Siguen llegando grandes noticias para España desde París. El nadador vasco Iñigo Llopis se exhibió sobre la piscina de 'La Défense' y regaló a la delegación española su tercer oro en los Juegos Paralímpicos.
Lo hizo al imponerse con autoridad en la final de los 100 metros espalda Clase 3, superando la plata obtenida hace tres años en los Juegos de Tokio. No tuvo rival y provocó el delirio del respetable francés con una prueba excelsa.
Llopis dominó de principio a fin. Desde los primeros metros se puso en cabeza y no la soltó hasta llegar a los 100 metros. Superó en casi dos segundos al japonés Kota Kubota y dejó claro ser uno de los máximos dominadores de la natación en su categoría.
"Mirando al techo no he podido ver gran cosa, pero normalmente ellos siempre salen por delante. En los segundos 50 metros es donde más me toca apretar para remontar y me ha salido bien y ganando, así que muy feliz", comentó Llopis tras proclamarse campeón paralímpico.
"Sabíamos que si estaba en mi marca podríamos pelear por el oro y estamos tanto la temporada pasada como esta con muy buenas sensaciones. Hemos podido hacerlo y súper contento", añadió.
El nadador vasco, que nació con una malformación en el brazo y la pierna derecha, lo que le provocó que una pierna sea más corta que la otra y en la mano derecha tenga dos dedos, debutó con 17 años en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, donde participó en las pruebas de 50 y 100 metros libre y en la de 200 estilos, pero no consiguió clasificarse para las finales. En Tokio obtuvo la plata en los 100 metros espalda y ahora ha dado el salto definitvo en su carrera. Ya sabe lo que es ser campeón paralímpico.
Más alegrías
La de Iñigo Llopis no fue la única medalla de la tarde en natación para la delegación española. Unos minutos antes María Delgado se llevó la medalla de bronce en en los 100 metros espalda S12, emulando así su metal en Río 2016.
Aunque comenzó muy fuerte en la final y llegó al viraje en segunda posición, en el tramo definitivo se vio superada por la ucraniana Anna Stetsenko (1'09"43). El título se lo llevó la brasileña María Carolina Gomes, con 1'08"23.
En su llegada a zona mixta, María se rompió de emoción al señalar que "es la leche ganar una medalla ocho años después de las primeras. Han sido ocho años de trabajo, de esfuerzo, de dedicación pura y aquí está". "Es un regalo porque me he sentido muy cómoda nadando de principio a fin, muy concentrada, sabía cómo quería ejecutarla y para mí ha sido una carrera perfecta", indicó.