Johanna Konta es una tenista británica, pero nacida en Sídney, Australia, de 30 años que se ha prodigado con más éxito en los cuadros de dobles que en los de individuales. Sin embargo, su gran batalla en los últimos meses no la ha vivido contra sus oponentes en la pista, sino que la ha vivido contra la Covid-19, esa enfermedad que lleva persiguiendo a la población desde hace más de un año.
Y se podría decir que a Johanna le cazó de lleno, ya que la tenista ha tenido que convivir con ella durante muchas semanas, lo que ha afectado por completo a su carrera deportiva. El calvario al que ha tenido que hacer frente la jugadora ha sido terrible, ya que el coronavirus atacó a sus defensas con mucha fuerte y tuvo que convivir durante muchos días con síntomas muy graves.
Solo por su juventud decidió no acercarse hasta un hospital para ser tratada e ingresada, algo que seguramente hubiera sido necesario. Sin embargo, prefirió quedarse en su domicilio y pasar la enfermedad como buenamente pudo. Un proceso que fue para ella un verdadero infierno. Sin embargo, no lo ha pasado sola, ya que su pareja también se contagió y vivió una pesadilla semejante con síntomas realmente fuertes que dejaron sus fuerzas y sus defensas al límite.
Los dos han tenido que vivir un drama en estas últimas semanas que todavía no ha concluido, ya que no solo pasar el virus ha sido duro, sino que la recuperación ha sido mucho más lenta y costosa de lo que habían imaginado. Aún así, han conseguido pasar el trance sin lamentar males mayores, lo que supone todo un triunfo para ellos después de haber pasado días muy complicados. Este lento proceso de recuperación ha perjudicado a la carrera de la deportista, que ha tardado mucho tiempo en sentirse preparada para regresar a las pistas y que le ha hecho pagar un peaje muy caro.
Miedo en el deporte
Johanna Konta ha vivido lo que muchos otros deportistas han sufrido desde que la enfermedad apareció como un monstruo para atormentar las vidas de la ciudadanía mundial. La Covid-19 no solo ataca cuando se padece, sino que generalmente deja unas recuperaciones muy lentas y unas secuelas que se suceden durante meses.
Por ello, en el mundo del deporte, la sensación de cansancio, fatiga crónica y las lesiones derivadas de la Covid-19 han estado a la orden del día. Konta, en los últimos meses, ha tenido que decir adiós a dos de las citas más importantes del campeonato. La primera de ellas Wimbledon tras haber estado en contacto con un positivo y después en los Juegos Olímpicos, cuando fue ella quien se había contagiado, lo que dio comienzo a la peor fase de su calvario, ese que también vivió junto a su pareja.
Debido a este maldito virus, la temporada de Konta ya estaba totalmente modificada, aunque todavía quedaba lo más complicado, recuperarse después de ser negativo. Las dudas por sus sensaciones físicas seguían estando ahí y por ello, antes de regresar al circuito de manera definitiva, decidió someterse a todo tipo de pruebas y de chequeos para comprobar que no le habían quedado secuelas y que estaba perfectamente. Lo que más le preocupaba era haber sufrido daños en sus pulmones y en su corazón, pero efectivamente, todo estaba bien y era momento de retomar los entrenamientos y mirar hacia la gira americana.
Polémica con la vacunación
A pesar de la gravedad que han vivido Johanna y su pareja con sus casos, no dejan de ser uno más dentro de los millones de personas que han tenido que lidiar con esta enfermedad en el mundo y que, como no, ha tocado también a deportistas. Muchos, de todas las disciplinas, han reconocido que esta temporada y la pasada han sido más complicadas de lo habitual por los contagios, por los esfuerzos extras que se han tenido que hacer cuando faltaban compañeros o por las secuelas que les ha dejado la Covid-19.
Sin embargo, la particularidad del caso de Johanna Konta está en que después de haberlo pasado muy mal padeciendo la enfermedad, ha sorprendido con unas polémicas declaraciones sobre la vacunación, la vía que todos los expertos señalan para intentar superar cuanto antes el castigo del coronavirus.
Konta, que ha conocido cómo se las gasta de cerca y lo duro que es sufrirlo, no está segura de que las vacunas sean el mejor camino para intentar combatir y vencer la pandemia y ha aprovechado el altavoz público que le da su estatus como deportista y como tenista para generar dudas importantes en sus seguidores.
En una entrevista con Associated Press, en la que afirma que "definitivamente es la peor enfermedad" que ha experimentado "en mucho tiempo", reconoce también que todavía no sabe qué va a hacer sobre si vacunarse o no. Asegura no mostrarse contraria a las vacunas, pero a muchos les ha sorprendido que después de haberlo pasado tan mal, no quiera acercarse con convencimiento al método que la mayoría de expertos y médicos han señalado como el camino más eficaz para doblegar a la nueva amenaza mundial con la que se ha encontrado la sociedad.
"No estoy en contra de las vacunas, pero creo que no me recomendarían que me vacunase aún. Necesito tomarme un tiempo para ver cómo está el mundo, qué está haciendo todo el mundo y entonces tomaré una decisión personal sobre cuándo, dónde y todas esas cosas". En un mundo que avanza hacia una vacunación masiva lo más rápido que sea posible para alcanzar la inmunidad de rebaño, Konta, después de haberlo pasado tan mal, sigue con la necesidad de ver qué hace la gente para tomar su decisión.
Un conflicto deportivo
La situación de Johanna Konta, que recuerda en parte a la vivida por otros como Novak Djokovic, quien también dio positivo junto a su pareja y que mostró sus dudas sobre la vacunación hace unos meses, podría haber un importante conflicto deportivo en el mundo de la raqueta que se ha caracterizado por ser un gran termómetro de la situación de la pandemia en el ámbito deportivo.
Los torneos de tenis fueron de los primeros grandes eventos en retomar su actividad cuando se empezó a recuperar una cierta normalidad. Además, han ido midiendo a la perfección los protocolos con la vuelta del público y la concesión de una cierta libertad a los tenistas hasta la situación que se vivirá en el próximo US Open que se acerca mucho a lo que se tenía en tiempos antes de la pandemia.
El tenis avanza hacia la nueva normalidad, pero para alcanzarla, pone como condición indispensable la vacunación de los tenistas, algo que muchos ya han hecho y que otros tantos harán en las próximas semanas antes de encarar su preparación en el Grand Slam neoyorquino. Sin embargo, otros como Johanna podrían crear una brecha importante en ese anhelo de regresar a lo que antes se conocía como normalidad si rechazan los procesos de vacunación.
Los torneos se verán obligados a seguir trazando dos protocolos diferentes, unos para aquellos que ya estén inmunizados y otro para lo que no quieran pasar por ese proceso. Además, se podría crear también una ruptura dentro de los propios circuitos si algunos jugadores vacunados, por miedo a posibles contagios, rechazan jugar o tratar con aquellos que se han negado a vacunarse. En definitiva, un problema importante cuando se intenta salir del mayor que ha vivido la sociedad en muchos años.
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