La polémica con la juez de línea que fue golpeada por Novak Djokovic en el US Open no encuentra fin. Después de que un medio de su ciudad de origen, el The Owensboro Times, de Owensboro, Kentucky, desvelara su identidad, la cuenta de Instagram de la protagonista de este fatídico suceso se ha llenado de mensajes desagradables en los que le amenazan de muerte.
Laura Clark, que perdió a su hijo en 2008 cuando este tenía 25 años, ha recibido mensajes cebándose con esta circunstancia y que le decían que "pronto se reunirá" con él. No se han conformado con decir que había "exagerado" el golpe que recibió del tenista serbio, si no que han centrado sus ataques en desearle lo peor en su vida a la juez de línea de este US Open. Ha tenido que cerrar su cuenta en esta red social.
La cosa no se ha quedado ahí. La mujer tenía una fotografía promocionando unos vinos. Los energúmenos que han entrado en su cuenta la han utilizado para decir que tenía un problema con la bebida. "¿Puedes beber litros de alcohol pero no puedes sobrevivir a una pelota de tenis? Mala actuación. Sinvergüenza", rezaba uno de los comentarios que acompañaban a la imagen.
El mismo Djokovic ha salido desde su cuenta de Instagram a pedir "comprensión" hacia la juez de línea para que cese esta persecución de estos aficionados que están en contra de la decisión que le costó la expulsión al serbio. La acción involuntaria dio la vuelta al mundo y ha creado una división entre los que pensaban que se exageró.
Cómo se tomó la decisión
El jugador serbio, que afirma no haber hecho a propósito su acto, se quedó completamente descolocado tras lo sucedido. El número uno del mundo golpeó una bola con su raqueta tras perder un punto contra Carreño, queriendo impactarla contra la pared de fondo. Sin embargo, fue directa a parar al cuerpo de la jueza de línea.
La bola golpeó directamente en su cuello, lo que le hizo caer al suelo y sufrir unos primeros momentos de ahogo al recibir el impacto completamente en la garganta. Nadie se podía creer en la pista lo que había sucedido, ni siquiera el propio Djokovic, que rápidamente a fue interesarse por el estado de la jueza. La cara del serbio tras el accidente parece hacer entender que no fue premeditado, pero se trató de una acción grave que merecía su descalificación.
Y ese fue el asunto a debatir una vez la jueza se había recompuesto de su golpe. El debate se instauró en la pista entre la jueza de silla del partido, Surelie Tourte, el supervisor del Grand Slam, Andreas Egli, y el árbitro principal del US Open Soeren Friemel. Tras recabar la versión de los hechos de todas las partes y tras ver dónde y cómo había golpeado la bola sobre la jueza, la decisión estaba bastante clara.
El propio Friemel explicó cómo se produjo la situación y cómo fue el debate en la pista hasta que se tomó la decisión: "Djokovic golpeó a la jueza y le hizo realmente daño. Era muy importante para mí saber lo que había pasado exactamente y así me lo hicieron saber tanto Egli como Tourte".
"El protocolo dice que tengo que hablar con Novak y lo hago para que me dé su punto de vista. Lo que estaba claro es que le había dado directamente en el cuello de la línea. Y la decisión de expulsarle estaba tomada". Así de contundente se mostró Soeren, que aseguraba que en todo momento la situación le había parecido grave y que por eso las consecuencias eran inevitables.
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