El pasado 16 de noviembre tuvo lugar en el Museum Marítim de Barcelona la presentación de la 37ª edición de la Copa América de Vela. Ese fue uno de los pistoletazos de salida del gran proyecto que tienen entre manos la Ciudad Condal y la comunidad autónoma de Cataluña. Un plan que no verá su culminación hasta el verano del año 2024, cuando se dispute la competición, pero que tendrá que dar los frutos esperados durante más de un año y medio.
Las previsiones realizadas por Fundació Barcelona Capital Nàutica, el grupo encargado de realizar los proyectos que se llevarán a cabo en paralelo a la competición, ha estimado que la comunidad autónoma recibirá un impacto económico de 1.200 millones de euros y que la llegada de la Copa América a Barcelona permitirá crear cerca de 19.000 puestos de trabajo.
Unas cifras claramente inferiores a las que se manejaban en el momento de la presentación, cuando se hablaba de un impacto económico de unos 1.500 millones de euros y de una creación de empleo de 40.000 puestos. Sin embargo, a pesar del baile de números que se ha producido en cuestión de cuatro meses, y que tendrán que seguir ajustándose, Barcelona y la comunidad catalana se preparan para lo que ya se ha considerado como un auténtico 'pelotazo'.
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Este proyecto, que pretende revitalizar el Puerto de Barcelona y todo el litoral catalán, será utilizado también como una gran oportunidad para expandir la marca de la Ciudad Condal y de toda la comunidad en el exterior. Un altavoz inmejorable para presentar la zona como una garantía de eventos deportivos internacionales, algo que ya quedó demostrado cuando hace unos meses Barcelona iba a ser uno de los pilares de la candidatura proyectada por el COE para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2030 en Cataluña y Aragón y que pretendía recuperar el espíritu instaurado en Barcelona 92'.
Los 'Proyectos de Legado'
Barcelona y Cataluña valoran de manera muy positiva haber conseguido ser sede de la Copa América de Vela que se celebrará en el año 2024. El trabajo para llegar a esa meta no fue fácil, ya que las autoridades políticas y deportivas catalanas tuvieron que presentar un proyecto que finalmente consiguió vencer a ciudades como Málaga y Cork (Irlanda), y también a un súper estado como Arabia Saudí que en lo económico no tenía rival.
Así pues, la Ciudad Condal tomará el relevo de Valencia, la otra ciudad dentro de nuestras fronteras que consiguió atraer hasta su puerto la Copa América de Vela. La capital del Turia se convirtió en sede oficial hasta en dos ocasiones, durante los años 2007 y 2010. Ahora, Barcelona espera organizar la mejor edición de toda la historia.
Buena parte de ese éxito residirá en los ya presentados 'Proyectos de Legado', los planes realizados por la Fundació Barcelona Capital Nàutica y que han visto la luz de manera definitiva esta semana. Este organismo ha sido el encargado de realizar el estudio que predice un impacto positivo de 1.200 millones de euros a raíz de la organización del evento y la creación de casi 20.000 puestos de trabajo a tiempo completo.
El objetivo de estos planes es intentar conseguir que el mar y el Puerto se abran a todos los ámbitos para el resurgimiento del potencial del litoral catalán. Estos 'Proyectos de Legado' han sufrido una aceleración total debido a la llegada de la Copa América con el objetivo de dinamizar el poder del Puerto de Barcelona en términos de sostenibilidad y hasta de educación.
Además, una de las bases de este proyecto es la incorporación de la economía azul al funcionamiento de la ciudad y de la zona. Esta consiste en el sistema que reconoce la importancia de los mares y de los océanos como motores de la economía de una zona por su gran potencial para la innovación y el crecimiento. Y qué mejor escenario que la Copa América de Vela para exportar este modelo a una de las regiones marítimas más importantes de Europa.
Dentro de estos 'Proyectos de Legado' se encuentra también, lógicamente, un programa de potenciación de los deportes náuticos y de los deportistas nacionales, la organización de diferentes eventos como regatas locales, un programa educativo de formación para estudiantes de primaria, secundaria y universitarios y un plan de reactivación de los puertos y clubes de la zona.
"Queremos que el hecho de acoger la Copa América nos deje un legado de transformaciones y de prosperidad compartida, que vaya más allá del valioso impacto de su celebración", aseguraba Roger Torrent, Conseller de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Cataluña y presidente de FBCN.
Y así celebraba Laia Bonet, tercera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y vicepresidenta segunda de la FBCN, la presentación de este proyecto: "La Copa América dejará en Barcelona un gran legado vinculado al mar, con la transformación del litoral con el nuevo Puerto Olímpico y el Pabellón Azul, que estará a disposición de toda la ciudadanía para que puedan disfrutar de los deportes náuticos".
Un altavoz internacional
El éxito de organizar la 37ª edición de la Copa América de Vela parece de sobra probado para Barcelona y para la región del litoral catalán. Sin embargo, las autoridades políticas y deportivas saben que ser sede del tercer evento deportivo con mayor impacto económico para el país anfitrión después de los Juegos Olímpicos y del Mundial de fútbol puede ser también un gran altavoz internacional.
Barcelona y Cataluña han estado detrás de la organización de grandes eventos deportivos en los últimos años. El ejemplo más claro fueron los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2030, proyecto que no llegó concretarse por las diferencias abiertas con el Gobierno de Aragón. Sin embargo, ahora la Copa América de Vela permitirá a la región recuperar esa iniciativa de repercusión internacional y recuperar el espíritu instaurado tras los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.
La llegada de la Copa América de Vela a Barcelona permitirá también acelerar, entre otros proyectos, la finalización de las obras del Puerto de la Ciudad Condal: "El equipo del Puerto de Barcelona está trabajando con intensidad para finalizar los proyectos que hemos avanzado y que no solo son por la Copa América sino para transformar el Port Vell". En total, las autoridades reconocen inversiones por encima de 100 millones de euros en este proyecto para convertir la zona en un espacio más accesible a nivel nacional e internacional.
Barcelona persigue ahora varios retos. Conseguir un altavoz internacional total gracias a esta competición y evitar el desastre protagonizado por Valencia durante la organización de las ediciones de 2007 y 2010, las cuales terminaron con un agujero económico estimado de unos 400 millones de euros. El Consorcio Valencia 2007, empresa encargada de la organización, terminó incluso en los juzgados.
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La Ciudad Condal cuenta desde sus inicios en este proyecto, además de con el apoyo de organizaciones públicas, con el soporte de plataformas como Barcelona Global o Barcelona&Partners, las cuales consiguieron el impulso de las 220 principales empresas, centros de investigación, escuelas de negocios e instituciones culturales de la urbe catalana. Todo para obtener un impacto nacional e internacional que equivalga al conseguido en diez ediciones del Mobile World Congress.