No por menos esperado deja de ser menos impresionante. Si algo define a Novak Djokovic como deportista es su fiabilidad. Pocas veces falla ante una gran cita y este Abierto de Australia estaba marcado en rojo en su calendario por muchos motivos. Pues cuando todas las miradas pesaban sobre él, ya está en su décima final en territorio aussie.
El Melbourne Park y la Rod Laver Arena son ya como su casa. Novak ha establecido este curso en Australia su cuartel general. Ha superado el número de victorias que acumula en Wimbledon, su otro templo fetiche, y se prepara ya para sumar dobles dígitos en el Grand Slam. De momento, no ha perdido ni una sola final. Nueve de nueve. Y ya sueña con hacer el diez de diez.
Enfrente tendrá a un motivado Stefanos Tsitsipas que intentará no ser un mero figurante en la fiesta que ya se prepara para encumbrar a un 'Nole' que, el año pasado a estas alturas, estaba siendo expulsado del país por entrar sin haber recibido alguna de las vacunas de la Covid-19. Su guerra contra el antídoto le hizo tener un 2022 casi para olvidar. Recibió una sanción de varios años sin entrar en Australia y tampoco pudo participar en los torneos de Estados Unidos.
Llegó sin rodaje a la gira de tierra y eso le terminó pasando factura. Aún así, levantó su séptimo Wimbledon, el Grand Slam número 21, lo que le servía para aterrizar ahora en Melbourne con el reto de igualar a Rafa Nadal en la cima del tenis mundial. Para colmo, su brillante conclusión de 2022, con final en el Masters 1.000 de París y título en las ATP Finals de Turín, le permitió ir abriendo el camino que ahora afronta con esa nueva final en las antípodas. Si gana, igualará a su gran rival y asaltará el número que perderá Carlos Alcaraz.
El pulso con Nadal
Si cada vez que sale a una pista de tenis Novak Djokovic sale a dar el 101%, en su décima final en el Abierto de Australia, esa voracidad seguramente se multiplicará por cien. O por mil. 'Nole' se juega un reto muy especial. Sumar una nueva corona en territorio aussie y ponerse a la altura de Rafa Nadal como el tenista con mayor número de Grand Slam de la historia.
Hace tan solo unos años, Roger Federer lideraba la tabla con unas 20 conquistas que parecían inalcanzables. Ahora, con el suizo ya fuera de la circulación, Nadal y Djokovic se disputan ese honor. Sin embargo, el historial de lesiones del balear hace que el balcánico lo tenga todo a favor para destronarle más pronto que tarde.
La hipotética victoria de 'Nole' en Australia dejaría un escenario espectacular de cara a Roland Garros, el segundo 'Grande' de la temporada y la primera oportunidad que tendría el serbio de superarle. Un Djokovic lanzado podría robarle a Rafa la condecoración de mejor jugador de la historia en su mayor templo, en la tierra batida de la Philippe Chatrier. Por eso, Djokovic tiene una motivación que pocas veces ha sentido en su carrera de cara a esta final.
La lógica invita a pensar que Nadal tendrá casi imposible aguantarle el pulso a Djokovic. Por ello, ese récord que todavía ostenta en solitario podría caer en cualquier momento. Sin embargo, el ganador de 21 'Grandes' tiene la oportunidad perfecta de abrir el círculo en Australia para poder cerrarlo levantando la 'Copa de los Mosqueteros'.
El rey contra el príncipe
Djokovic no solo tiene en el punto de mira al mejor jugador español de la historia. También tiene entre ceja y ceja al que está llamado a ser su heredero. Carlos Alcaraz apura sus últimas horas como número uno del mundo y es que este domingo dejará de serlo pase lo que pase en la gran final del Abierto de Australia.
El murciano alcanzó este puesto el pasado 11 de septiembre después de proclamarse campeón del US Open. Un hito histórico que logró con solo 19 años. 20 semanas después, el jugador de El Palmar cederá su trono. Si gana Tsitsipas será para el heleno, y si gana 'Nole', el ranking ATP hablará serbio. Para Stefanos sería la primera vez en su carrera. Y para Djokovic, sería recuperar el cetro que un 2022 casi para olvidar le puso imposible.
Por el camino estuvo también el breve reinado de Daniil Medvedev, quien demostró su inconsistencia como mejor jugador del mundo, la cual también se vio acentuada por los efectos que la invasión rusa en Ucrania ha dejado a los jugadores soviéticos.
[Tsitsipas deslumbra: vence a Karen Khachanov y se mete en la gran final del Abierto de Australia]
En el caso de Alcaraz, que también tuvo un final de 2022 y un principio de 2023 para olvidar, las lesiones le han impedido haber podido defender su posición y, sobre todo, agrandar su ventaja. Primero sufrió un desgarro en la musculatura oblicua interna de la pared lateral abdominal izquierda durante la disputa del Masters 1.000 de París.
