El tenis está a punto de transformarse. El circuito tal y como se conoce en la actualidad pasaría a mejor vida con la revolución que preparan los Grand Slam. El Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open forman una alianza que amenaza a la ATP, que podría perder el control sobre los Masters 1.000.
La ATP lleva ahora mismo los torneos de categoría Challenger, 250 y 500 y los nueve Masters 1.000, además de las Finales ATP que celebra a final de cada temporada -y serán en Turín hasta 2027-. La Federación Internacional de Tenis (ITF) maneja la Copa Davis, la Billie Jean King Cup y torneos menores. Luego van por su cuenta los cuatro Grand Slam.
En una información que sacó a la luz el canal deportivo Tennis Channel, esta sería la más grande transformación del tenis en las últimas décadas. El plan de los Grand Slam tendría como objetivo una mayor homogeneización de los torneos, sin el cambio de pelotas semanal que se produce, así como un mayor reparto de premios y un descanso mayor para los tenistas.
La intención de los organizadores de este nuevo proyecto es cerrar los detalles cuando comience en enero la acción en Melbourne, según The Athletic, que ha denominado este intento como una "versión tenística de la Fórmula 1".
Otra de las razones para llevar esto a cabo es la preocupación de que, si no se permite la entrada de Arabia Saudí en el deporte -que actualmente solo organiza las Next Gen Finals, un evento prácticamente de exhibición-, podría producirse una situación similar a la que vivió el golf con el LIV, es decir, la creación de un circuito alternativo con mejores premios que se lleve a las grandes estrellas de este deporte.
Por ello, además de hacerse con los Masters 1.000, la iniciativa de los Grand Slam también supondría la entrada de un décimo torneo de esta categoría -la segunda más importante- que se celebraría en Arabia Saudí. La nueva competencia, incluso, tendría ya un hueco encontrado en el calendario: en enero, antes del Abierto de Australia.
Con esto también se aseguraría la supervivencia de los torneos de Madrid y Miami, que se vieron envueltos en los rumores de que Arabia Saudí podría intentar hacerse con las licencias de los mismos.
Uno de los grandes beneficios de esta posible unión sería el incremento de las ganancias por derechos televisivos, ya que se negociarían todos juntos y no cada organización por separado, como ocurre hasta la fecha.