El conflicto entre Novak Djokovic y las autoridades australianas ha marcado el inicio del Abierto. El primer Grand Slam del curso será recordado por esta polémica, pero también por las quejas de otros tenistas que no han tenido el mismo protagonismo que el serbio. El número uno del mundo tiene opciones de poder competir, pero hay hasta tres casos denunciados públicamente donde no hay vuelta atrás: no estarán en el torneo australiano.
La situación de Novak Djokovic, además, cuenta con numerosas incógnitas por resolver. Si estuvo contagiado, ¿por qué acudió a actos sin medidas de seguridad? Y, en caso de haber falseado el positivo de la Covid-19, ¿por qué su familia ha denunciado una campaña contra el jugador? Por el contrario, las gestiones de Aman Dahiya (tenista indio de 17 años), Natalia Vikhlyantseva (tenista rusa de 24 años) y Renata Voracova (tenista checa de 38) no han derivado en ningún conflicto y se han resuelto con la negativa del país y el Abierto de Australia.
Aman Dahiya fue el primero en alzar la voz cuando se conoció que Novak Djokovic había recibido una exención médica para poder competir. El serbio nunca dijo textualmente que no estaba vacunado, pero su postura contraria a la vacunación y su negativa a participar si esta era oblitaria dieron a entender que había recibido ninguna dosis. Es por eso que esa exención enfadó tanto a cierto sector del tenis. Especialmente a jugadores como Dahiya.
Este tenista indio de 17 años y número 78 del mundo en la clasificación júnior no pudo acudir, pese a recibir una invitación del torneo, por no estar vacunado. Igual que Djokovic, solo que en su caso no fue por decisión propia. La invitación le llegó en noviembre y no fue hasta el 25 de diciembre de 2021 cuando la India abrió la vacunación a jóvenes de entre 15 y 18 años. En cualquier caso, Dahiya no iba a tener tiempo suficiente para recibir la pauta completa, por lo que tuvo que renunciar.
Australia, además, no le otorgó la exención. Según el entrenador del joven, en declaraciones recogidas por Efe, les dijeron por correo electrónico que no podrían competir. "Djokovic recaudará dinero en el Abierto de Australia y nosotros no", es la explicación más sencilla que dio el entrenador de Dahiya, que vio cómo se escapaba una oportunidad de oro por motivos ajenos. De hecho, tal era su predisposición a jugar, que llegaron a estudiar acudir a otro país para recibir la vacuna.
Otra de las afectadas ha sido Natalia Vikhlyantseva, tenista rusa de 24 años y número 194 del mundo, que no fue admitida desde un primer momento. Vikhlyantseva sí que estaba vacunada. Sin embargo, las dosis recibidas fueron de Sputnik, vacuna rusa que las autoridades australianas no aceptan. Por ello, la tenista anunció que no iba a poder jugar a pesar de su buen momento de forma y de los méritos deportivos.
"Desafortunadamente, no participaré en el Open de Australia de este año. Estoy muy contento con el nivel de tenis que mostré en los últimos torneos y deseo jugar en Australia, pero Sputnik -por la vacuna- aún no está verificada", anunció en redes sociales para concluir con un agradecimiento, puede que irónico, a los organizadores del Open que "siempre hicieron grandes torneos".
La WTA sí toma partida
El último caso y que sí ha contado con el respaldo de la WTA es el de la checa Renata Voracova. La veterana de 38 años llegó a Australia, pero se vio afectada por el revuelo generado por Djokovic. Aparentemente, ella tampoco está vacunada, pero a diferencia del serbio sí cumplió con toda la reglamentación. Es por ello que la WTA la ha respaldado mientras que la ATP se mantiene al margen del conflicto de Novak.
"La WTA cree que todos los jugadores deberían vacunarse", han indicado desde la cúpula del circuito de tenis femenino. "Las complicaciones experimentadas en los últimos días, en los que deportistas que siguieron las reglas y procesos recibieron una exención médica para entrar al país, han sido desafortunadas. Voracova siguió todas las reglas y le facilitaron la entrada, compitió en un torneo y, de repente, su visado fue candelado sin que hiciera nada malo", han criticado desde la WTA.
El organismo que lidera Steve Simon ya ha confirmado que trabajan con las autoridades para solucionar este problema "de la manera más adecuada". Sin embargo, y pese a haber vivido las mismas situaciones que Djokovic, es el serbio el que sigue en territorio australiano.
La crisis desatada por Noval Djokovic marcará un antes y un después. No solo en términos deportivos, pues hay torneos como Roland Garros que han reconocido que no es obligatorio estar vacunado y otros como Estoril donde han tomado la postura contraria, sino también en términos políticos. El juez dio la razón a Djokovic y es el gobierno australiano el que está siendo señalado. Además, ya hay jugadores como Tomic que han criticado las escasas medidas de seguridad tomadas en estos últimos días.
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