El majestuoso Salón de Cristal del Ayuntamiento de Valencia, en el pasado una sala de baile de estilo renacentista, recibió a España el jueves a mediodía con un interrogante que se había mantenido durante toda la semana y que tardó poco tiempo en despejarse. Tras sufrir una lesión en el psoas-ilíaco de la pierna derecha en los cuartos de final del pasado Abierto de Australia, y recaer antes de debutar en Acapulco, Rafael Nadal se pondrá la camiseta de la selección para jugar la eliminatoria de cuartos de final ante Alemania, que arrancará este viernes en la plaza de toros de la ciudad. Así, el campeón de 16 grandes disputará el segundo punto de la serie contra Philipp Kohlschreiber y volverá a la pista el domingo para jugar el cuarto ante Alexander Zverev, en caso de ser necesario. Ya no hay dudas: con solo cinco encuentros disputados esta temporada y pese a no competir desde el 23 de enero, Nadal está listo para volver.
“Tomé la decisión de venir aquí consensuada con Sergi [Bruguera]. He hecho lo que he podido durante estos días y él ha decidido que juegue yo mañana”, se arrancó Nadal, que ha ganado 22 de los 23 encuentros individuales que ha disputado en la Davis. “Estoy aquí para jugar, para jugar lo mejor posible”, prosiguió el balear. “He tenido una buena semana de entrenamientos y creo que estoy preparado para competir. Sé que llevo un tiempo sin hacerlo, pero confío en estar listo para el estreno de mañana”.
El juego táctico que Sergi Bruguera, el capitán español, había mantenido desde el lunes empezó a despejarse el viernes a la hora del sorteo, que determinó los enfrentamientos entre ambos países. El viernes, David Ferrer abrirá la eliminatoria frente a Zverev y Nadal jugará a continuación con Kohlschreiber; el sábado, Feliciano López y Marc López (obligado a viajar a última hora para cubrir la baja de Pablo Carreño, lesionado en el pulgar de su mano izquierda) se enfrentarán a Jan-Lennard Struff y Tim Puetz; y el domingo, siempre y cuando sea necesario porque la serie no esté resuelta, Nadal se cruzará con Zverev y Ferrer con Kohlschreiber.
El retorno del número uno del mundo a la competición se producirá tras cuatro días de entrenamientos en Valencia, en los que Nadal fue aumentando progresivamente la exigencia y mejorando gradualmente. El lunes, el mallorquín practicó por primera vez con Ferrer en la plaza de toros y los técnicos coincidieron en que su tenis estaba intacto (los golpes), pero físicamente tenía mucho camino por recorrer. Entre el martes y el miércoles, entrenando con Roberto Bautista y Carreño respectivamente, el balear dio un salto de nivel y convirtió la torpeza de sus movimientos en dinamismo. El jueves, horas antes del sorteo, Nadal se fue a practicar tras haberle dado luz verde a Bruguera para que le alinease en individuales la tarde antes.
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