Novak Djokovic comenzó con victoria en su camino para defender el título en el Open de Australia. El serbio sufrió en exceso para derrotar a Dino Prizmic en un partido extenuante, donde se marcharon hasta los cuatro sets (6-2, 6-7, 6-3, 6-4) y superaron las cuatro horas sobre la pista.
Tuvo que darlo todo 'Nole' en la Rod Laver Arena para deshacerse de un rival que se dejó la piel en la pista. El joven talento croata puso contra las cuerdas al número uno del mundo y le llegó a robar un set. Una demostración que no le pesó la presión con tan solo 18 años.
A partir de ahí, Djokovic se vio obligado a mostrar todo su potencial para evitar un posible susto. Aún así le costó muchísimo derrotar a un rival que ha demostrado que puede llegar a convertirse en uno de las estrellas del circuito. No le pesó la presión y dio mucha más batalla de la esperada a un tenista que busca su undécimo entorchado en Australia.
Fue tal la exigencia que le planteó Prizmic que llegó a ver cómo se le escapaban a seis bolas de partido. A la séptima, y con su servicio, Novak Djokovic logró un agónico triunfo. Noventa victorias acumula el número uno del mundo en Australia, donde tiene un idilio con el torneo.
Ahora Novak Djokovic tendrá que verse las caras en segunda ronda con el ganador del partido entre Alexei Popyrin y Marc Polmans. Un duelo que puede exigirle mucho más, ya que se enfrentará sí o sí contra un tenista local y todo el público irá contra el serbio.
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Sufrimiento inesperado
Novak Djokovic comenzó su partido de primera ronda lanzado. El serbio, acostumbrado a este tipo de partidos, devoró a su Dino Prizmic desde el arranque. Le rompió el servicio inicial al croata, algo intimidado por su estreno en Australia, y a partir de ahí fue coser y cantar hasta llevarse la manga.
El segundo set fue completamente diferente. Prizmic dejó a un lado los nervios y poco tardó en romperle el servicio al número uno de mundo. Se llegó a poner 1-3, pero el de Belgrado no se dejó ir con facilidad. Le recuperó la desventaja y los dos mostraron una igualdad absoluta hasta la llegada del 'tie-break'. En la muerte súbita, Djokovic levantó hasta tres bolas de set, pero no pudo con la cuarta y su rival empataba el encuentro.
El tercer set fue el punto de inflexión para Novak Djokovic. Prizmic estaba crecido y él estaba mucho más errático de lo que suele acostumbrar. Los puntos le costaban, pero seguía sumándolos. Fue en el octavo juego cuando dio el golpe definitivo y logró una rotura de servicio fundamental que le hizo apuntarse la manga.
La importancia del momento quedó reflejada cuando Novak Djokovic celebró puño en alto el triunfo en el tercer set. El serbio levantó los brazos como si de una victoria se tratase y lo acompañó de un sufrido grito. Lo había pasado muy mal, pero el número uno del mundo ya había empezado a carburar.
Desató toda su furia sobre la pista y se llegó a poner 4-0 tras lograr dos roturas consecutivas. Sin embargo, todavía dijo una última palabra Prizmic tras lograr tres juegos consecutivos. No obstante, mantuvo su ventaja y se aupó con un triunfo que le supo a gloria tras casi cuatro horas de batalla.