Conchita Martínez (Monzón, Huesca, 1972) vive por y para el tenis. La pasión que demostraba en su época como jugadora sigue intacta en la actualidad, aunque ahora frecuente el área técnica de las pistas o la zona de prensa. Le gusta su trabajo y proclama ese sentimiento a los cuatro vientos. Conchita no duda en devolver los restos que le lanza EL ESPAÑOL sobre el presente y el futuro de este deporte en nuestro país. La capitana de los equipos nacionales masculino y femenino no tiene ninguna duda de que España volverá a triunfar en la Copa Davis y en la Copa Federación.
¿Qué considera que se ha hecho mal para que España haya pasado de estar en la élite de la Davis a pelear por no abandonar el Grupo Mundial I (Segunda)?
Ha habido un momento de menos compromiso por parte de los jugadores. Los pesos pesados han dejado de jugar algunas eliminatorias y tampoco ha habido compromiso por parte de los tenistas que venían por debajo en momentos clave. Para volver a donde estábamos, necesitamos compromiso y relevo generacional. Que los jugadores que han ganado tantas Copas Davis estén con nosotros en algún momento puntual y que todos tengan compromiso para conseguir un equipo competitivo.
¿Qué balance hace de la última eliminatoria contra Dinamarca?
Se hizo lo que teníamos que hacer. Ganamos de forma relativamente cómoda, pero siempre que juegas fuera de casa te ponen una pista, por lo general, muy rápida y cubierta. Se igualan muchísimo más las cosas. No fue un paseo como todo el mundo esperaba.
¿Se sintió más presionada que ante Rusia?
No, aunque sí que es verdad que el resultado estaba claro: teníamos que ganar. En cada eliminatoria, se da todo. Iba muy bien arropada. Los jugadores daneses tampoco tenían un equipazo.
¿Cree que nuestros mejores tenistas volverán a acudir a su llamada o aquello fue algo puntual por la urgencia de la situación?
Ojalá. Lo importante es que todos los jugadores quieren aportar su granito de arena para que volvamos a Primera. No está nada fácil por el calendario del año que viene. Hay unos Juegos Olímpicos y también se disputan torneos importantes la semana de las eliminatorias. Pueden pasar mil cosas, pero espero que tengamos un equipo competitivo para pasar y subir de categoría. Aún queda mucho hasta junio.
¿Fue la eliminatoria ante Dinamarca un punto de inflexión para no volver a caer en errores pasados?
Nadie quería estar en esta situación. Contra Rusia estuvimos muy cerca de ganar y nos llevamos un palo grande. Se esperaba mucho de nosotros y perdimos a pesar de tener un equipo competitivo. Pasamos de jugar una eliminatoria para subir a jugar una eliminatoria para mantenerse, lo que es bastante diferente. Ojalá este tipo de compromiso siga y podamos hablar pronto de que hemos subido de categoría y de que vamos a luchar por la Ensaladera otra vez. Con los jugadores que hay ahora mismo en el circuito, se puede hacer perfectamente.
¿Entonces no hay que ser tan pesimista como parece con el relevo generacional del tenis masculino español?
Juventud no se ve, pero los jugadores que están ahí arriba van aguantando. No sabemos cuánto, así que está claro que tiene que haber un relevo, pero seguimos teniendo grandes tenistas. Sólo hace falta mirar el ránking. Creo que el comentario tiene más que ver con los jugadores que están por debajo de los 20 años. En ese sentido, sí hay un poco de preocupación.
Hay muchas voces que claman por una Copa Davis que se celebre cada dos años e incluso se ha hablado de organizar una Final Four entre los cuatro semifinalistas. ¿Usted aprobaría estas medidas?
Está claro que el calendario está muy apretado, los jugadores tienen mucho desgaste con los torneos y la temporada es muy larga. Tener cuatro eliminatorias de Copa Davis para ganar, que suponen cuatro semanas más en el calendario, es demasiado. Hay que buscar una solución. Siempre hay uno o varios países que llevan a sus mejores jugadores, pero sería positivo hacer algo para que la competición no fuese tan desgastante.
En cuanto a la Copa Federación, ¿dónde cree que está nuestro listón en estos momentos?
Creo que también hay equipo suficiente como para luchar por la Copa. Tenemos dos grandes jugadoras entre las diez primeras (Garbiñe Muguruza y Carla Suárez) y después hay jugadoras jóvenes que vienen dándole fuerte. No tenemos una eliminatoria fácil contra Serbia en febrero, porque ellas también tienen grandes tenistas y jugamos fuera. Espero contar con todo el equipo para ir allí con las mejores armas posibles, ganar y estar en condiciones de subir. Una vez ahí arriba, veo muy posible ganar la Copa Federación.
¿Qué diferencias hay entre entrenar a los chicos y a las chicas?
Son diferentes, pero en la semana previa a una eliminatoria no se puede hacer mucho más de lo que hago. No soy la entrenadora ni de los chicos ni de las chicas el resto del año. Entrenan muy parecido: controles, puntos…
¿Y qué es lo mejor y lo peor de duplicar funciones como capitana del equipo español de tenis?
