El Abierto de Australia se jugará sin público, como mínimo, hasta el próximo jueves. A partir de las 23.59 horas del viernes, el Estado de Victoria volverá a las restricciones de la fase 4 por un rebrote de casos de covid-19, lo que obligará a la población a confinarse y no abandonar el domicilio salvo para cuidar a otras personas, comprar productos de primera necesidad, cumplir con los trabajos básicos y realizar ejercicio. El primer Grand Slam de la temporada no verá interrumpida la competición porque los jugadores han sido catalogados como “trabajadores esenciales”, pero sí se despedirá del público hasta nueva orden.
“La cepa británica se está moviendo a una gran velocidad y este es el consejo que nos han dado nuestros expertos de salud”, dijo Daniel Andrews, el primer ministro de Victoria, durante la rueda de prensa en la que anunció la decisión de regresar a la fase 4. “Estas restricciones son para asegurarnos de que respondemos adecuadamente a la cepa de coronavirus más infecciosa y rápida que hemos visto nunca”, añadió. “Entiendo que muchas personas estarán preocupadas, pero confío en que si nos mantenemos unidos estas medidas serán efectivas. Quiero estar aquí el próximo miércoles para anunciar que se eliminan las restricciones”.
El brote que ha provocado este nuevo confinamiento comenzó la semana pasada en el hotel Holiday Inn que está en el aeropuerto de Melbourne, y actualmente se ha disparado hasta los 13 casos activos (cinco de ellos de origen local). La preocupación aumentó en todo el estado de Victoria el jueves, cuando el café Brunetti (ubicado en la terminal 4 del mismo aeropuerto) se añadió a la lista de lugares de exposición al virus de máximo nivel después del positivo de un trabajador que pasó más de ocho horas allí el martes por la tarde.
El confinamiento afecta a unos cinco millones de personas que deberán permanecer en sus casas hasta el próximo jueves. Australia (28.879 casos de covid-19 y 909 fallecidos desde el inicio de la pandemia) ha sido un ejemplo en la gestión de la mayor crisis sanitaria a la que se ha enfrentado el mundo en mucho tiempo. El año pasado, solo el Estado de Victoria sufrió una cuarentena de más de 100 días que terminó en el mes de octubre.
Tras el anuncio del ministro Andrews, la federación australiana emitió un comunicado para asegurar que el torneo no corre peligro, aunque de momento se celebre a puerta cerrada. Hasta ahora, el Abierto de Australia había contado con un 50% de público, teniendo permitido el acceso de 30.000 personas por día. Según los datos de la organización, nunca se había alcanzado esa cifra, pese a que el número había ido en aumento desde la primera jornada: 17.922 el lunes, 17381 el martes, 19.900 el miércoles y 21.010 el jueves.