Novak Djokovic ha demostrado una vez más ser un tenista y un deportista único. El jugador serbio ha levantado su noveno trofeo como campeón del Open de Australia tras doblegar a un Medvedev que llegaba lanzado. El ruso era para casi todos el gran favorito a ganar el torneo, tal y como había hecho en el último gran evento disputado, las ATP Finals.
Sin embargo, el tenista balcánico no se quiso marchar de su pista fetiche, la Rod Laver Arena, sin demostrar antes que en Australia se siente como en casa. Es su paraíso, el lugar donde más veces ha ganado y el Grand Slam que mejor se adapta a sus características. Por ello, arrolló de forma abrumadora en tres sets a su rival.
Tras el partido, ambos jugadores compartieron anécdotas con el público y recibieron la felicitación de toda la organización del torneo. Djokovic se mostró especialmente feliz por esta victoria que ha llegado tras superar unas circunstancias muy adversas y complicadas debido a la ausencia de público, las cuarentenas, los positivos y todas las restricciones con las que han tenido que convivir.
"Ha sido uno de los torneos más difíciles de ganar por todo lo que lo ha rodeado. La cuarentena, la lesión. Los tenistas no nos sentimos muy bienvenidos por parte de algunos medios. Estoy contento de haber jugado con público en la grada".
Con esta victoria, Djokovic suma ya 18 torneos del Grand Slam y se queda a tan solo dos del récord masculino que comparte Roger Federer, quien no ha podido estar por lesión, y Rafa Nadal, que cayó de forma sorprendente en cuartos de final ante Tsitsipas después de tener su partido dominado al vencer por dos sets a cero.
Precisamente, el tenista griego cayó en semifinales ante Medvedev después de volver a tener otro conato de gran remontada en la tercera manga. El ruso, con ese triunfo, confiaba su intratable estado de forma. Sin embargo, llegó Djokovic para volver a poner al 'Big 3' como los reales dominadores del panorama tenístico y para evitar el primer grande del ruso en su palmarés en su segunda final.
La lesión de 'Nole'
Djokovic no solo estaba exultante por la victoria, sino por haber superado unas semanas muy complicadas con un lesión en el abdominal que le ha traído por la calle de la amargura y que le ha servido al serbio para seguir construyendo un documental que estrenará a finales de año. En él se podrá comprobar el calvario que ha sufrido estos días en Australia y por el cual ha recibido numerosas críticas.
"He jugado con una rotura muscular en el abdominal y he ganado. Cómo ha sido la rehabilitación se verá en el documental que estoy preparando y que saldrá a finales de año. Sabía que corría el riesgo de lesionarme más. No me gusta haber escuchado críticas de gente que no sabía lo que tenía. No me parece justo, pero sé que no será la última vez que pase. Mi manera de responderles es ganando".
Ha sido precisamente esta lesión por la que muchos han afirmado que el serbio exagera continuamente sus problemas para poner excusas en sus derrotas y para dar mayor carácter heroico a sus triunfos. De momento, lo único realmente demostrable es que Djokovic se ha vuelto a coronar como el más fuerte en la pista de Australia y que mantiene todos sus objetivos, los cuales le podrían llevar a ser el mejor tenista de todos los tiempos, intactos.
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