Rafa Nadal (Manacor, 1986) está de vuelta. 41 días después de abandonar Wimbledon por una lesión abdominal, el tenista ganador de 22 Grand Slam regresa a las pistas en Cincinnati. Lo hace con la misión de coger ritmo de partidos, pero también con dos objetivos de gran escala a muy corto plazo: el número 1 de la ATP y el inminente US Open.
El Masters de Cincinnati se viene jugando en Ohio desde su nacimiento, en septiembre de 1899. Es un clásico dentro del circuito y fue el primer torneo -más allá de los Grand Slam- en contar con más de dos estadios permanentes, algo que por ejemplo comparte a día de hoy con el Masters de Madrid.
El Lindner Family Tennis Center -cuyo nombre rinde homenaje a la familia de un antiguo patrocinador del torneo- es un lugar especial donde los tenistas casi se mezclan con el aficionado. Nadal se lo pasa allí como un niño, aunque en realidad no es una cita que se le haya dado bien a lo largo de su carrera.
Es la 13ª participación de Nadal en Cincinnati, jugando por primera vez allí hace casi dos décadas (2004). Son las mismas veces que ha jugado en Miami, Madrid -desde que es tierra batida- o Canadá, pero con un porcentaje de victorias sensiblemente inferior. Solo ha llegado una vez a la final aunque, eso sí, la ganó: fue en 2013.
Solo en Shanghái, torneo que es Masters 1.000 desde 2009 y no se juega desde 2019 por la pandemia, Nadal tiene un porcentaje de victorias inferior al que posee en Cincinnati: 67%. Rendimiento irregular, comparado con torneos de la misma categoría en la que es la pista más rápida de toda la gira norteamericana.
Historial en los Masters 1.000
TÍTULOS | G-P | VICTORIAS (%) | |
Montecarlo | 11/17 | 73-6 | 92% |
Roma | 10/18 | 69-8 | 88% |
I. Wells | 3/15 | 59-11 | 85% |
Hamburgo (hasta 2008) |
1/3 | 11-2 | 85% |
Canadá | 5/13 | 38-8 | 83% |
Madrid - T. Batida (desde 2009) |
4/13 | 43-9 | 83% |
París | 0/8 | 22-6 | 78% |
Miami | 0/13 | 40-12 | 77% |
Madrid - Dura (hasta 2008) |
1/6 | 13-5 | 72% |
Cincinnati | 1/12 | 22-11 | 67% |
Shanghái (desde 2009) |
0/8 | 16-8 | 66% |
Nadal se ha ausentado cuatro veces seguidas en Cincinnati, desde 2017. El manacorí ha ido midiendo cada vez más su calendario con los años y ha tendido a sacrificar el Masters estadounidense. En tiempos recientes ha preferido reducir su preparación para el US Open jugando en Montreal, dándose dos semanas de descanso hasta la disputa del último Grand Slam del año.
Este año, su participación en Montreal se vio comprometida por los dolores que volvió a sentir en su zona abdominal durante sus entrenamientos. Eligió esperar y dejar su rodaje al torneo de Ohio. Cómo reaccionará su cuerpo tras su última lesión a las exigencias de la pista dura es una de las mayores dudas en torno a Rafa.
Buenos y malos momentos en Ohio
La vez que ganó en Cincinnati tuvo lugar en una temporada inolvidable para la carrera de Nadal. En 2013 registró su mayor número de victorias en Masters 1.000 (5), además de ganar dos Grand Slam. En el Lindner Family Tennis Center dejó un duelo memorable en cuartos contra Federer, el tenista que más veces ha ganado allí (7), y se impuso en la final a Isner ((7-6(8), 7-6(3)). Ese año hizo el triplete Montreal-Cincinnati-US Open.
La única vez que jugó en Cincinnati y no en Montreal fue en 2016. Aterrizó en Estados Unidos sin apenas descanso tras participar en los Juegos de Río, donde se colgó el oro en dobles junto a Marc López. Cayó en tercera ronda contra el croata Borna Coric (6-1, 6-3), rival contra el que casualmente debutará este miércoles en el mismo escenario. Aquel año tampoco tendría un buen desempeño en el US Open: cayó en cuarta ronda ante el francés Pouille en cinco sets.
Cincinnati no le ha dado demasiadas alegrías a Nadal y sí más dolores de cabeza. Como en su última vez allí, en la que cayó en cuartos de final tras ofrecer un pobre nivel frente al australiano Nick Kyrgios (2-6, 5-7). Lo positivo es que en aquella gira firmó su penúltima victoria en el US Open.
Dos retos por delante
Nadal no llega a Cincinnati con la ambición de ganar sí o sí. Sabe cuidar su cuerpo y da prioridad a prepararse a conciencia para su verdadero reto: ganar en Nueva York (del 29 de agosto al 11 de septiembre) su 23 Grand Slam. La duda sobre si participará o no Novak Djokovic, tras ganar en Wimbledon, no hace más que darle mayor envergadura al desafío.
"Cuando regresas después de un tiempo de baja, tienes que tener en cuenta que las cosas no serán perfectas", decía Nadal en su rueda de prensa ya en Ohio. No quiere decir eso que vaya a ir a medio gas si el cuerpo le permite apretar. Es consciente de que si gana y Daniil Medvedev no llega a cuartos de final, será el nuevo número 1 del mundo. "Significa mucho para mí tener la oportunidad", dice al respecto.
De Cincinnati salió en 2013 como número 2 del mundo y ahora puede repetirlo, e incluso superarlo, si vuelve a ganar. Con mayor agresividad desde el saque, como parte de su juego renovado para evitar mucho desgaste físico, a este Nadal le gusta imponerse en los partidos por la vía rápida. La pista puede jugar a su favor en ese sentido.
Nadal vuelve a la espiral de partidos contra Coric. Pronto le esperan algunos de los gallos de la nueva era, como Jannik Sinner o Felix Auger-Aliassime, potenciales rivales en cuartos. En semis sería Carlos Alcaraz. Exigencia máxima en Cincinnati, terreno de pruebas y también de dudas.