Rafa Nadal venció a Zverev en lo que ha sido uno de sus mejores partidos en lo que va de temporada y, sobre todo, en lo que se ha jugado en tierra batida. Junto a la final del Conde de Godó en la que venció a Tsitsipas, este duelo ante el tenista alemán ha sido en el que mejores sensaciones ha desprendido el tenista balear.
El jugador español se mantuvo, en muchos momentos del partido, muy sólido con el saque y haciendo daño con su derecha, sobre cuando Zverev intentaba jugar dentro de pista y cuando se aproximaba a la red. Además, su pudo ver a un Nadal mejor físicamente a pesar de la paliza que se había pegado este jueves contra Shapovalov.
Con el paso de los días y de los partidos, el estado físico del manacorí empieza a ser mejor y ya se le ve esa chispa de sus mejores días. El objetivo en Roma no es otro que levantar el título, el que sería el primer Masters 1000 de la temporada y un gran impulso antes de Roland Garros. Ahora está a tan solo dos partidos.
"Cuando luchas, normalmente, tienes algo de premio. Luché mucho ayer y al final pude ganar y me permitió jugar hoy. Hoy jugué mucho mejor que ayer, jugué de forma más sólida. Fue uno de mis mejores partidos en tierra contra un rival muy duro". Así de contento se mostraba Nadal después de haber sido muy superior a un Zverev que venía de ganarle en los cuartos de final del Mutua Madrid Open. "Es una gran victoria, es importante haber ganado bajo presión, porque en las últimas semanas había perdido puntos importantes, esta semana me moví mejor y estoy súper feliz".
El jugador español buscará en Roma su décima corona, aunque antes tendrá que doblegar a su próximo rival, el estadounidense Opelka, la gran sorpresa del torneo que se ha colado en las semifinales gracias a su potente saque. Nadal tendrá enfrente a un cañonero en toda regla que intentará sacarle de la pista con sus 2,11 metros de altura.
"Opelka es un rival duro, muy complicado, tiene un servicio enorme, tengo que estar concentrado con mi saque. Veremos, sé que tiene un gran saque, tengo que jugar bien, sólido, tratar de hacerle jugar un golpe más. Son semifinales de un Masters 1000, hay que estar centrado".
Dolor y cansancio
Lejos de estar cansado por haber jugado ya en Montecarlo, Barcelona, Madrid y Roma, Rafa reconoce que los partidos y la competición le están dando esa chispa que necesita para estar al máximo y para poder sobresalir en la que es su superficie favorita: "Llevo más partidos, he estado trabajando bien. Más allá de la resistencia, me faltaba un pelín de chispa y era lo que estaba buscando. Hoy otra vez defendí mejor, leí mejor el juego y eso para mí es lo importante. Hubo muchos puntos largos, he tenido la capacidad de jugar otra bola más dentro".
Por último, Nadal analizó su parte de daños después de su impactante caída en el duelo contra Zverev. El tropezón no tuvo graves consecuencias, aunque en caliente no notó realmente la importancia del golpe. A medida que vayan pasando las horas le irán apareciendo más secuelas.
"Me dolían varias partes del cuerpo, porque tengo heridas por diferentes lugares. Fue en una carrera, se me quedó el pie clavado por la línea. Me he pegado un golpe en la muñeca, me he asustado un poco, pero a los pocos segundos me di cuenta de que no era nada". Habrá que ver cómo de recuperado puede llegar Rafa al duelo de este sábado contra Opelka en el que estará en juego un puesto en la gran final.
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