Lo mejor es la oportunidad de trabajar con estos grandiosos jugadores, con sus entrenadores y con el buen equipo humano y profesional que tengo detrás para ayudarme. Poder volver a defender los colores de tu país es muy emocionante, al igual que las vivencias de cada semana en la que hay eliminatorias. No tiene precio.
Lo peor es que no se puede complacer a todo el mundo. A veces, hay que tomar decisiones que pueden ser dolorosas para el jugador o la jugadora, y el tener que ser yo quien decida no es fácil. Si todos vamos a una, a hacer lo mejor para el equipo, creo que al final los jugadores o jugadoras comprenden esas decisiones.
Si tuviese que describir las principales virtudes y defectos de los jugadores/as españoles, ¿qué diría?
Tampoco se me vienen muchos defectos a la cabeza. Entre las virtudes, diría que hemos sido capaces de ser competitivos en todo tipo de superficies. Eso es importantísimo para estar arriba. Nuestros tenistas se han adaptado a un calendario duro aun siendo más propensos a jugar en pistas lentas, en tierra batida. Por eso hay jugadores tan buenos en España.
Nadal, Garbiñe Muguruza, Carla Suárez y el futuro
Hablemos de Rafa Nadal, el mejor exponente de nuestro tenis masculino. ¿Cree que está capacitado para volver a ser el que era?
Sí. No ha sido su mejor año, pero ya ha puesto como objetivo sentirse bien y recuperar su nivel en 2016 para poder volver a luchar por los Grand Slam. Su presencia en la Copa de Maestros de Londres ha sido un punto muy positivo.
¿Dónde cree que ha podido estar la clave de su bajón de rendimiento durante buena parte de este año?
Perdió sensaciones y confianza por sus problemas físicos. Rafa estaba acostumbrado a coger ritmo y hacer buenos resultados poco después de salir de una lesión. Esta vez, le está costando un poquito más. Ha tenido niveles altos de ansiedad, lo que ha hecho que en momentos importantes, donde él era intocable, haya tenido que pensar más. Esto pasa más veces durante la carrera de un deportista normalmente y, después de todo lo que ha conseguido, es una situación perfectamente superable para él. Ojalá que el año que viene celebremos muchos triunfos de Nadal.
Por otro lado, tenemos a Garbiñe Muguruza en la élite del tenis femenino. ¿Cree que puede convertirse en la mejor tenista del mundo de aquí a unos años?
Tiene potencial para hacerlo. Ha dado un salto de gigante y todos hemos visto de lo que es capaz. Tal y como está el circuito ahora, con Serena Williams mostrándose consistente pero ya con cierta edad, creo que Garbiñe puede luchar perfectamente para estar arriba.
¿Cree que el hecho de ser subcampeona de Wimbledon pudo provocarle un exceso de presión o confianza del que no pudo recuperarse hasta el final de la temporada?
No es fácil llegar a finales de Grand Slam, ganarlas y mantener ese nivel de concentración. El circuito es muy exigente y a la que te despistas un poquito… Aun así, Garbiñe rectificó su pequeño bajón en muy poco tiempo. Recuperó la confianza y ahora parece que está en un momento muy bueno.
¿Considera que Muguruza puede igualar o superar lo que lograron usted y Arantxa Sánchez-Vicario?
Ojalá. Su progresión es muy buena. No lo va a tener fácil, ya que Arantxa ganó cuatro Grand Slam (risas), pero todo está ahí. Ya se verá.
Carla Suárez también está entre las mejores. ¿Qué le falta para meterse en el ‘top 5’?
Ella también ha dado un estirón importante. Ha trabajado muy duro en los tres últimos años y su evolución ha sido buenísima. Era clave colocarse entre las diez primeras tenistas del mundo y lo ha conseguido. Tiene que mantener esa consistencia y agresividad y seguir creyendo que debe estar en la élite, porque no es fácil.
¿En qué diría que ha cambiado el tenis desde la época en que usted era jugadora?
En dieciocho años de carrera, vi muchos estilos de tenis. Tuve que adaptar mi juego a muchas generaciones y creo que en el momento de mi retirada ya se empezaba a jugar muy rápido. Había tenistas muy bien preparadas físicamente. El tenis femenino ha ido hacia ahí: a la bola se le pega fuerte y muy plano, los materiales han cambiado mucho, hay menos variedad… Por eso, cuando una jugadora juega con variedad, como hacen Carla Suárez, Roberta Vinci o Flavia Pennetta, pone en muchísima dificultad a las demás.
¿A partir de ahora, los éxitos del tenis español llegarán por parte femenina o la actual generación masculina todavía tiene mucho que decir?
Los chicos están dando muy buenos resultados y tenemos un buen abanico de tenistas que lo están haciendo bien, pero también las chicas. Quizá hay más nombres de chicas que de chicos que están subiendo y que son más jóvenes, pero todavía quedan unos buenos años del tenis masculino español. Ojalá el tenis femenino llegue a la misma altura y podamos hablar de los dos.
Vamos, que seguro que habrá opciones de medalla para nuestro tenis en los Juegos Olímpicos de Río.
Sí, yo creo que allí lo vamos a bordar (risas).