Leylah Fernández (Montreal, Canadá, 2002) no podía parar de llorar tras vencer a Elina Svitolina este martes. Acaba de cumplir 19 años y está siendo la revelación de todo el US Open. Ha alcanzado las semifinales del Grand Slam norteamericano y esta canadiense, de origen colombiano, se está confirmando como la próxima gran estrella del mundo del tenis femenino. Es la mujer del momento en el torneo, se ha ganado el respeto de la grada y quiere salir de la Arthur Ashe con el título.
En este torneo se ha cargado a, además de Svitolina, Naomi Osaka y a Angelique Kerber. En 2019, ganó el título junior de Roland Garros, para demostrar que era una de las grandes esperanzas de este deporte. En su precoz carera, ya ha logrado ganar un título WTA y un Trofeo Challenger. Es el orgullo de todo Canadá, a pesar de que tiene orígenes colombianos. Ella nació en Montreal y es lo que le ha hecho ser políglota.
Su talento va más allá del tenis, ya que habla con fluidez tres idiomas, inglés, francés y español. Tiene sangre ecuatoriana porque su padre y entrenador, Jorge Fernández, es guayaquileño. Además, su madre, Irene Exevea, tiene orígenes filipinos que se notan en los rasgos faciales de Leylah. A pesar de su apariencia de adolescente tímida, cada vez que pone un pie en el centro del estadio de tenis más grande del mundo, este se cae.
En un reportaje de CBC, se puede ver cómo se prepara esta tenista. Por ejemplo, se les ve sentados en el sofá de la sala de su casa de Boynton Beach en Florida. Leylah, junto a su padre, miran atentamente el documental de Amazon 'All or nothing': Manchester City'. "Amo al Real Madrid, pero también me gusta Pep Guardiola, su estilo es como mi juego de tenis, así que estoy aprendiendo de él", esgrime la tenista sobre sus principales referencias.
Su crecimiento
Cuando Leylah comenzó a practicar deportes a la edad de cinco años, parecía que se decantaba por el fútbol. Aunque el atletismo se unió a la refriega junto con el voleibol, el tenis estaba en su corazón. Comenzó a jugar en la entrada de su casa en Laval, donde el objetivo era simplemente evitar chocar con el automóvil familiar. Trabajó en su consistencia golpeando una pelota contra la pared del sótano durante horas y horas. Una práctica que hizo que su madre, Irene, se preocupara por si la televisión o la pared terminarían con un agujero.
Su padre, cuando vio que estaba decidida a jugar al tenis, también se preparó para entrenarla. Se fijó en Richard Williams, quién guió a sus hijas Venus y Serena a un total combinado de 30 títulos individuales de Grand Slam. Su exigencia ha sido clave desde muy pequeña, como cuando con nueve años le hacía hacer los conocidos como 'suicidios' cada vez que hacía mal un ejerciio.
A medida que aumentaba la pasión de Leylah por el deporte, encontró un héroe en la leyenda Justine Henin. La suiza pasó 117 semanas como número uno del mundo y ganó siete títulos de Grand Slam, incluido el Abierto de Francia cuatro veces. También ganó una medalla de oro olímpica en los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas. Es muy ambiciosa y este año ya se había planteado acabar "entre los 10 primeros puestos del ranking WTA". Con estas semifinales, sin duda está más cerca.
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