen iraní quitándose el velo]
"Estaba ocupada poniéndome mis zapatos y mi equipación, y eso hizo que me olvidará de ponerme el velo", expuso nada más aterrizar a la agencia estatal IRNA. Una versión que no termina de convencer, pero que sigue manteniendo al igual que hizo en sus redes sociales tras filtrarse que había sido detenida.
Pese a su corta exposición de cara a las masas de gente que la esperaban, la deportista tuvo la oportunidad de decir unas palabras antes de marcharse rápidamente. "Regreso a Irán con la mente en paz a pesar de que siento mucho estrés y tensión. Pero gracias a dios, nada ha ocurrido", explicó antes de subirse a una furgoneta y abandonar el lugar.
Los rumores surgidos tras varios amigos suyos no poder contactar con la escaladora de 33 años fueron completamente desmentidos por la embajada de Irán en Seúl. Se apresuraron a señalar que eran "todas las noticias falsas y desinformación", especialmente tras asegurar que se le retiró el pasaporte y su teléfono.
El gesto de la escaladora fue visto como una muestra de apoyo a las mujeres iraníes. Ellas llevan semanas protestando contra la obligatoriedad de llevar el velo tras la muerte en septiembre de la joven Mahsa Amini, tras ser detenida por llevarlo mal puesto por la policía de la moral.