Novak Djokovic está de vuelta. El tenista serbio jugó en la primera ronda del torneo de Dubái y pasó por encima del italiano Musetti sin demasiadas complicaciones. El número uno del mundo tenía sobre sí todos los focos y nada más confirmarse su victoria por un doble 6-3 celebró junto a los aficionados allí presentes. El serbio siguió su tradicional ritual tras cosechar el triunfo ante la expectación generada por ser su primera victoria tras el conflicto con Australia.
El partido no fue demasiado complicado para Djokovic, que contaba con el favoritismo absoluto para pasar de ronda. Musetti no aguantó demasiado y perdió los dos sets con el mismo marcador. El serbio se dejó ver entonado, con una gran elasticidad en la pista y dejando grandes acciones defensivas que confirman que no ha perdido su gran estado de forma.
La duda, una vez concluyó el encuentro, era ver cómo iba a reaccionar. Djokovic saludó a Musetti, hizo lo propio con el árbitro y se fue con los aficionados. Aunque con una sonrisa prominente, Nole realizó el habitual ritual que protagoniza siempre que vence un partido. Toca el suelo, se toca el pecho y dedica la victoria al cielo. En esta ocasión, eso sí, estuvo varios segundos desarrollando algún tipo de rezo con la cabeza mirando hacia arriba.
Djokovic está de vuelta y él es consciente de la importancia que tendrá un torneo menor como el de Dubái. El serbio quiere pelear por mantener el número uno lo máximo posible y, a la espera de ver algún cambio en la normativa Covid, Medvedev es quien está más cerca de arrebatarle dicha plaza.
Una emotiva vuelta
"Hubo muchas emociones a mi vuelta de Australia. Necesitaba tiempo para pensar y descansar mentalmente. Acabé decepcionado. Me entristeció todo lo que pasó y como me tuve que marchar del país. Después, tenía muchas ganas de volver a jugar y competir", reconoció hace unos días el propio Novak Djokovic.
La ocasión no era baladí para el tenista, que en los últimos dos meses no ha vivido una situación sencilla. El serbio alargó gran parte de 2021 la duda sobre si estaba vacunado y podría jugar en Australia. Finalmente recibió una exención médica que le daba permiso para participar. Pero la presión social y la intromisión política acabaron desbaratando todo.
Djokovic fue detenido, sometido a un juicio y finalmente deportado. Todavía se desconocen todos los datos y hay muchas dudas sobre la mesa. Al tenista se le ha acusado de mentir sobre su positivo de Covid en diciembre y de presentar documentos manipulados para poder participar. Australia, que es quien tomó la decisión final, le expulsó por promover teorías antivacunas.
Todo un conflicto que reforzó la imagen de referente en su país y que, sin embargo, puede dejarle sin jugar numerosos torneos. Sin vacuna, Djokovic no podrá estar en Montecarlo o Roland Garros entre otros grandes.
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