Cuando Carlos Alcaraz se activa no hay quien le pare. Lo sufrió esta madrugada en el Hard Rock Stadium un gran Miomir Kecmanovic, que vio como un joven de solo 18 años le robó la ilusión de estar en semis del Masters 1.000 de Miami pese a llegar a estar un set arriba. 6-7(5), 6-3 y 7-6(5) fue el resultado de otro épico partido del tenista de El Palmar, que repite semis tras Indian Wells.
Saber sufrir y saber resistir. Alcaraz sigue abriendo el abanico de lo que es capaz y en Miami supo remontar al tenista serbio, que se hizo fuerte a través de su fiabilidad: 16 errores no forzados frente a los 40 de Alcaraz. Kecmanovic, pese a ser 48 del ranking ATP, venía de ganar por el camino a rivales de entidad como Felix Auger-Aliassime (nº9 de la ATP) y Taylor Fritz, vigente campeón de Indian Wells.
Pero Carlos es mucho Carlos y, tras exhibir otra vez su garra y un tenis de mucha calidad, ya está en su segunda semifinal de Masters 1.000 seguida. Le espera el gigante polaco, Hubert Hurkacz, que es el actual campeón del torneo y que venció en cuartos Daniil Medvedev (2 de la ATP). Medvedev, por cierto, vuelve a fallar en un momento clave y Djokovic seguirá siendo el líder del ranking mundial.
Alcaraz es el último representante español en Miami tras el abandono en cuartos de Paula Badosa, pero para continuar en el torneo tuvo que doblegar a un hueso durísimo de roer como Kecmanovic. Estará su primera final de Masters 1.000 si gana a Hurkacz, cosa que no pudo hacer hace dos semanas contra Rafa Nadal en Indian Wells.
Kecmanovic sorprende
Kecmanovic comenzó el partido arrasando. El serbio logró un 'break' en el primer turno al saque de un Alcaraz algo precipitado, desplegó su catálogo de golpes con voleas perfectas y globos sorprendentes, y se puso 0-3 en poco más de 9 minutos de partido.
El español trataba de reencontrarse en la pista, pero Kecmanovic se mostraba totalmente robusto con su derecha, movía a Alcaraz desde el fondo de la pista y no ofrecía dudas en su juego. Se gritaba a sí mismo Alcaraz, como si intentara despertarse y expulsar sus nervios, hasta que llegó el primer momento de debilidad de Kecmanovic.
Con 2-4 y 40-0 a su favor, Kecmanovic titubeó hasta llegar al 40-40 y Alcaraz exhibió su mejor tenis hasta entonces para romper el saque de su rival e igualar el set (4-4).
Mucho más equilibrado tanto en sensaciones como en marcador, el partido parecía condenado al 'tie break' con dos tenistas muy peleones y que lo daban todo en cada punto.
Ahí se impuso Kecmanovic, que había dominado la primera manga y que exhibió frialdad y buen hacer en la muerte súbita para cerrar el set por 6-7(5) en 53 minutos. Esta era la primera manga que había perdido el español en esta edición de Miami.
La reacción de Alcaraz
Lejos de venirse abajo, Alcaraz pisó el acelerador en el comienzo del segundo set y, tras un precioso globo que dejó pasmado a Kecmanovic, logró un rápido 'break' para colocarse 3-0.
Kecmanovic, de gesto serio y poco dado a reflejar sus emociones, ya no era la roca contra la que Alcaraz se dio de cabeza una y otra vez en el primer set.
Consolidando su evidente mejoría con su derecha y aprovechándose además del ligero bajón de su rival, Alcaraz ganó el segundo set por 6-3 en 36 minutos para llevar el encuentro a la tercera manga.
Alcaraz lucía un gran revés y parecía más agresivo en el resto y en la red que Kecmanovic, pero ambos conservaron sus respectivos saques en el arranque del set definitivo (3-3). Kecmanovic seguía muy firme y sin grietas aparentes, lo que obligaba a Alcaraz a no cometer ni un solo error.
Hubo un momento delicado con el serbio restando para ganar el partido y 15-30, pero el español tiró de orgullo y levantó al público al empatar una vez más el set (5-5).
De vuelta en la muerte súbita, Kecmanovic tenía el viento a su favor con un "mini-break", pero Alcaraz no se rindió, mantuvo la cabeza fría y, con un puntazo desde la red, se sacó el billete para las semifinales con maestría.
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