Se suele decir que el rugby es un deporte de caballeros en el que, pese a los constantes roces y fricciones, el respeto por el rival es total. Apenas se suelen ver trifulcas en los partidos entre ambos equipos, pero siempre hay una excepción que confirma la regla y esa se pudo ver recientemente en un encuentro en Italia.
En plena pretemporada se enfrentaban el Rugby Rovigo Delta y el Rugby Petrarca, dos de los conjuntos más laureados del país transalpino, y pese a tratarse tan sólo de un partido de preparación hubo un momento del mismo en el que saltaron las chispas. Dos jugadores se enzarzaron después de un placaje y, acto seguido, se formó una trifulca enorme a su alrededor en la que se vieron implicados muchos compañeros.
A pocos instantes del final, Facundo Diederich placó a Matteo Panunzi y este se revolvió de esta acción pegándole un severo puñetazo. La reacción tan inusual de Panunzi hizo que enseguida se formara una nube de jugadores que, en un primer momento, trataron de separar a estos dos protagonistas iniciales.
Sin embargo, la tensión creció en cuestión de escasos segundos mientras los deportistas de ambos equipos se agarraban, así que empezaron a volar los empujones e incluso algún intento de puñetazo. La trifulca se dividió en distintos puntos mientras que los colegiados del partido asistían a este lamentable episodio sin que pudieran hacer nada por poner paz.
Finalmente, tras casi un minuto de pelea en la que se vieron envueltos varias decenas de jugadores, las aguas volvieron a su cauce y todo se tranquilizó. Los árbitros no quisieron dar pie a que este episodio se volviera a repetir así que señalaron el final del partido ya que se trataba tan sólo de una prueba de pretemporada.
Una sanción ejemplar
El rugby es un deporte que no tolera este tipo de actos así que las autoridades encargadas de investigar este hecho han sido severas a la hora de propinar un castigo. Así, un total de 62 jugadores fueron sancionados, 30 por parte del Rovigo y hasta 32 por el bando del Petrarca.
Diederich y Panunzi, los dos jugadores que fueron el foco de esta desagradable disputa, fueron los que se llevaron la peor parte ya que fueron suspendidos con tres semanas sin poder competir. El resto de los compañeros envueltos en la pelea, se llevaron multas de entre una y dos semanas sin jugar.
El encuentro entre el Rovigo y el Petrarca se trata de un derbi regional entre dos de los equipos más laureados del rugby italiano. Los partidos, por lo tanto, son de alto voltaje, pero los aficionados se vieron sorprendidos al tratarse de un encuentro de pretemporada.