Los Juegos Olímpicos de París 2024 están a la vuelta de la esquina, concretamente a tan solo 284 días. Un poco más de nueve meses para la gran cita del mundo del deporte, sin embargo, la incertidumbre sobre su celebración no hace más que creer en las últimas semanas por distintos aspectos.
Y no se centran solo en una rama, pues se están viendo azotados por problemas tanto deportivos como extradeportivos. El auge de las distintas guerras ha hecho crecer la tensión a nivel mundial, provocando que haya un tira y afloja entre distintos países sobre la presencia de sus rivales el próximo mes de julio en París.
A eso hay que añadirle la enorme cantidad de atentados terroristas que se están reproduciendo en la grandes urbes europeas. Esto ha dado pie a una creciente inseguridad a la que no escapa Francia, que está siendo uno de los territorios más afectados y que ya ha vivido varios episodios de tensión, con varios muertos incluidos, en la última semana.
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Tampoco hay que olvidarse de una serie de visitantes inesperados que han causado el 'terror' a la ciudad de París. El ataque de las chinches se ha convertido en un problema difícil de erradicar en la capital gala, ya que se ha reproducido a una velocidad enorme y han causado estragos en un número reseñable de habitantes de la ciudad debido a su presencia en las casas o en sitios como el transporte público.
Además, Francia ha elevado su alerta máxima a varias ciudades. Entre ellas se encuentra París, la organizadora de la cita más importante del mundo del deporte. Esto supone que puede haber serio peligro de tener un atentado, aunque habrá que ver si mantiene para cuando arranquen los Juegos.
Los vetos
Desde el pasado año, cuando estalló la guerra entre Rusia y Ucrania, se desató una pugna entre los dos territorios que afecto a nivel mundial. Los territorios dirigidos por Volodymyr Zelenksi y Vladímir Putin han intentado imponer su ley en el deporte y así vetar al otro.
Los castigados fueron los deportistas rusos. Desde el Comité Olímpico se vetó su presencia a nivel internacional y solo han podido competir hasta la fecha sin bandera, sin himno y sin referencia alguna a su país. De hecho, desde el COI se abogó por su reintegración para que pudiesen estar presente en los Juegos Olímpicos de París 2024, pero muchas federaciones internacionales han recibido con rechazo dicho consejo.
Además, esa intención de que Rusia volviese a competir provocó que Ucrania alzase la voz y amenazase a la organización de los Juegos Olímpicos con un boicot. Zelenski anunció que no participarían en aquellos preolímpicos en los que estuviesen atleta nacidos en territorio ruso.
Mientras que este conflicto sigue sin solución y no se ha llegado a un acuerdo que contente a todos, el Comité Olímpico Internacional anunció la suspensión con efecto inmediato del Comité Olímpico Ruso por la anexión de cuatro regiones ucranianas, ya que suponen una "violación de la Carta Olímpica". Otro problema más a este embrollo.
Ahora, este debate se ha vuelto a reabrir debido a los problemas derivados de la guerra entre Israel y Hamás. El conflicto bélico que se ha desatado entre el país y el grupo terrorista armado ha traído a la memoria uno de los episodios más sangrientos de los Juegos Olímpicos.
Ocurrió en Múnich 1972. En aquella edición, el 5 de septiembre concretamente, varios militantes palestinos entraron por la fuerza a la villa olímpica y tomaron como rehenes a 11 miembros de la delegación israelí. Los asaltantes, que decían ser parte del movimiento Septiembre Negro, pedían la liberación de prisioneros palestinos que se encontraban en las cárceles de Israel.
La policía alemana, que intentó acudir al rescate de los rehenes, buscó ser la salvadora. Sin embargo, la operación no salió como se esperaba y hubo numerosas víctimas. Fallecieron todas las personas recluidas, un agente teutón y ocho de los atacantes. Tal fue el nivel de la tragedia que los Juegos Olímpicos se suspendieron durante 24 horas como homenaje a los fallecidos.
Ahora, el miedo se ha vuelto a instaurar ante el peligro de que surja una tragedia similar. Los conflictos bélicos han adquirido una notoriedad importante y están afectando de sobremanera al mundo del deporte, por lo que París 2024 se siente amenazado.
Los problemas con la inseguridad
Otro de los grandes problemas a los que se está enfrentando París, y Francia en general, es a la enorme cantidad de incidentes relevantes que están sucediendo en las calles. Este pasado fin de semana, dos recintos históricos de la ciudad tuvieron que ser desalojados por avisos de bomba. No eran ni más ni menos que el Museo del Louvre y el Palacio de Versalles.
Además, París ha reconocido que "no tiene alternativa" por si hay que cambiar algo de la ceremonia inaugural. Los crecientes problemas, marcador por el terrorismo o por la guerra entre Israel y Hamás, podrían trasladarse a la capital francesa, pero desde la organización no están dispuestos a mover su plan.
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"No hay otra alternativa para el acto inaugural. Nunca fue considerado. Fue necesario más de un año para tomar la decisión de hacer el acto inaugural en este lugar para garantizar la seguridad y a partir de ahí sabemos que es posible. Nos adaptaremos", dijo Tony Estanguet, jefe de París 2024.
A eso hay que añadirle los problemas con la seguridad en las calles. Numerosos ataques se han producido estos días. Uno de ellos conmocionó a Francia tras la muerte de un profesor al ser apuñalado por un antiguo alumno de origen checheno al grito de 'Dios es el más grande'. Y así varios actos de violencia que ha surgido en los últimos meses en varias ciudades del país. Todo esto haría que el despliegue policial se tuviese que aumentar durante la cita, pero hasta el momento no se ha dejado entrever nada.
Las chinches y más problemas
La ciudad de París, una de las más densamente pobladas de Europa, ha añadido otra preocupación debido a la aparición de una plaga de chinches, a menos de un año de que reciba los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en el verano de 2024, que ha asolado a la urbe. Ha causado estragos tanto en los domicilios como en lugares públicos, ya sea cines o transporte público.
"Los chinches de cama son un problema de salud pública y tienen que ser declarados como tal. Es necesario que el Estado reúna de manera urgente a los actores implicados para poner en marcha un plan de acción a la altura de ese azote", señaló a Efe el vicealcalde de París, Emmanuel Grégoire, hace poco menos de una semana.
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Las chinches se han convertido en otro problema más para la organización de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, aún hay otros que solucionar previamente, ya que afectan directamente a diversas pruebas de la cita olímpica. De hecho, hace unos meses, tuvo que ser suspendida la Copa del Mundo de Natación que se iba a disputar en las aguas del Sena.
Tampoco hay que olvidarse de los problemas que se están encontrando para dar acomodo a todos los voluntarios de París 2024. Esto ha llevado a que se produzca un 'desalojo estudiantil' el próximo verano ante la necesidad imperiosa de tener un lugar donde dormir para una cantidad ingente de personas.