Cuando Rafa Nadal jugó su primera final de Wimbledon tenía 20 años, como ahora Carlos Alcaraz (El Palmar, 2003). El tenista murciano ha ido dando en sus inicios muchos pasos idénticos a los que dio el balear y esta semana, en el All England Club, ha vuelto a ponerse frente al reflejo de su ídolo.
Alcaraz juega la final contra Novak Djokovic (15:00 horas). El Nadal de hace 17 años lo hizo contra Roger Federer. Es decir, a los dos españoles les tocó pelear por el título contra el jugador más dominante sobre hierba del momento. El serbio llega ganando los últimos cuatro Wimbledon consecutivos y el suizo, que llevaba tres en ese entonces, sumaba 47 victorias seguidas sobre la superficie verdosa.
Las similitudes no acaban ahí. Carlitos, como Rafa en 2006, solo ha cedido dos sets en sus partidos en la hierba de Wimbledon este año y, además, ganando 3-0 sus partidos de cuartos y semis contra Rune y Medvedev. Nadal hizo lo mismo contra Nieminen y Baghdatis. Pero el de Manacor se topó en la final con un muro, tanto tenístico como mental, que le impidió ganar. Y eso es lo que quiere ahora evitar el de El Palmar.
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Federer derrotó en la final de Wimbledon a Nadal en cuatro sets: 6-0, 7-6, 6-7, 6-3. Algo menos de tres horas le costó sumar su 48ª victoria seguida sobre hierba y convertirse entonces en el tercer jugador de la Era Open con cuatro títulos consecutivos del torneo tras Bjorn Borg y Pete Sampras.
Todo sea dicho, el desafío era muy difícil para Nadal. Rafa ha acostumbrado a romper los límites de lo racional a lo largo de su carrera, pero aquel día tuvo otras sensaciones: "Fue un momento en el que llegar a una final de Wimbledon fue un logro para mí. Luché en el partido por el título y lo disfruté, pero quizás sin la mentalidad de creer que podía ganar", decía en una entrevista en Vanity Fair hace 12 años.
"Hice un comienzo lento, incapaz de encontrar el ritmo; después de eso, me sentí mejor en la cancha, sintiendo que podía competir con Roger. Sin embargo, no estaba del todo convencido de que pudiera vencerlo. En ese momento, Roger era mejor que yo", reconoció Nadal. 28 días antes de aquella final de Wimbledon, Rafa vencía a Roger en la batalla por el título de Roland Garros. Era la segunda vez que levantaba la 'Copa de los Mosqueteros'.
Algo parecido le pasó a Alcaraz en París hace unas semanas. En semis del segundo Grand Slam del año se enfrentó con Djokovic. El nerviosismo por verse a un paso de su primera final de Roland Garros, por enfrentarse a Nole en un escenario así, sintiéndose inferior, le pudo. De la tensión sufrió calambres en el partido y perdió toda opción de ganar. Carlitos ya ha pasado por la experiencia de Nadal en 2006 y mira hacia delante.
Las horas antes de la final
"No es el momento de estar cansado. No es el momento de tener miedo. Voy a ir por ello". Con esas tres frases tan motivadoras, casi de película bélica, Alcaraz dejó claro tras vencer a Medvedev en semis de Wimbledon cuál es su hoja de ruta para encarar el duelo contra Djokovic.
Alcaraz y su equipo son conscientes de que el estrés del partido contra Djokovic, y del día antes, dejó unas enseñanzas para tratar que no vuelva a ocurrir. "Esta final es una revancha conmigo mismo", piensa el palmareño. Y esa final se empezó a jugar desde el momento en el que terminó el partido de semis.
"Tampoco hay que generar rutinas diferentes. Va a ser un día tranquilo: un poquito de gimnasio y estar fresco de cara a la final", decía Juan Carlos Ferrero a los medios españoles sobre el plan con Carlos para el día de ayer. "Intentar aislarse del teléfono y de todo lo que le llega. Y a partir de ahí jugar y disfrutar que creo que es lo que hace bien cuando genera todo su tenis y luchar por el partido a muerte", añadía.
Desconexión para dispersar los nervios. Y en las horas previas al encuentro, ya este domingo, hacer algún ejercicio para destensar el físico y la mente. No es lo habitual en Alcaraz, pero en los días de mayor presión están llevándolo en práctica con él para buscar una mejor climatización al entorno. Ante Rune, en cuartos, Carlitos volvió a notar esa tensión -quizás por lo alimentado que llegaba el partido como un 'duelo generacional-, pero supo sobreponerse y ganó en tres sets a su rival.
Djokovic, "dos brazos y dos piernas"
Otra clave es comprender quién se tiene enfrente. El favoritismo recae sobre Djokovic, más aún tratándose de Wimbledon, donde lleva 10 años sin perder en su Centre Court. "Eso le favorece más a Carlos para estar un pelín más tranquilo", indicaba Ferrero. Dos palabras se repiten en el equipo sobre el juego que quieren ver de Alcaraz: tranquilo y fluido.
Y Carlitos es consciente: "Se tiene que dar todo por mi parte, tengo que dar mi mejor versión, tanto mentalmente, como físicamente, como tenísticamente y aún así nadie me asegura que voy a ganar". Pero eso no quiere decir que Alcaraz no sea capaz, y es lo que tiene que ver en el momento de saltar a pista.
No agrandar más todavía al gigante porque sino sí que será imposible. "Es un jugador con dos brazos y dos piernas". La historia, los números y lo ocurrido en Roland Garros deben olvidarse una vez empiece el partido. "Si llevamos toda esa mochila detrás, es muy complicado", recalca Ferrero a su pupilo.
A Nadal le costó tres finales de Wimbledon levantar su primer título. Alcaraz lo busca este domingo a la primera. Contra el 'gigante' Djokovic, pero con la experiencia de ya haber ganado Queen's, que Rafa no conquistó hasta 2008, y unas sensaciones positivas in crescendo sobre hierba. La Historia espera y Carlitos va a por todas.