El mundo del deporte es sinónimo de valores, pero también de competitividad y de presión. Es en esa 'cara B', la menos bonita, la que se debe tratar como una parte más de todo lo que engloba a este sector que tantos adeptos tiene tanto a nivel profesional como en número de aficionados.
Son muchos los deportistas tanto de dentro como de fuera de nuestras fronteras los que han reconocido que en alguna ocasión estuvieron a punto de tirar la toalla como consecuencia de una depresión. Andrés Iniesta es un ejemplo de ello. El campeón del mundo con la Selección reveló hace tiempo que se puso en manos de un psicólogo para superar aquel periodo.
"Deseaba que llegase la noche para tomarme una pastilla. A las personas nos mueve la ilusión y en una situación así no tienes nada, no sientes las cosas. Cuando sufres depresión, no eres tú. Cuando estás tan vulnerable es difícil controlar momentos de la vida y piensas en situaciones extremas", comentó Iniesta a Jordi Évole en Salvados.
Otro de los casos más conocidos a nivel mundial es el del nadador Michael Phelps, quien llegó a pensar en quitarse la vida: "No quería nadar más, ni siquiera quería vivir más. Nunca he estado tan mal, me encerraba en mi habitación, sin ganas de nada, ni de vivir y pensé en el suicidio".
Tanto Iniesta como Phelps habían saboreado ya las mieles del éxito, pero recientemente se ha conocido que Cori Gauff, la emergente estrella del tenis femenino, sufrió depresión y estuvo muy cerca de abandonar las pistas: "A lo largo de mi vida siempre fui la más joven en conseguir cosas, lo que me dio un bombo que no quería".
"Justo antes de Wimbledon, volviendo a la temporada 2017/2018, estaba luchando para averiguar si esto era realmente lo que quería. Siempre obtenía los resultados, así que ese no era el problema, me encontré con que no disfrutaba de lo que amaba. Me di cuenta de que tenía que empezar a jugar para mí y no para otras personas. Durante aproximadamente un año estuve muy deprimida. Ese fue el año más difícil para mí hasta ahora", dijo Coco en declaraciones para Behind The Racquet.
"Estaba perdida", ha reconocido la joven tenista -número 52 de la WTA a sus 16 años-. Coco Gauff saltó a primera plana después de firmar una serie de contratos que le convirtieron en 'la joven del millón de dólares'. Esto se unió a su parecido en el juego con las hermanas Williams, en especial con Serena, su ídolo.
La suma de factores provocó que la joven cayese en un estado de depresión y de replantearse su vida y carrera. Un tema complejo sobre el que EL ESPAÑOL ha podido hablar con el reputado psicólogo Chema Buceta para tener una visión de cómo gestionar este tipo de situaciones y por qué se pueden desencadenar.
¿Cómo se puede gestionar algo así?
Todo esto es difícil de gestionar. La prueba es que muchos adolescentes fracasan a raíz de que no lo pueden manejar. Incluso puede que no sea un problema de que fracasen deportivamente, sino que pueden desencadenar problemas más serios a nivel de psicopatologías. Se crea alrededor de ellos una expectativa muy alta de rendimiento, de expectativas... En el tenis masculino se habla del 'nuevo Nadal', pero la verdad es que no hay muchos chicos que sean capaces de triunfar siendo jóvenes como él y también de mantener así los pies en el suelo. No conozco el caso de esta chica, pero muchas veces son las expectativas de la gente que tienen alrededor, de los propios padres o familiares incluso.
Muchas veces llega el momento de que se crea una expectativa muy grande. De que tienen que ganar y de que tienen que seguir ahí. ¿Y qué pasa? Pues que el deporte profesional es un escenario diferente. Has podido ser un gran tenista a tu edad o superior a tu edad. Irrumpes, te van conociendo y ganas los partidos, pero en el momento en el que se trata de estabilizar una vez en la élite pues ya, evidentemente, no es lo mismo. La gente te conoce, los rivales ya te esperan, tienes que jugar contra jugadores con mucha experiencia y no es tan fácil mantenerse. Incluso en el circuito femenino ninguna jugadora se mantiene en lo más alto, hay muchísimos cambios en el ranking porque es difícil, ya no porque seas joven, sino por aguantar esa presión.
