La imagen refleja perfectamente el Roland Garros de la covid-19. Después de terminar su último entrenamiento antes de jugar la final del domingo ante Novak Djokovic, Rafael Nadal acude a una de las gradas de la pista 3 donde están su padre Sebastià, su agente Carlos Costa, su jefe de prensa Benito Pérez-Barbadillo y su mano derecha en Nike Jordi Robert Tuts. Es el único momento que el tenista puede hablar con los suyos cara a cara porque la burbuja del torneo se lo impide (en su hotel está únicamente acompañado por su entrenador Carlos Moyà y su fisioterapeuta Rafael Maymò).
Durante casi 15 minutos, el campeón de 19 grandes se pone al día con los suyos y luego se marcha al hotel para preparar un encuentro que volverá a trastocar la historia una vez más: si gana Nadal, sumará 13 títulos en Roland Garros e igualará los 20 grandes de Roger Federer; si gana Djokovic, apretará aún más esa carrera por ser el mejor de todos los tiempos al ponerse con 18 torneos del Grand Slam (a uno del español y a dos del suizo).
Antes del trascendental cruce, Moyà y Francis Roig, técnicos del balear, conversaron entre ellos con los enviados especiales a París como testigos.
Carlos Moyà. En principio, creemos que el domingo no lloverá.
Francis Roig. Será un día parecido al de hoy, con sol y fresco. Rafa se ha acostumbrado. La primera semana yo no estuve aquí, pero hacía más frío.
C.M. Sí, las temperaturas eran más bajas. Entrenamos a cubierto bastantes veces y jugó algún partido bajo techo. Al final, Rafa se adapta perfectamente a todo tipo de condiciones. Si le das a elegir, seguramente optaría por otras, pero estas son las que hay, y tiene armas para hacerlo bien aquí.
F.R. Desde luego que las tiene.
C.M. Desde el principio pensábamos que las condiciones de este Roland Garros eran las mejores para Djokovic. Es cierto que no teníamos dudas de la capacidad de adaptación de Rafa, y efectivamente se ha adaptado muy bien. Nadal ha ganado en todo tipo de circunstancias: altura, a nivel de mar, frio, calor, bolas pesadas, ligeras… No ha perdido un set hasta la final y nos aferramos a eso, al nivel que ha ofrecido hasta ahora.
F.R. No creo que Djokovic varíe mucho su manera de jugar. Es más importante lo que va a hacer Rafa. Él sí que tiene un plan.
C.M. Esperamos un Nole agresivo, más que estos días.
F.R. Siempre lo suele hacer cuando juega con Rafa. No sería algo que nos sorprendería. Es más complicado enfrentarte a Novak en pista rápida que en tierra batida. Aquí, los números avalan mucho a Rafa. La evolución ha sido muy buena. Es obvio que Djokovic es un contrario muy difícil, pero en arcilla es todo un poco más diferente.
C.M. Estamos hablando del número uno, un tenista muy completo en todas las superficies, con pocos huecos. Pero hay que ser conscientes de que Rafa Nadal es nuestro jugador. Hay que confiar. El camino hacia la final ha sido muy positivo. Será un partido duro entre dos rivales que se respetan muchísimo, pero tenemos un jugador en el que se puede confiar.
F.R. Con la calidad que tienen ambos, será un encuentro con grandes puntos. Son tenistas acostumbrados a jugar partidos así de importantes y darán un gran nivel, es algo que suelen hacer.
C.M. Rafa ha jugado con buen porcentaje de primeros saques esta semana, entre el 65% y el 75% en todos los partidos. Al principio del torneo buscaba porcentaje, pero en las últimas rondas se ha atrevido a meterle más velocidad. Nos enfrentamos a un gran restador y habrá que estar acertado con el saque.
F.R. Sí, las dejadas son otro aspecto importante del partido. En este Roland Garros se ha usado mucho como táctica porque esta pelota no bota. Aunque no sé qué cansa más: una dejada o correr de lado a lado cinco o seis veces.
C.M. Conocemos a Djokovic, pero nos preocupa el nivel de juego que pueda ofrecer Rafa. Esa preocupación ha sido solventada esas dos semanas por la versión que ha ofrecido. Esperamos una batalla dura, un partido largo con muchas alternativas. El que aproveche mejor sus opciones ganará.