Daniil Medvedev sigue imparable en este Open de Australia en el que todavía no ha encontrado un rival que pueda hacer frente a su enorme talento y a su estado de forma absolutamente incontestable. El tenista ruso se deshizo en tres sets de Stefanos Tsitsipas al que doblegó por 6-4, 6-2 y 7-5 [Daniil Medvedev 3-0 Stefanos Tsitsipas: Narración y estadísticas].
El griego, que llegaba tras vencer de forma milagrosa a Rafa Nadal en los cuartos de final después de remontar dos sets y llevarse las tres últimas mangas, fue arrollado por un ciclón. Medvedev se destapa como el jugador más en forma del circuito y ahora tendrá la gran oportunidad de su carrera deportiva, la de sumar su primer Grand Slam si consigue vencer a Novak Djokovic en su 'jardín', la Rod Laver Arena, en la que será su segunda final de un torneo grande.
Cuando Daniil Medvedev está a este nivel, poco se puede hacer. El tenista ruso exhibió una calidad en su juego absolutamente incontestable, realmente inspirado, como en trance, una barbaridad incuestionable que supondrá uno de los escollos más complicados que se ha encontrado nunca Novak Djokovic en el que es su torneo fetiche. A pesar de que el serbio llega también a la final tras arrollar en su semifinal ante Karatsev y recuperado de sus problemas físicos, el duelo en la gran final del Open de Australia promete ser épico.
Sin embargo, el duelo de este viernes estuvo marcado por la eficacia de Daniil con el servicio y sobre todo por su virtuosismo con el revés. El ruso fue implacable con su saque y desde el fondo de pista no dio opción a un Tsitsipas que no encontró su momento en el partido hasta el final del tercer set, cuando soñó con una nueva remontada. No obstante, Medvedev no estaba por la labor de dejar pasar la gran oportunidad y lo liquidó antes de que pudiera emprender su vuelo como ya hizo ante Nadal.
Ni siquiera el apoyo de la Rod Laver Arena hacia Tsitsipas fue suficiente y los 17 saques directos y 45 golpes ganadores del tenista ruso fueron una barrera demasiado grande para un Stefanos que esta vez no encontró su camino en la heroica. Medvedev se llevó los dos primeros sets con mucha solvencia, sin dar opciones a un Tsitsipas que no pudo entrar en el partido debido al alto ritmo impuesto por su rival. En la segunda manga, el recital ofrecido por Daniil le llevó a obtener varias roturas consecutivas que desmoralizaron por completo a su oponente. En un visto y no visto, el marcador ya registraba un 6-4 y 6-2 casi inapelables.
No fue hasta la tercera manga cuando Tsitsipas aterrizó en el Melbourne Park para presentar batalla. El set que amenazaba con ser el definitivo se presentó mucho más igualado, mientras el tenista griego se agarraba a cada buena noticia para soñar con la remontada. Incluso, se vieron las primeras dudas de Medvedev en todo el torneo, y eso que comenzó mandando.
Medvedev arrancó el tercer set tal y como se había empleado el resto del partido, dominando a su rival con un juego de lo más eficaz. A las primeras de cambio consiguió hacer el break y encaminarse así hacía la victoria después de consolidar con su saque la rotura y colocarse con 2-0.
Las dudas de Medvedev
Sin embargo, lejos de rendirse, Tsitsipas demostró todo el coraje que lleva dentro y no solo consiguió devolver la rotura para empatar el partido a tres, sino que llegó a ponerse por delante, mostrando una cara completamente distinta y revitalizada en comparación con lo que había sido el partido hasta el momento. Tsitsipas sacó a relucir todo su pundhonor para romper por primera vez el servicio de su rival y darle emoción al choque. Aunque le duró poco la alegría. Medvedev ganó de nuevo su saque y el marcador se estabilizó hasta el final del set.
Aún así, Stefanos llegó incluso a restar para ganar el tercer set con 5-4 en el electrónico y 0-30 a su favor mientras sacaba el ruso. Ese fue el punto de inflexión final para un Medvedev que alejó los fantasmas a golpe de ace y puso la directa hacia la victoria. Consiguió igualar la contienda a cinco juegos, rompió en el siguiente para ponerse de nuevo en ventaja y remató la faena con su servicio.
Tras el partido, el rival de Novak Djokovic en la gran final del domingo reconoció haber sentido algunas dudas en esos momentos críticos del tercer set: "No ha sido fácil porque me ha dado la sensación que él estaba volviendo en el tercer set, del mismo modo que hizo contra Rafa en cuartos". Sin embargo, se mantuvo en el partido, detuvo el ímpetu griego y sacó su billete para pelear por el primer torneo grande de su carrera.
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