Después, de perderse la Copa de Maestros, el español arrancó el 2023 con la ambición de llegar en la mejor forma posible a Australia. Sin embargo, no pudo participar en el torneo al sufrir una lesión en el músculo semimembranoso de la pierna derecha. El murciano, que solo defendía 90 puntos en Melbourne, hubiera podido aumentar considerablemente su renta de haber llegado a una ronda importante.
[Rafa Nadal lo confirma: estará entre 6 y 8 semanas de baja tras su lesión en el Abierto de Australia]
Ahora, pase lo que pase bajará al segundo puesto del ranking, aunque lo más probable es que pueda recuperarlo en cuestión de semanas, cuando regrese a la competición. Si gana Tsitsipas, el griego sumará 6.995 puntos. Y si lo hace Djokovic, llegará a los 7.070. Por su parte, 'Carlitos' quedará al acecho con 6.730. El que pierda la final será tercero.
Mientras Tsitsipas ya ha visto como un jugador de 19 años pulveriza sus logros, Alcaraz empieza a escribir su camino para saber si puede algún día alcanzar el nivel que durante lustros ha ofrecido el 'Big Three' del tenis. Por ello, cada récord que Djokovic pueda conseguir, hará más largo el camino que el español tiene que recorrer para intentar pelearle, algún día, el cetro histórico del tenis.
Australia y sus polémicas
El Abierto de Australia es un hábitat de éxitos para Novak Djokovic. Sin embargo, también es un espacio de polémicas constantes. El año pasado, 'Nole' ni siquiera pudo disputar el torneo por su famosa expulsión del estado de Victoria. Y este año, volvió a llegar marcado por la sombra. En este caso de sus lesiones.
Durante la final del torneo preparatorio de Adelaida, Djokovic se quejó de padecer molestias musculares en su pierna izquierda. Venció a Korda, pero quedó muy tocado y en un entrenamiento previo al primer 'Grande' del año se resintió. Desde entonces, Novak no ha vuelto a entrenar, solo ha jugado partidos y ha descansado, pasando por las manos de los médicos de manera constante, tratándose con diferentes sistemas de recuperación y añadiendo a su dieta todo tipo de antiinflamatorios.
Una circunstancia que le ha tenido bastante desquiciado, ya que Djokovic es muy estricto con todo lo que toma e intenta que todo sea de origen natural. Sin embargo, con remedios milagrosos no hubiese conseguido superar un problema muscular tan grande como el que arrastra hasta colarse en la gran final.
Esta situación le llevó incluso a estallar en rueda de prensa contra aquellos que le acusaban de estar fingiendo: "Nadie cuestiona las lesiones de otros, sólo las mías. Que sigan dudando los que quieran hacerlo. Cuando otros caen lesionados son las víctimas, pero si se trata de mí, entonces estoy fingiendo. Me parece interesante. No necesito probar nada a nadie. Pero tengo la resonancia magnética de este año y la del abdominal. Estarán en mi documental si me apetece enseñarlas". Con la del abdominal, 'Nole' se refería a la lesión que ya sufrió en 2021, la cual también terminó superando entre críticas para alzar el título.
[Martín Landaluce ya es una realidad: el 'nuevo' Alcaraz logra su primera victoria profesional]
Por unos motivos u otros, Australia siempre le trae actividad a Djokovic. Y este curso ha sido por partida doble, ya que el tenista se ha visto en vuelto en una grave polémica por culpa de su padre, Srdjan. El mayor de los Djokovic apareció junto a unos simpatizantes de Vladímir Putin luciendo símbolos en favor de la tiranía rusa justo cuando queda menos de un mes para que cumpla el primer aniversario de la invasión a Ucrania.
No es la primera vez que Srdjan se ve rodeado por la polémica afectando a Novak. A sus 62 años, el natural de Kosovo se define como un nacionalista serbio de fuertes convicciones ortodoxas y entre sus excentricidades destaca el hecho de llegar a comparar a su hijo con la figura de Jesucristo.
Ahora, su aparición junto a simpatizantes del gobierno de Putín cantando proclamas de "larga vida a Rusia" ha vuelto a ensuciar la figura de su hijo, ya que la organización del Abierto de Australia prohibió la aparición de símbolos prorrusos en Melbourne Park después de que apareciesen banderas en el partido entre la ucraniana Kateryna Baindl y la rusa Kamilla Rakhimova.
Este no es el único escándalo relacionado con Rusia que ha salpicado a 'Nole' en las últimas horas. La jugadora ucraniana Marta Kostyuk ha admitido apenada que no le sorprende el lamentable episodio protagonizado por Srdjan ya que ella misma ha sido víctima de la persecución de grupos de aficionados que siguen a 'Nole' y que tienen fuertes convicciones pro-Putin.
"Es muy decepcionante ver lo que hizo el padre de Djokovic. Novak tiene seguidores muy agresivos y lo sé porque lo he vivido en primera persona en el pasado. Diga lo que diga sé que sus simpatizantes me van a odiar por lo que diga. Está prohibida la entrada de banderas y las han llevado. Es algo que me duele mucho y no lo entiendo". Kostyuk descubre la peligrosa relación de Djokovic y su entorno con el apoyo a Rusia a las puertas de volver a hacer historia en Australia.