349 días sin Rafa Nadal son muchos y este martes, por fin, volvió a disputar un partido individual oficial. El tenista balear debutó en el ATP de Brisbane ante Dominic Thiem, un viejo enemigo, tras casi un año sin jugar. Lo que se vio del manacorí ilusiona, ya que ganó en dos mangas (7-5 y 6-1) aguantando la tensión y dejando pinceladas de su mejor tenis. [Narración y estadísticas: Rafa Nadal - Dominic Thiem]
Nadal reconoció estar "emocionado" tras el partido. No es para menos. Viene de pasar por un calvario por la lesión del psoas ilíaco que sufrió en el Abierto de Australia de 2023. Se temió por su retirada, pero Rafa se esforzó en que su adiós llegara con él fuera de las pistas. Tras un año de sufrimiento, volvió a ganar y, más importante aún, a disfrutar.
El destino también le puso un rival especial, Thiem, contra el que jugó dos finales de su querido Roland Garros (2018 y 2019). No se vio a Nadal con fisuras, ni en lo físico ni en lo tenístico. En lo mental menos todavía, con Rafa aguantando el ritmo en un intenso primer set y ganando la batalla en una segunda manga en la que se hundió su rival. El austriaco seguramente no esperaría que el manacorí, por mucho que haya conseguido en su legendaria carrera, se viera hoy así de imponente.
[El retorno del Nadal de siempre: sus mejores puntos contra Thiem en su debut en Brisbane]
La ligera lluvia que retrasó un poco la jornada en Brisbane puso más nerviosos a los aficionados que esperaban el regreso de Rafa. Y cuando Nadal saltó a la pista, se escuchó el rugir de la grada por volver a ver al 22 veces campeón de Grand Slam. Es la gran noticia deportiva de este arranque de 2024 y todo el mundo lo vivió como tal.
La cabeza y el cuerpo de Nadal respondieron en su retorno. Se nota que le interesa más que nunca alargar lo menos posible los puntos y sacó muy duro. Rafa certificó un impoluto 13 de 13 en su primer servicio en un primer set que se llevó por 7-5, tras 56 minutos de juego.
En la primera manga se vio realmente bien a Nadal. El único 'pero' se podría poner en su reacción algo lenta con Thiem al servicio, pero lo contrarrestó en las fases decisivas con esos golpes 'de toda la vida' que le convirtieron en la leyenda que es. Tras ganar sus seis juegos al saque, mostró su lado más ofensivo en el momento decisivo y al cuarto punto de set se lo llevó evitando, de paso, el tie-break
Todo lo que ofreció Thiem en el primer set se desvaneció en el segundo. Rafa empezó la manga rompiendo el primer saque del austriaco y poniéndose 3-0 arriba. No aflojó el español en una fase clave para ver cómo resistía su cuerpo y tuvo un cierre de partido relativamente tranquilo.
Gran noticia para Nadal, que esta victoria le permite asegurar, al menos, competir un día más en Brisbane. Es el objetivo de Rafa en esta primera fase de la temporada, con el Abierto de Australia como siguiente parada. Aunque con el de Manacor nunca hay que descartar aspiraciones mayores.
Se espera que su partido de octavos de final se juegue el jueves. Será contra Kubler, que pasó de ronda tras retirarse Karatsev de su partido. Volvió el Nadal de siempre o, al menos, eso hizo a creer a todos durante una hora y media ilusionante. En su próximo encuentro podrá confirmarlo.