Las victorias de Roberto Bautista y Rafa Nadal frente a Canadá y la posterior celebración de España de su sexta Ensaladera pusieron punto y final a la primera edición de la nueva Copa Davis. Con un formato renovado y bajo la supervisión de Gerard Piqué y su empresa Kosmos, la Caja Mágica de Madrid acogió durante la pasada semana el que, a fin de cuentas, es el Mundial del tenis.
Desde el lunes 18 hasta el domingo 24 de noviembre, hasta 18 países se reunieron en la capital española para conformar un espectáculo que ha revitalizado una competición obsoleta, pero que ha dejado algunas 'contras' (unas mayores que otras) a subsanar en próximas ediciones. "Las cosas no podían haber salido mejor", resumía Piqué tras la disputa de la gran final.
El formato de la Davis hacía casi 40 años que no sufría grandes modificaciones. Fue a partir de este 2019 en el que Piqué y su empresa cogieron el testigo y le dieron la vuelta cambiando su estructura. Adiós al Grupo Mundial de 16 países para dar paso a una fase final congregada en una sola semana. Las eliminatorias dejaron de ser al mejor de cinco partidos y se redujeron a tres. Una apuesta clara por el espectáculo, que es en lo que se ha insistido antes, durante y después de su celebración.
Mayor emoción, mayor espectáculo
La Davis ha ganado en electricidad. El dobles, aunque algunas veces innecesario (una cosa a arreglar), ha ganado protagonismo siendo decisivo en muchas ocasiones. Además, al jugarse los partidos a tres sets, se han vivido tie-breaks vibrantes que han generado gran expectación.
Lo que se ha vivido durante estos siete días en la Caja Mágica ha sido algo especial y diferente a la concepción que se tenía hasta ahora de la Davis. La emoción estaba a la orden del día y se notaba en las propias selecciones que celebraban y lloraban a partes iguales sus triunfos y derrotas. Para el recuerdo quedarán las lágrimas de Serbia en rueda de prensa o la explosión de emociones con la victoria final de España, dejando sitio aparte a la lección de vida que dio Bautista a todo el mundo del deporte.
Los horarios, un dolor de cabeza
Pero Piqué y sus socios han tomado nota y han aprendido de todos los fallos que vieron la luz una vez la Davis echó a rodar para pulirla. El más importante, por consenso general, los horarios. Todos, desde los espectadores hasta los tenistas e incluido el propio Gerard Piqué, están de acuerdo en que hay que retocar las horas en las que se juegan los partidos para evitar que se repitan imágenes como la de la jornada del miércoles que acabó a las 4:04 de la mañana. Solo un centenar de espectadores presenciaron aquel Estados Unidos - Italia.
"La gente al día siguiente trabaja...", se quejaba el propio Nadal de los horarios ante la baja afluencia de público en los partidos que cerraban las jornadas. Los primeros días de competición también se veían gradas vacías. La final, por suerte, pudo acabar a una hora decente. El formato ha acabado siendo matador para los equipos finalistas, que deben empalmar jornadas que acaban de madrugada para volver a jugar al día siguiente.
Robos de madrugada
Horarios que desencadenan en escenas desagradables como los robos o intentos de robo que han sufrido varios periodistas estos días. El modus operandi de los asaltantes era sencillo: controlar los coches que llegaban a primera hora, identificar a su dueño y asaltarlo a última hora de la noche, aprovechando la oscuridad de la zona, cuando regresaba a su vehículo. Los propios periodistas alzaron la voz y denunciaron una situación que no se puede volver a repetir, bien aumentando la seguridad o con el propio cambio de los horarios.
Otra pista ¿y más selecciones?
Hay varias medidas en mente para atajar estos problemas. Uno de ellos es añadir una tercera pista, que podría estar fuera de la Caja Mágica, siendo el WiZink Center el recinto deseado por Piqué y su empresa. También algunas voces proponen ampliar el calendario de la competición a dos semanas y, por qué no, añadir más selecciones a la ecuación para aumentar sensación de Copa del Mundo. Parece que el formato no está hecho para reducirse a solo siete días. Eso atajaría el problema de los horarios y daría mayor magnitud todavía al torneo.
Entre las quejas también hay hueco para aquellos que piden que la sede rote cada año o incluso algunos como Djokovic proponen que siga habiendo una ronda previa a principios de año en la que se jueguen las eliminatorias en sus respectivos países y precedan unas Finales a ocho. De momento, en 2020 se volverá a disputar en Madrid y ya se negocia prolongar su contrato hasta 2021. Otro tema que hay que llevar a debate es si es positivo que una competición tan exigente se celebre a final de año, provocando que muchos tenistas Top se borren.
La segunda edición de la nueva Davis estará pronto en el horno. Ya será una competición más madura que ha nacido de una fórmula exprés, pero que ha acabado funcionando a las mil maravillas. Piqué sacaba pecho de su 'retoño': "La nueva Davis tiene alma". Y tiene razón. El espectáculo ha ganado y se ha dado un aire nuevo a un torneo en decadencia. El público vuelve a poner su atención en una de las citas más prestigiosas de este deporte. España ganó en la Caja Mágica; también lo hizo el mundo del tenis.
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