El deporte ha entrado en un momento donde la igualdad entre hombres y mujeres ha adquirido un notorio papel. Acostumbrados a que haya enormes diferencias entre los dos sexos, en muchas de las modalidades se ha optado por reducir esa brecha. El principal problema reside habitualmente en los premios que perciben, por lo que diferentes organismos han optado por tratar de equipararlos.
El último deporte en apostar porque haya una igualdad en lo económico ha sido el tenis. En numerosas ocasiones, muchas jugadoras han criticado la diferencia de premios que hay en los torneos. Uno de esos episodios se vivió en el Masters 1000 de Roma, uno de tantos donde están presentes la ATP y la WTA.
En la edición de esta temporada en el Foro Italico, provocó que las críticas se agolpasen ante la enorme diferencia que había en los premios. El ganador del cuadro masculino, Daniil Medvedev, se llevó cerca de un millón de euros. Una cantidad que puso en entre dicho la de sus compañeras.
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En el cuadro femenino, Elena Rybakina se impuso con contundencia en la final a Anhelina Kalinina. Sin embargo, sus ganancias ni siquiera se acercaron a las de Medvedev. En total, la kazaja apenas se embolsó medio millón de euros como premio. Una cuantía que volvió a poner de manifiesto la desigualdad que está presente en el tenis.
Esto hizo que grandes jugadoras como Paula Badosa u Ons Jabeur alzasen la voz contra lo que consideraban una injusticia. La realidad es que ellas se llevaron en total poco más 3,5 millones de euros entre todas las participantes y los hombres se embolsaron hasta 8,5 millones, es decir, más del doble.
Para evitar esta situación, la WTA ha iniciado un plan a largo plazo y así tratar de equiparse con la ATP en un futuro. Un largo camino que busca que las jugadoras ganen lo mismo que los jugadores. Una medida que empezará a entrar a vigor desde este 2023 y que será el inicio de travesía para evitar esa brecha.
El plan establecido
La WTA ha hecho pública sus intenciones de cambiar radicalmente los planes que tenía para así afrontar un cambio paulatino. Es decir, se pondrá en marcha desde este 2023, fecha en la que ha entrado en vigor, y continuará hasta 2033. Un largo camino que estará centrado principalmente en equiparar los premios.
Sin embargo, no se queda ahí la fortaleza de su paso adelante en la búsqueda de la igualdad. Para ello, van a aumentar los torneos que se disputen, centrándose en los WTA 1000 y en los WTA 500. Reforzarán de esta manera el calendario añadiendo nuevas citas, haciendo que las jugadoras sean cada vez más visibles.
"Tendrá a las mejores jugadoras compitiendo consistentemente en los mejores torneos, al mismo tiempo que proporciona una estructura para la movilidad de las jugadoras y oportunidades de crecimiento", informa la WTA en su comunicado tras dar la noticia, explicando uno de sus puntos fuertes en la propuesta.
En cuanto al aspecto económico, se han marcado un objetivo a medio plazo, que dure unos diez años. El primer paso es conseguir con los torneos combinados (WTA 1000 y 500) en 2027, es decir, aquellos que disputen hombres y mujeres al mismo tiempo. "Este aumento ocurrirá con el tiempo para garantizar que los cambios sean sostenibles para las jugadoras", recalcan.
Por otro lado, aquellos WTA 1000 Y WTA 500 que tengan una semana de duración, como puede ser el caso de Dubai o Doha, se espera que los premios se igualen en 2033. Todos ellos formarán parte del proyecto a medio largo plazo que se ha marcado el circuito femenino.
Una de las formas de captar más atención y tener más tirón mediático es su apuesta por el aumento de torneos en la categoría WTA 1000 y WTA 500. La apuesta porque haya más partidos y, por ende, más lugares donde ver a las jugadoras se antoja crucial para la organización que dirige Steve Simon.
Pasará a haber hasta 10 WTA 1000 y 17 WTA 500, lo que significa una cifra notablemente superior. Esto hará que las jugadoras tengan un calendario mucho más completo y alcancen una mayor notoriedad, ya que visitarán ciudades con mucho potencial.
Además, en el caso de los WTA 1000 de Roma (2023), Madrid y Beijing (2024) y Cincinnati y Toronto/Montreal (2025) aumentarán su duración a las dos semanas, equiparándose prácticamente a los Grand Slam o los torneos masculinos de ese mismo calibre. Con ello, acompañarán a Miami e Indian Wells que eran los únicos en tener ese formato. También forman parte de la lista Dubái, Doha y otro por confirmar, aunque esos se disputarán solamente en siete días.
En lo que se refiere a WTA 500, estos tendrán una significativa presencia en el calendario al ser 17 torneos, que serán los siguientes: Abu Dhabi, Adelaide, Berlín, Brisbane, Charleston, Eastbourne, Monterrey, San Diego, Seúl, Estrasburgo, Stuttgart, Tokio, United Cup, Washington, Zhengzhou y dos eventos aún por nombrar.
Billie Jean King, encantada
Una de las grandes figuras que más ha destacado dentro del tenis en la búsqueda de la igualdad ha sido Billie Jean King. La ganadora de 39 Grand Slams (12 individuales, 16 dobles y 11 en dobles mixtos) fue una de las creadoras de la WTA y siempre se ha mostrado como una de las voces más autorizadas del circuito.
"Cincuenta años después de que las jugadoras encontraran fuerza en la unidad, estoy orgullosa de que la WTA siga siendo un líder mundial centrado en brindar oportunidades, y espero que las mujeres en otros deportes y ámbitos de la vida se sientan inspiradas por su ejemplo", explica la leyenda del tenis femenino tras alcanzarse ese acuerdo.
Las palabras de una de las activistas más importantes de la historia del deporte avalan el camino producido en la WTA. Un paso adelante que ha recibido el visto bueno por la gran mayoría de las jugadoras y que ya ha empezado a ponerse en marcha.