A Carlos Alcazar (El Palmar, Murcia; 2003) le separaban más de 6.000 kilómetros de su casa durante el US Open. No influyó eso para que en el Grand Slam no pudiera hacer historia, que a sus 18 años y 125 días es lo que ha hecho. Nadie más joven que él ha alcanzado los cuartos de final de esta cita durante la Era Open (desde 1968) y ni siquiera unos malditos problemas en el aductor pueden empañar su torneo.
De Flushing Meadows, sede del US Open, ha salido una estrella. Quien todavía no conocía a Alcaraz en el circuito ya lo hace desde estas dos últimas semanas. Por ejemplo, Boris Becker: "Es la primera vez que hablo de él y ya me he convertido en un fan. Con él, nuestro deporte tiene un futuro brillante", decía tras verle ganar a Stefanos Tsitispas, nº 3 del mundo, en dieciseisavos de final. El ruso Yevgeny Kafelnikov iba más allá: "Será el número uno en un máximo de tres años", vaticinó.
Los grandes elogios se han convertido en un constante para Alcaraz en el último año, en el que se ha convertido en el profesional en activo más joven en ganar algún partido en los cuatro 'Grandes': Open de Australia (1), Roland Garros (2), Wimbledon (1) y US Open (4). Ni Nadal ni Djokovic ni Federer lo hicieron antes. También es el primero de los nacidos en su año en ganar un título de la ATP, el que logró en julio en Umag (Croacia).
Carlos Alcaraz es la sensación del tenis. En España lo lleva siendo tiempo, pero su progresión ha traspasado fronteras este año. Con tal precocidaz, a muchos sorprende que al despedirse de un US Open en el que ha estado en boca de todos lo haga diciendo que seguirá "siendo el mismo chico, el mismo jugador". "Puede decir que me voy muy contento, pero no cambiado", reiteró el tenista.
Tiene un carácter y un sazón impropios para su edad. Ha de tenerlos para aguantar las comparaciones con Rafa Nadal, leyenda del deporte español y uno de los mejores tenistas de la historia, desde que es un niño. Lo explicaba muy bien a finales de 2020 Josefina Cutillas, psicóloga deportiva que trabajó con Carlos desde los ocho hasta los 16 años: "Tiene autocontrol, automotivación y la ambición de comerse el mundo; es el cóctel perfecto", decía en una entrevista en La Opinión de Murcia.
Es, quizás, lo que tiene haber crecido en un pueblo como El Palmar, de 25.000 habitantes, donde creció como un niño y un adolescente normal. Hace un par de años que dejó su casa, pero no por ello deja de hacer las cosas de alguien de su edad. Sin ir más lejos, uno de sus objetivos actuales es sacarse el carnet de conducir. Le gustaría sacárselo cuanto antes para que le sea más sencillo viajar hasta Villena, donde entrena en la Academia Equelite (Alicante).
El equipo de Alcaraz
Su primer 'entrenador' fue su padre Carlos Alcaraz González, que fue uno de los primeros murcianos en sumar puntos ATP antes de que su hijo naciera. Dueño de un club de tenis en El Palmar, le metió el gusanillo del tenis con solo tres años y con cuatro (y hasta los 13) fue entrenado por Carlos Santos Bosque, quien le llamaba 'Tarzán' porque el pequeño Alcaraz se desenvolvía en la pista como este por la selva.
Luego llegó Kiko Navarro, quien actualmente se mantiene como segundo entrenador. El primero es Juan Carlos Ferrero, un número 1 que ha terminado por impregnar a Carlos Alcaraz al chico de la mentalidad ganadora. Ambos afrontan su tercera temporada juntos y la química es perfecta.
Una de las claves del éxito precoz de Alcaraz y de que no se repite un 'caso Carlos Boluda' -tenista que brillaba como juvenil y cuya carrera se truncó por una lesión y la gran presión de ser el "futuro Nadal"- está en el equipo que tiene, que más que un equipo es una familia.
Además de Ferrero y Navarro, y sus padres, es crucial el trabajo que hacen en lo físico Alberto Lledó, Álex Sánchez (preparadores) y Juanjo Moreno (fisio) y en lo mental Isabel Balaguer (psicóloga). Con esta última lleva dos años trabajando, siguiendo el mindfulness, uno de los secretos de otro talento precoz nacional como es la taekwondista Adriana Cerezo, también del 2003 y plata olímpica en Tokio 2020.
'Devorador' de tenis
El tenis es la pasión de Alcaraz. Lo normal es verle 'devorando' vídeos de tenistas actuales y del pasado, aprendiendo conceptos de aquellos con los que ahora comparte vestuario. Siempre lo fue compaginando con sus estudios de verdad, los de cualquier otro adolescente, aunque tuviera que ponerse con los deberes en un avión de vuelta de una competición. En una entrevista en EL ESPAÑOL, contó que la cuarentena de 14 días en un hotel en Australia a comienzos de año le sirvió para ponerse al día con Segundo de Bachillerato.
Así es Carlos Alcaraz, un chico que se sigue viendo a sí mismo como siempre. Da igual que el día que cumpla la mayoría de edad se enfrente a Nadal, con el que comparte afición por el golf y el Real Madrid, o ese mismo año haga historia en el US Open. Tiene claro cuál es su camino. Siempre lo ha tenido claro. El chico de El Palmar ahora conquista el mundo y no hay nada que le frene.
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