Tres años de vida tiene la ATP Cup y tres años ha llegado España a las semifinales del torneo. Y como dice el dicho, a la tercera tiene que ir la vencida. Sin la estrella Rafa Nadal y sin la joven promesa Carlos Alcaraz, pero con un equipo liderado por dos tenistas curtidos en mil batallas como son Roberto Bautista y Pablo Carreño. La penúltima piedra en el camino es la Polonia de Hubert Hurkacz.
A priori uno tendía a pensar que España lo iba a tener muy complicado, incluso, para llegar hasta donde está ahora. El precedente de la Copa Davis y un sorteo que ponía en frente a Serbia lo ponía todo cuesta arriba. Pero el combinado balcánico no es aquel que nos ganó en la final de 2020, ya que su mejor jugador (y también del planeta) se bajó del torneo.
La ausencia de Novak Djokovic allanó el camino. El tenista serbio, que ahora está definitivamente a otras cosas, vio desde Dubái como sus compatriotas caían 2-1 ante España. Y desde un hotel de Australia, del que no puede salir hasta el próximo lunes, cuando sabrá si le deportan o anulan la renovación de su visado, verá la fase final del torneo que levantó en su primera edición.
España llega a semis habiendo arrasado en la fase de grupos. Pleno de puntos y un casi inmaculado registro de victorias de no ser por la derrota en dobles contra Serbia, en el último partido de la fase de grupo y sin nada en juego. El resto se cuenta todo por victorias y, en caso de los seis partidos de invidividuales, repartidos entre Bautista y Carreño, sin ceder siquiera un set.
La mejor dupla para ir a por los uno contra uno es la de España y de eso no cabe duda. Polonia iguala el registro español de ocho victorias y solo una derrota en grupos, pero ni el gigante Hurkacz ni la sorpresa Majchrzak parecen tener las de ganar así a priori. Luego el partido de dobles lo jugarán Alejandro Davidovich y Pedro Martínez, mientras Albert Ramos estará para cualquier urgencia que haya. Decir que los cinco miembros del español superan en ranking ATP al segundo mejor de Polonia.
Entre Canadá y Rusia
En el otro lado del cuadro, en la segunda semifinal, aparecen Canadá y Rusia, que no jugarán hasta el sábado. Un equipo que quizás a muchos no les parecería aspirante, pero ha resultado ser muy serio contra la que hubiera sido la gran favorita y vigente campeona de la Copa Davis y de la ATP Cup hasta que se corone un nuevo campeón.
La fuerza de una reside en la dupla Félix Auger-Aliassime y Denis Shapovalov y la de la otra en el actual número dos del mundo, Daniil Medvedev. Dos selecciones fuertes, pero una no tiene la experiencia de las grandes y la otra se ha visto mermada (gravemente de no ser que está su líder) por las bajas de Rublev, Karatsev y Donskoy.
Para Rusia ha sido más fácil la fase de grupos, habiendo ganado a todos sus rivales. Sin embargo, Medvedev mostró síntomas de debilidad perdiendo contra Hubert y dejándose un set contra Berrettini. Safiullin, el segundo espada ruso, cayó por un rotundo 0-2 contra Sinner.
A Canadá le tocó el grupo más duro, pero ni siquiera ha pasado a semis con los tres puntos tras caer contra Estados Unidos sin ganarle ninguno de los tres partidos. También Shapovalov y Auger-Aliassime saben lo que es perder en lo que va de torneo.
Las sensaciones hablan antes del tramo final de la ATP Cup y la que llega con mejores es España. La experiencia juega a su favor y también lo mostrado en la fase de grupos. Por delante, la oportunidad de confirmar un triunfo que ya se rozó en las dos ocasiones previas.
[Más información: Hubert Hurkacz, el gigante polaco que separa a España de su segunda final de la ATP Cup]