El jueves por la mañana, Carlos Moyà y Francis Roig llegan a la terraza de jugadores tras el entrenamiento de Rafael Nadal. Los dos entrenadores del número uno han pasado algo más de una hora preparando las semifinales del Abierto de los Estados Unidos que el viernes enfrentará al campeón de 17 grandes con Juan Martín del Potro (11-5 en el cara a cara). Antes del cruce, los dos técnicos se sentaron con EL ESPAÑOL como testigo para desgranar el encuentro contra el argentino y repasar el titánico triunfo de cuartos frente a Dominic Thiem. La charla arranca con una certeza: ambos han recuperado la voz que se dejaron animando al mallorquín desde la grada hace un par de noches.
Carlos Moyà. No me quedé ronco, pero acabé con muy poca voz. Lo pasó fatal ahí sentado y el partido con Thiem del otro día está muy arriba en la clasificación. Con Federer en Australia 2017, con Dimitrov en las semifinales de ese mismo torneo, en la final de Roland Garros de esta temporada tras los calambres en la mano, de nuevo en Australia al lesionarse este curso con Cilic… Son algunos de los partidos en los que peor lo he pasado como entrenador de Rafa.
Francis Roig. Yo estuve ronco hasta el día siguiente al mediodía, pero en Wimbledon lo pasé peor en el partido con Djokovic. Nos jugábamos mucho ese día…
C.M. Ahí arriba se siente impotencia, más después de un 6-0, porque no sabes muy bien cómo va a cambiar la cosa. Por otra parte, los tres peores sets que he vivido estando con Rafa acabaron con victoria. El 6-0 de Kohlschreiber en Miami el año pasado, el 6-2 de Cilic en Toronto hace unas semanas y el 6-0 de Thiem aquí. De alguna manera, siempre encuentra la forma de igualar el encuentro. Y una vez lo iguala tiene bastantes opciones de ganar.
F.R. Es una cosa que no esperábamos, pero al mismo tiempo teníamos confianza en una reacción que cambiase las cosas, y más en un partido al mejor de cinco sets. Muchas veces trazas un plan y el tenista está convencido, pero en la pista no es capaz de hacer lo que has hablado con él.
C.M. Estamos invirtiendo mucho tiempo en conseguir que Rafa sea agresivo, que gane pista, que consiga restar delante. En esta ocasión, empezó restando encima de la línea y al final del primer set pensamos que la mejor opción era decirle que se fuese atrás porque le estaba costando y no encontraba ritmo. No se lo dijimos en el primero porque queríamos que fuese un poco sorpresa para el rival.
F.R. Exacto.
C.M. Igualmente, no renunciamos a que siga restando metido. Tampoco nos gusta que tras tres intentos fallidos vuelva a lo de siempre. Es un jugador que puede conseguir jugar sin ritmo. De hecho, el otro día vi una estadística bastante importante sobre este tema: durante todo el torneo, el mejor porcentaje de puntos ganados que tiene Rafa está en los intercambios de menos de cuatro golpes. Ahí es dónde acaba ganando los partidos, al contrario de lo que la gente pueda pensar.
F.R. Fue increíble. Al terminar, tenía un montón de mensajes en el teléfono móvil de amigos asombrados por lo que Rafa volvió a lograr.
C.M. Rafa es un poco patrimonio nacional porque todo el mundo lo hace suyo. Es algo que no pasa con ningún deportista o equipo en España. Puedes ser del Madrid y encontrarás antimadridistas, o ser del Barcelona y toparte con antibarcelonistas. De Nadal también los hay, pero a nadie que le guste el tenis, la pasión y la lucha, puede dejar de reconocer el mérito que tiene. Te caerá mejor o peor, te gustará más o menos su juego, pero es imposible no admirar lo que hace Rafa en un partido como el del otro día.
F.R. Es normal. La gente en España se estaba levantando en el último tramo del partido. ¡Es para emocionarse! Yo le dije que era un fenómeno nada más llegar al vestuario tras la victoria.
C.M. En mi caso, hubo abrazo. No suele haberlos muy a menudo, pero en ese momento sí para reconocerle el esfuerzo que había hecho y la pasión con la que le dio la vuelta al partido.
F.R. El miércoles tuvo reposo total, y le vino muy bien. Él era el primero que no quería entrenar. Habría sido diferente con un solo día de descanso, pero teniendo dos.… Se levantó a las 12 de la mañana y luego se fue a relajarse. Hizo un poco de movimiento en el gimnasio y por la noche hablamos un rato de tenis.
C.M. Era una idea que nosotros dos teníamos antes del partido, él no lo sabía. Llevaba muchos encuentros exigentes e imaginábamos que contra Thiem también seria así. Rafa sabe que soy muy partidario de acortar entrenamientos, de descansar… De hecho, el jueves de la semana previa a su debut no entrenó. Incluso me hizo una broma sobre este tema y al acabar de jugar con Thiem me preguntó riéndose que a qué hora entrábamos al día siguiente.
F.R. Es que no solo ha sido el tiempo en pista, ha sido ese tiempo bajo una humedad descomunal. Por eso, habría sido mejor no llegar con este desgaste, pero lo importante es que está en semifinales. Las temperaturas bajan el viernes, así que eso ayudará mucho.
C.M. Obviamente, es un dato que no nos gusta, pero es el que hay. El día extra le ha venido bien y estará preparado para el partido de mañana.
FR. Rafa es el favorito. Por historial y por lo que ha pasado en los últimos partidos. Si Nadal está bien tiene más opciones de ganar que del Potro. Eso no quiere decir que no sea un encuentro muy apretado.
C.M. Con la historia reciente en la mano, Rafa es el favorito porque le ha ganado las tres últimas veces en los grandes. Eso no le asegura nada, pero indica que Nadal ha respondido bien ante un test tan exigente como el del argentino. Tenemos claro lo que hay que hacer, otra cosa es que Rafa sea capaz de lograrlo.
F.R. No creo que del Potro esté sorprendido si vio la victoria ante Thiem porque conoce todas las virtudes de Rafa. Y ya sabe que pese a tener una paliza encima se lo va a dejar todo, hasta la última gota de sudor. Siempre lo hace, y siempre merece la pena, pero esta vez todavía más.