Carla Suárez (Las Palmas de Gran Canaria, 1988) está a medio paso de la retirada. La tenista española afrontaba un 2021 que podía ser un infierno o el cielo para cualquier deportista con cierta veteranía. Y, por esfuerzo propio y suerte externa, la realidad fue la segunda. Carla Suárez logró superar un cáncer, disputó los principales torneos de la temporada y aún puede retirarse logrando un nuevo triunfo: un partido representando a España en la antigua Copa Fed.
Los pasos de la tenista estaban perfectamente marcados hace cosa de un año. Carla Suárez quería retirarse en 2020, pero la pandemia trastocó sus planes como en muchos otros rostros del deporte. Sin embargo, el golpe más duro y el cambio más drástico estaban todavía por llegar. Septiembre supondría un giro radical de los acontecimientos para la veterana, que nunca quiso despedirse del deporte que tanto le ha dado por la puerta de atrás.
La canaria estaba preparando el US Open con el objetivo de seguir sumando victorias en su carrera WTA, pero el 24 de agosto dio el primer avance de lo que estaba por llegar. Carla Suárez, por medio de un comunicado, confirmaba que sería baja en el torneo estadounidense por problemas médicos. Carla aseguraba encontrarse mal internamente durante los entrenamientos. No había lesión concreta ni explicación común, pero sí la imposibilidad de estar en el Abierto. Cosa del destino, este US Open puede haber sido su último torneo como profesional.
El US Open, un inicio doloroso
"Lamento anunciar que no podré participar en el US Open como hubiera sido mi deseo. Sigo pendiente de unos resultados médicos y hemos optado por la prudencia", expresó en esa nota oficial. Pasaría apenas una semana cuando el mundo del tenis recibió su gran break. Carla Suárez, 1 de septiembre de 2020, hacía público que sufría cáncer y que se iba a apartar de las pistas durante seis meses. Su retirada ahora quedaba en un segundo plano porque el partido era otro.
"Hace unos cuantos días me detectaron un linfoma de Hodgkin que requiere seis meses de quimioterapia. Estoy bien, tranquila y con ganas de afrontar lo que se venga", aseguró una Carla Suárez que tenía que afrontar una "realidad complicada", siempre "confiando en el consejo médico" y "con positivismo ante la adversidad". Su futuro en el tenis estaba en el aire. La retirada podría ser incluso forzosa.
Carla Suárez dejó las pistas y se centró en superar la enfermedad. "Día a día", con "muchísimos meses por delante" y sin saber cómo iba a ser su evolución. Retirarse era "algo que está ahí", reconoció, y podía ser uno de los caminos que tomara. El 2020, un año con pandemia y cáncer, era para olvidar. Por suerte, año nuevo y vida nueva. O, mejor dicho, vida seminueva. Carla Suárez sumó una nueva victoria, volvió a las pistas y se marcó el objetivo de competir en los principales torneos de la temporada. Y lo logró.
Si su cáncer se conoció en septiembre, el fin de su tratamiento llegó la última semana de abril. Meses sin entrenamientos, sin coger la raqueta, sin notar el sudor que recorre la frente en cada revés. Ese revés que, como reconocen estrellas como Garbiñe Muguruza, es "el mejor revés a una mano de la historia". Carla Suárez ya estaba preparada: había decidido retirarse en 2021, posponiendo la fecha del 2020, y peleando por todo. Ronald Garros, Wimbledon, Juegos Olímpicos y el US Open eran las cuatro sedes de la catarsis de Carla Suárez.
Objetivos cumplidos
Los resultados no fueron del todo buenos en los torneos, pero era lo de menos. Dio la cara en todos los partidos y huyó de las derrotas sin paliativos. Carla quería despedirse dando su mejor versión. De nuevo, cumplió. El 1 de junio tocó Roland Garros: derrota en su primera aparición, pero forzando el tercer set ante Stephens. El 29 de junio su valía saltó al césped de Wimbledon: derrota ante Barty, la mejor del mundo, también forzando el tercer set. Se llevó, pese a las dos mangas en contra, una ovación cerrada de la pista principal. En julio llegaron los Juegos Olímpicos, donde compitió a nivel individual y en el dobles femenino junto a su amiga Garbiñe. Cómo no, también dijo adiós con lágrimas y rozando el sueño de las medallas.
La guinda ha llegado en el US Open, ese mismo torneo donde comenzó su historia de superación. Carla Suárez cayó derrotada ante Collins, esta vez en solo dos sets. La canaria era clara: "Hace un año estaba en el hospital con cáncer. Este año ha sido un regalo para mí".
Ahora toca pensar en el futuro y decir adiós a las pistas. En su mano, y en la de Anabel Medina, está que pueda retirarse tras jugar con España en la fase final de la Billie Jean King Cup. Sería el culmen a una carrera que comenzó en 2003, que la catapultó hasta la sexta plaza del ranking WTA y que la vio llevarse los torneos de Doha (2016) y Estoril (2014). Carla Suárez ya ha ganado, tanto respeto del mundo del tenis como respeto por la constante superación. Pese a ello, como buena ganadora, aún falta por conocer cuál es el siguiente paso en el camino de su éxito.
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