La sombra de Rafa Nadal es muy alargada. Uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos no es fácil de superar, probablemente ni de igualar, y quizás, ni de acercarse a su figura. Pero el tenis seguirá después de que el mallorquín decida dejar las pistas y en España los talentos no paran de surgir.
Probablemente estamos cerca del ocaso de la generación más talentosa del tenis español en su historia. Este año David Ferrer colgaba la raqueta, Feliciano López combina su actividad empresarial con las pistas y Fernando Verdasco no ha conseguido ningún torneo en esta temporada.
Los tres, junto a Rafa, han sido los responsables de los éxitos españoles en este deporte en los últimos tiempos y, dejando a Nadal en otro plano, también va a ser difícil juntar tanta calidad en una misma selección. Aún así, hay motivos para creer en el futuro del tenis nacional.
Alejandro Davidovich ya es presente
Con dos apellidos poco comunes de la Málaga en la que nació, este rubio de 20 años se ha presentado esta temporada ante el mundo. Alejandro Davidovich deslumbró hace dos años ganando el torneo junior de Wimbledon, por lo que ya estaba en el radar de la NextGen Series, la categoría que aglutina a las mejores promesas del tenis mundial.
Pero el 2019 del malagueño de padres rusos ha sido redondo. Ya ha tenido presencia en los cuatro Grand Slams y sobre todo destaca su papel en Roland Garros. En el torneo fetiche de Rafa Nadal superó la fase previa, aunque cayó en primera ronda. Pero su buen año lo ha confirmado con dos torneos Challenge en Sevilla y en Liuzhou, China. Además, ha alcanzado la final en otras dos citas.
Todo esto le permitió clasificarse para las finales de la NextGen de la ATP donde no ha conseguido ganar ningún partido en esta primera experiencia. El diestro ya está dentro del Top-100 de la ATP y es el mejor español en la clasificación de los mejores tenistas menores de 21 años en la décima posición. La próxima temporada tendrá una nueva oportunidad para afincarse entre las mejores promesas.
Otro diamante mallorquín
Jaume Munar ya no es un tenista dentro de la etapa NextGen, pero a sus 22 años ya ha demostrado que será uno de los que dará que hablar en las próximas temporadas. A mediados de este año, tras completar un meritorio Conde de Godó en el que cayó ante Dominic Thiem, subía hasta la posición 52 del ránking ATP, que es hasta ahora la mejor posición de su carrera. Un año que le ha permitido terminar también dentro del Top-100 para seguir dando pasos positivos en su vida deportiva.
Precisamente hubo duelo de talentos nacionales en el Challenge de Sevilla donde perdió ante Davidovich. Pero ha logrado terminar en todo lo alto su año con una victoria este pasado fin de semana en Montevideo. Esas han sido las dos únicas finales del mallorquín en una temporada en la que ha dado el paso a torneos 250 y 500 donde la exigencia es mayor. Es una de las diestras más privilegiadas del país, por lo que no será extraño verle pronto dando la sorpresa en algún torneo.
Formado en la academia de Rafa Nadal, Jaume Munar tiene la responsabilidad sobre sus hombros de dejar en buen lugar la confianza que le ha brindado uno de los mejores amigos del hombre que más éxito le ha dado a este país en la historia del tenis. Tomeu Salva, el que ganaba siempre a Nadal en sus primeros pasos, cincela con su ejemplo la figura de un futuro gran campeón.
El pupilo austriaco de Ferrero
Es un tenista del siglo XXI, en todos los sentidos. Primero, por haber nacido en el 2000 y, segundo, porque es de la quinta de dos de los grandes talentos que han saltado a la palestra este año: Felix Auger-Aliassime y Denis Shapovalov. Nicola Kuhn nació en Austria, su madre es rusa y su padre alemán. Pero desde los tres meses vive en Torrevieja.
En la misma provincia, en Villena, todo un campeón de Roland Garros como Juan Carlos Ferrero le acogió en su academia en 2012 y desde entonces no ha dejado de crecer. En 2017 consiguió su primer Challenger en Alemania, momento en el que Kuhn pasó al radar de los tenistas del futuro. Lástima que la temporada pasada sufrió varias lesiones que le han lastrado en su progresión.
Aún así siempre ha tenido claro que no por ganar títulos durante la etapa juvenil sería un gran tenista. Esta temporada va a acabar entre los 20 mejores sub21 del mundo y, aunque quedará para el recuerdo esa mala suerte que corrió ante Mischa Zverev en Miami, se ha podido resarcir con su segunda victoria ATP (en Barcelona ante Delbonis) y un nuevo Challenge en el Open de Castilla y León.
La perla de Murcia
Con 16 años es muy difícil hacer cualquier cábala con un deportista. Pero hay un tenista emergiendo también en la academia de Juan Carlos Ferrero. Carlos Alcaraz se convirtió este año en el segundo español más joven en ganar a un rival que está dentro de los 200 mejores de la ATP. Solo Rafa Nadal lo consiguió con diez días menos de vida.
Es el campeón de España cadete y campeón junior de la Copa Davis con la selección española, pero el hito lo consiguió en el Challenger de Murcia. De hecho, antes, en el torneo de la academia de Ferrero, se convirtió en el español más joven en conseguir una victoria en esa categoría.
Ha terminado la temporada en gran forma tras llegar a los cuartos de final en Sevilla. Pero aún más mérito tuvieron los cuartos de final en su primera presencia en el torneo junior de Wimbledon. Un torneo que, por cierto, estuvo a punto de ganar Carlos Gimeno, otra perla de 18 años que poco a poco se está puliendo.
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