Tras la euforia, la tristeza.
David Ferrer: Lo que quería decir es que va a ser muy complicado que nos volvamos a juntar los cuatro. Son muchos años, nos vamos haciendo mayores y cada uno se tiene que adaptar al calendario. Coincidir otra vez será muy difícil, no nos engañemos.
Rafael Nadal: Será imposible repetir algo como esto juntos. Yo en 2012 seguro que no voy a jugar la Copa Davis, es un año olímpico y en este he sido el que más he jugado. El año que viene la planificación con la Davis se hace imposible con los Juegos Olímpicos. No es el adecuado y, gracias a Dios, España tiene jugadores de gran nivel que nos van a sustituir
Feliciano López: Es que no sabéis el esfuerzo que hace gente como Rafa por estar aquí. Después del Abierto de los Estados Unidos, donde jugó la final y se pegó una paliza, estuvo en Córdoba contra Francia. Y ahora, tanto él como Ferrer vienen de Londres sin apenas descanso y, con poco tiempo para adaptarse. Tiene mucho mérito.
Después de conquistar la quinta Copa Davis de la historia para España en la Cartuja de Sevilla, el equipo formado por Nadal, Ferrer, Feliciano, Fernando Verdasco y Marcel Granollers aprovechó la rueda de prensa posterior al triunfo para anunciar un fin de ciclo, dejando entrever que jugarían poco más con la selección. Este domingo, ocho años después de aquella despedida, La Armada conquistó la competición por sexta vez en la Caja Mágica de Madrid, y lo hizo manteniendo a tres de esos cinco integrantes: Nadal (33 años), Granollers (33) y Feliciano (38) fueron piezas clave en la victoria.
¿Cómo es posible que casi una década más tarde haya tres jugadores que siguen sosteniendo a la selección? La respuesta, claro, es evidente: porque el hambre de los grandes campeones no entiende de canas, y porque los de que forman este equipo son muy buenos.
“Es muy importante haber ganado tantos años después de la última vez”, respondió Nadal cuando le preguntaron. “No somos Canadá que tiene jugadores jóvenes y muy buenos. Nosotros tenemos ya una edad avanzada para el tenis, y necesitamos relevo”, avisó el mallorquín. “Se han perdido algunas generaciones y necesitamos relevo, pero confiemos en los jóvenes que vienen”, insistió. "Nosotros hemos durado y por eso estamos aquí”.
Esta vez no hubo despedida, pero sí una llamada de auxilio: tras varias camadas de jugadores que no llegaron a nada, España necesita que los tenistas que vienen por detrás (Carlos Alcaraz, con sus 16 años, por ejemplo) no se queden por el camino si la selección quiere seguir aspirando grandes títulos en el futuro. El 1.060.000 de euros que se llevará la Federación Española de Tenis por este triunfo (del total de 3.160.000 destinados para los campeones los tenistas se reparten 2.100.000) es un buen trampolín con el que ayudar a los jóvenes para cuando llegue el momento de despedir a la generación de oro, algo que está cada vez más cerca.