Novak Djokovic es uno de esos tenistas que no se rinde ni se amilana ante los grandes retos. Lleva luchando por ser el mejor durante muchos años y todavía sigue peleando por ello. En Roma, una vez más el serbio ha sido capaz de dejar atrás las molestias para presentar su candidatura a Roland Garros.

"Me estoy acercando al nivel deseado" eran las palabras de Novak Djokovic tras ganar a Grigor Dimitrov en la tercera ronda del Masters 1000 de Roma. Unas declaraciones llenas de intención para demostrar que va muy en serio. El serbio, con Roland Garros entre ceja y ceja, sigue su subiendo escalones en su preparación para uno de los torneos más importantes de la temporada.

Sin duda alguna, ante las dudas del estado físico de Rafa Nadal, 'Nole' se postula como uno de los grandes candidatos a hacerse con la victoria en París. Aunque todavía le falta cierto rodaje y varias rondas para confirmarlo en Roma, sus sensaciones son muy optimistas a poco más de una semana para que arranque el segundo Grand Slam de la temporada.

Djokovic levanta el puño tras un punto ganador en Roma. REUTERS

Tras perder el número uno en el Foro Itálico a manos de Carlos Alcaraz, Djokovic persigue su escalada para recuperar el cetro de la ATP. Un camino difícil para el que debe de aplicarse al máximo, tal y como ya ha demostrado sobre la arcilla del Masters 1000 italiano.

Hace apenas un par de semanas, unas molestias en el codo le dejaron fuera del Mutua Madrid Open. Ahora parecen estar olvidadas y ya ha encendido la maquinaria en Roma. Aún así, el serbio ya ha demostrado que es capaz de sufrir y de apretar cuando es necesario para mantenerse vivo en el torneo en las siempre peligrosas primeras rondas. 

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Mejora en el aspecto físico

Tras deshacerse del búlgaro Grigor Dimitrov en tres sets e ir de menos a más, Djokovic volvió a recalcar que se encuentra en plenas condiciones físicas para formalizar su candidatura a Roland Garros. Y así lo reflejó en unas declaraciones posteriores a su partido de segunda ronda del Masters 1000 de Roma.

"Me estoy acercando al nivel deseado. Por supuesto, siempre se puede jugar mejor, pero hoy he tenido a un gran nivel de calidad y creo que cumplí durante la mayor parte del encuentro, a excepción de los cuatro últimos juegos del segundo parcial. Aparte de eso, he estado muy sólido, he sacado bien y me he movido bien. Cuando tuve oportunidades, las aproveché. Espero poder mantener la misma trayectoria", indicó durante la rueda de prensa.

Unas palabras que demuestran la confianza que tiene el tenista serbio en sus posibilidades. Además, el camino se le allana, aunque no deba de confiarse, tras la prematura eliminación de Carlos Alcaraz, su gran rival por hacerse con el último Masters 1000 antes del Grand Slam.

Djokovic, con mirada desafiante. REUTERS

Sin embargo, a pesar de acercarse a ese nivel deseado, Novak Djokovic tendrá una piedra de toque muy seria en su próximo partido. Tendrá como oponente a Cameron Norrie, número 13 del mundo y un jugador que ha demostrado que no se le da mal la tierra batida.

De hecho, esta misma temporada Cameron Norrie es uno de los pocos hombres que puede presumir de haber derrotado a Carlos Alcaraz, otro de los favoritos a Roland Garros, en esta superficie. Fue en la final del Abierto de Río de Janeiro, donde se impuso en un agónico partido al español. Un tenista de más nivel para comprobar esas palabras que indican el paso adelante dado en cuanto a su nivel.

Adaptación a la tierra

Para Novak Djokovic es fundamental encontrar esas sensaciones de las que ha hablado tras su victoria frente a Grigor Dimitrov. Especialmente tras su paso por los dos últimos torneos de tierra batida que ha disputado, puesto que no ha conseguido resultados meritorios esta temporada.

Tras un flamante comienzo de año con dos títulos consecutivos en Adelaida y en el Open de Australia, el serbio ha tropezado, ya sea por un motivo o por otro, en su asalto a la tierra batida. Es decir, los resultados no han sido los esperados y Roma es el último torneo que le queda para subir ese nivel sobre el polvo de ladrillo. Una obligación con la que parece sentirse cómodo.

Ni en el Masters 1000 de Montecarlo ni en el Abierto de Banja Luka consiguió pasar de segunda ronda. En el último, torneo disputado en su país, unos problemas físicos hicieron acto de presencia en su codo y le frustraron en partido frente a su compatriota Dusan Lajovic. En el primero, una inoportuna derrota frente a Lorenzo Musetti le apartó de cualquier aspiración.

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Por dicho motivo, la adaptación de Djokovic a la tierra batida de Roma es crucial para que siga cogiendo ritmo de partidos antes de trasladarse a París. Las características de la capital de Italia son muy similares a la de Francia y, por tanto, una clave para presentar su candidatura a Roland Garros.

Cuanto más tiempo pase sobre la pista, mejores serán sus sensaciones. Y con ellas, podrá evitar cualquier sobresalto en las primeras rondas, puesto que en ellas es donde más probabilidades hay de quedarse fuera ante el desparpajo de aquellos rivales mucho menos conocidos. Sea como fuere, Djokovic ya va preparando su candidatura a Roland Garros, una más junto a la de Carlos Alcaraz y el rey del Grand Slam, Rafa Nadal.