Novak Djokovic cambió por completo sus objetivos en 2022. El serbio no solo aspiraba a mantener el número uno del mundo, sino a convertirse en el tenista con más Grand Slam de la historia superando a Rafael Nadal y Roger Federer. Un plan que tuvo que modificar radicalmente tras la crisis de Australia, cuando tuvo que reorientar su camino: lo importante ya solo era dónde podría jugar.
La negativa del popular jugador a vacunarse contra la Covid-19 le cerró la puerta del Open de Australia. Y, paulatinamente, fue tachando de su particular calendario otros grandes torneos del circuito. Sin vacuna no habría participación en Estados Unidos. Tampoco en Portugal. Y Roland Garros y sus tierras francesas, tampoco serían una opción para Novak Djokovic teniendo en cuenta sus normas sanitarias.
Sin embargo, con el paso del tiempo y el control de la pandemia, las estrategias contra la Covid han ido cambiando en los respectivos países. Una evolución que ha favorecido a Novak Djokovic, que se había visto relegado a torneos menores y que ahora, salvo un nuevo cambio, sueña con participar en otros Grand Slam para seguir en lo más alto del ranking ATP. Europa será su salvación frente a las restricciones en Estados Unidos y Australia.
El abierto australiano lo inició todo. Djokovic no había confirmado hasta el momento si estaba vacunado, si se había contagiado o si había tenido algún contacto con la pandemia. Él se limitaba a defender que la vacunación obligatoria para competir no era la mejor solución. Su apoyo a ciertas teorías negacionistas de la pandemia le situaron en el centro de todos los focos. Y con la obligatoriedad de la vacuna para entrar en Australia, Djokovic quedó en un callejón sin salida.
El serbio acudió con una exención médica y se confirmó que no había recibido ninguna vacuna. Las autoridades australianas, visto el revuelo, le retuvieron y detuvieron varios días. Un juez le dio la razón a Djokovic pese a las múltiples irregularidades que pudo cometer en su llegada a Australia. Pero el gobierno, para evitar que crecieran teorías antivacunas, decidió expulsar a Djokovic.
El tenista se quedó sin el primer Grand Slam del curso que, además, ganó Rafa Nadal. Y desde entonces llegaron en cascada las confirmaciones de países como Francia o Portugal donde tampoco podría competir sin vacunar. El calendario de Djokovic se redujo notablemente. Él mantuvo su posición a pesar de todo.
Nole aparecía en los sorteos de torneos como Indian Wells o Miami. Ambos se disputará este mes de marzo. Pero para entrar a Estados Unidos, y por ende para participar, es obligatorio tener la pauta completa de vacunación. Djokovic, envuelto en rumores de un posible acercamiento a la vacuna, finalmente confirmó que no estaría. No era una sorpresa, pero tanto él como su equipo estaban esperando a ver si las medidas sanitarias cambiaron. Un desenlace que no se produjo.
Así las cosas, y si se mantienen estas normas, Djokovic no estará ni en esos dos torneos de marzo, ni tampoco en Montreal y Cincinnati que se disputarán en el mes de agosto. El US Open, de igual manera, no contará con Djokovic salvo que las autoridades sanitarias de Estados Unidos modifiquen sus medidas.
Europa le abre la puerta
Al serbio solo le queda Europa. En España podrá jugar el Mutua Madrid Open sin ningún problema. En Italia y la tierra de Roma hay ciertas dudas porque, pese a poder jugar, no podría acceder a hoteles o transporte público al no tener el pasaporte de vacunación. Wimbledon, que se jugará en junio, tampoco requiere de vacuna. Y hasta Roland Garros, que en un primer momento le cerró la puerta, ha acabado suspendiendo la obligación del pasaporte Covid para acceder a recintos deportivos.
Djokovic, si esta ausencia de restricciones sigue dentro de unos meses, podrá participar en dos Grand Slam como Wimbledon y Roland Garros. Europa será su salvación para intentar mantenerse en la pelea por el tenista con más grandes de la historia.
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