Rafael Nadal se encontraba en Manacor disputando un partido de exhibición ante John McEnroe cuando un murmullo en la grada le detuvo. Todas las miradas se dirigieron a una madre que explicó en voz alta que había perdido a su hija.
La mujer en cuestión describió el aspecto de su hija y justo en ese momento apareció la niña, un tanto asustada, justo en el otro extremo de la grada. Un final feliz que emocionó al mismo McEnroe y en el que Nadal fue clave con su detalle de detener el encuentro.