La llegada del coronavirus cambió el mundo del deporte. Las organizaciones evitaron situar la vacuna como una condición obligatoria para participar en sus diferentes torneos. Sin embargo, según las normas de la autoridad competente en cada territorio, los deportistas tendrían que adaptarse a esta. Ahí comenzó la batalla de estrellas como Kyrie Irving o Novak Djokovic, cuya oposición a la vacuna ya es vox populi y que, pese a las presiones, en ambos casos ellos han sido los que han salido victoriosos.
La mayor victoria tanto de Irving como de Djokovic, al menos en los últimos meses, no se ha producido en las pistas sino en el campo de la Covid-19. Irving fue mucho más tajante respecto a la vacuna, negándose por completo a recibir ninguna dosis y convirtiéndose en uno de los rostros más representativos de las teorías de la conspiración. Él, pese a las presiones tanto en medios como en su franquicia, se mantuvo inquebrantable.
La situación llegó a tal punto que Irving puso sus ideas por delante de los millones de dólares que iba a perder por no jugar. Y es que, pese a que la NBA no obliga a estar vacunado para participar en su competición, Nueva York sí que prohibió que se accediera a determinados recintos cerrados sin estar vacunado. irving se quedó sin entrenar, los Nets le apartaron por completo y el jugador desapareció de la liga.
Finalmente, Irving podrá jugar en los partidos que los Nets jueguen como visitantes. En un primer momento se confió, tal y como indicaron medios estadounidenses, en que el nuevo alcalde de Nueva York rebajara las medidas e Irving pudiera jugar. Pese a ello, han tenido que ser los dirigentes de la franquicia de Brooklyn los que cambien de parecer con Kyrie Irving y le permitan jugar. Todo un triunfo para el jugador, que ahora puede llegar como salvador de su equipo.
El conflicto de Djokovic, aunque de igual o más repercusión, ha sido ligeramente diferente. El serbio es un rostro mundial y su condición de número uno de la clasificación ATP le convierten en toda una referencia. Por ello, desde un primer momento se ganó el centro de los focos respecto a la pandemia. El tenista, en uno de los momentos más complicados de la Covid-19, organizó un torneo que acabó con numerosos contagios y donde las medidas de seguridad escasearon.
Poco después, ya con la temporada funcionando sin mayores complicaciones, Djokovic comenzó a defender que la vacuna fuera de libre elección y sin obligación. Una postura totalmente respetable, pero que empezó a ir acompañada de dudas sobre su situación. Djokovic nunca se prestó, y sigue sin hacerlo, a decir si estaba o no vacunado. Así pasaron los meses y los mensajes del serbio. Todo hasta que el Open de Australia, torneo para el que Djokovic dejó en el aire su participación si no se cambiaba la norma de la vacunación obligatoria, confirmó la presencia de Novak.
El tenista iba a jugar. Y, por lo tanto, se podía intuir que estaba vacunado. Algo que no ha acabado sucediendo, pues se ha confirmado una exención por parte de las autoridades para que Novak Djokovic pueda participar. Una decisión polémica, muy criticada y completamente arbitraria que, por encima de todo, da la victoria a un Novak Djokovic que estuvo dispuesto a renunciar a un Grand Slam por defender sus ideales.
Una norma desigual
A pesar de que Irving y Djokovic han conseguido salir como vencedores, muchos han sido los deportistas cuyos casos no han evolucionado de la misma manera. Y la NBA es un ejemplo. La mayor competición de baloncesto del mundo vio cómo las teorías de la conspiración satánica se distribuyó entre los antivacunas.
Kyrie Irving fue uno de sus máximos exponentes, pero también ha habido jugadores como Bradley Beal que optaron por rechazar las dosis contra la Covid-19. Un caso que se extendió en el tiempo, pero que ha acabado con Beal recibiendo la vacuna. Según el jugador, la razón no ha sido otra que "por su familia".
En el mundo del tenis, igualmente, han sido muchos los que no han seguido el mismo camino que Djokovic. Dominic Thiem, por ejemplo, también rechazó vacunarse en un primer momento y desató la polémica. Al igual que Djokovic, corría el riesgo de ser excluido de algunos torneos con la vacunación como requisito indispensable. Sin embargo, poco después recibió las dosis correspondientes, defendió la vacuna públicamente y se fijó como objetivo llegar a Melbourne.
También en deportes como la NHL se han dado casos con cierto revuelo. El más reciente es el de Evander Kane, aunque su situación ha ido mucho más allá de una simple negativa. El jugador presentó un documento de vacunación falso a la liga, lo que ocasionó una dura sanción posterior. Recientemente, además, se ha conocido que ha superado la Covid-19.
Hasta Joshua Kimmich, jugador del Bayern Múnich que se enfrentó a la opinión pública alemana al negarse a la vacuna por no tener estudios a largo plazo, ha sido vacunado recientemente después de que se plantearan sanciones económicas o ausencias en los partidos. Después de que se contagiara, y tras anunciarse que iba a estar de baja varias semanas por unos problemas pulmonares a causa del virus, la prensa germana adelantó su vacunación.
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