Esto es el presente, no el futuro: Carlos Alcaraz se convirtió este sábado en el campeón de las Next Gen ATP Finals, la Copa de Maestros para los tenistas menores de 21 años. El español, que derrotó a Sebastian Korda (4-3, 4-2, 4-2), se exhibió durante toda la semana, confirmó que está preparado para objetivos más ambiciosos y demostró que este torneo se le ha quedado muy pequeño. El sitio del murciano está con los mayores, no con los pequeños.
“Hay grandes jugadores que han ganado este torneo, pero no sirve de nada si luego no lo acompañas con trabajo y disciplina”, dijo Alcaraz tras la victoria, consciente de que casi todos los ganadores pasados (Stefanos Tsitsipas o Jannik Sinner) están hoy muy arriba en la clasificación. “Mi sueño es ser número uno del mundo, y voy a trabajar duro para eso. Más allá de la victoria este torneo, sigo enfocado en mi objetivo, que es llegar a lo más alto”.
Korda, el segundo favorito en Milán, asaltó la final con una idea muy clara de cómo hacerle daño a su rival. El estadounidense, número 39 mundial tras un gran 2021 (título en Parma), se fabricó cinco puntos de break en los dos primeros turnos al servicio de Alcaraz. Ante eso, el español se encomendó a la combinación explosiva que forman su saque y su drive para abrirse paso con determinación por esos momentos delicados y asaltar el tie-break del primer parcial reforzado después de sobrevivir a todos esos puntos clave.
Pronto se desesperó Korda, que durante el segundo set sufrió horrores para contener los ataques de su contrario antes de inclinarse en el tercero frente a un Alcaraz disparado hacia una victoria que acentuó lo que ya se sabía: a día de hoy, y tras celebrar 32 triunfos esta temporada, convirtiéndose en el más joven en sumar tantos desde el ucraniano Andrei Medvedev en 1992, el español juega en otra liga.
Los datos respaldan la alucinante semana de Alcaraz y subrayan cómo ha gestionado los momentos que separan la victoria de la derrota: en Milán, el español ganó los cinco desempates que jugó, salvó 22 de las 24 bolas de break a las que se enfrentó y convirtió 14 de las 29 oportunidades de rotura que se fabricó. Todo eso le sirvió para firmar un torneo mayúsculo: el murciano se llevó el título perdiendo un solo set en los cinco encuentros que jugó.
En el año de su despegue, a Alcaraz le queda un plato muy jugoso por delante: ponerse la camiseta de España por primera vez para intentar revalidar la Ensaladera en la Copa Davis.