¿Hay una fórmula para aguantar esa presión?
Pues es difícil. El principio de todo es tener un buen entorno, como el que ha podido tener Rafa Nadal. Un entorno muy protegido, donde realmente la gente no se vuelve loca con los contratos, los patrocinios... También es importante que la vida no sea solo el tenis. Llega un momento en el deportista joven, que al final es el verdadero problema desde el punto de vista psicológico, en el que puede identificar el éxito deportivo al valor que le dan como persona. Si gana todo es una fiesta, pero si pierde empiezan los problemas, algo que adquiere mucha trascendencia, más que el puro hecho de ganar o perder.
¿Qué pueden pensar estos jóvenes deportistas?
El deportista piensa que tiene que responder a lo que los demás piensan de él y que si no es capaz de ganar pues se siente mal como persona. No sé si es lo que le ha ocurrido a Gauff porque no conozco su caso, pero puede ser probable que sea algo así. Muchos de estos jóvenes son deportistas atrapados en su deporte. ¿Por qué atrapados? Porque seguramente para llegar hasta ahí hayan tenido que sacrificar otras muchas cosas y vías de gratificación emocional.
Sus amigos solo son los de tenis, igual han dejado de ir al colegio, su actividad social está muy restringida... Se limitan a comer, dormir, entrenar y poco más. Esto les hace muy vulnerables desde el punto de vista emocional y les atrapa, es lo único que tienen como gratificación. No puede defraudar, entre comillas, porque es lo que piensan. Esto crea una presión muy grande.
El entorno del deportista
Muchas veces los psicólogos entran en juego tarde, cuando una persona puede haber fracasado definitivamente y está hecha un desastre. Mientras tanto no, ¿por qué? Pues porque mientras tanto el propio entorno del deportista a veces impide que se haga este trabajo porque lo único que quiere es que la máquina siga produciendo dinero. Porque muchas veces el tenista, el futbolista... el deportista es más importante que la persona. Ese es el tema. No me refiere a Coco porque no conozco el caso en primera persona, pero es un patrón que se da en situaciones como la suya.
Se conocen casos como el de Phelps, todo un campeón olímpico que decidió dar un paso a un lado
Los deportistas que triunfan a una edad temprana son muy vulnerables a nivel psicológico. Se crea esa expectativa, ellos mismos han ganado mucho de jóvenes, se meten en profesionales, ganan unos partidos o incluso un torneo y ya se genera esa expectativa tremenda. Conocemos muchos deportistas que se retiran por esto, de hecho es habitual en campeones olímpicos. Yo he trabajado con campeones olímpicos que una vez logrado el objetivo entran en una depresión muy grande y esto se da porque el éxito te obliga a tener más éxitos. Si se suma que es una persona joven, pues no tiene esa madurez y sí esa vulnerabilidad desde el aspecto psicológico.
¿Puede volver a recaer un deportista en este estado de depresión?
Es muy probable que le vuelva a pasar salvo que haya hecho un trabajo muy serio de cirugía psicológica, si quieres llamarlo así. Es decir, no es tan sencillo esto. La realidad es que los deportistas que tienen un serio problema con esto no salen adelante. Es muy difícil salir adelante porque la presión es muy grande. Hay deportistas que tienen unos bajones tremendos y les cuesta mucho volver a estar arriba.
El éxito te aísla un poco más, te hace sentirte un poco más solo y te hacer estar ante una expectativa muy alta que te pide ganar, el propio entorno te pide ganar. En una carrera larga hay altibajos, incluso de motivación. Ha ganado mucho y ya no es lo mismo de antes... Hay muchos mecanismos que están ahí, pero una cosa es esto y otra es tener problemas patológicos de verdad. Cuando tú eres un deportista más maduro es más fácil que salgas adelante, pero cuando eres joven y has tenido un éxito muy grande eres muy vulnerable.
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