Alcaraz y Sinner tras el partido de Indian Wells 2024.

Alcaraz y Sinner tras el partido de Indian Wells 2024. EFE

Tenis

La clave del duelo Alcaraz - Sinner: el italiano, el peor rival de Carlitos y al que más le cuesta hacer break

El tenista español baja del 42% al 28% su porcentaje de acierto en bolas de rotura convertidas cuando se enfrenta al italiano. Únicamente ha conseguido romperle el servicio en 22 de las 77 ocasiones que ha tenido.

6 junio, 2024 22:03

Pese a las dudas iniciales, a Carlos Alcaraz le ha cambiado el gesto en Roland Garros. Se ha reencontrado con su tenis; su nuevo servicio le permite sumar un arma nueva a su arsenal y este viernes pugnará por un puesto en la final tras un torneo que ha controlado en toda instancia a excepción del set perdido contra Jesper de Jong. Apagón fruto de la existencia de ciertos fantasmas que rondaban su cabeza debido a las restricciones ejercidas por las molestias en el pronador que, llegadas las rondas finales, parecen haber desaparecido.

Conforme ha ido superando rondas, ha ido cargando su depósito de confianza primero y agresividad después. Ya no le duele el brazo, ni se desconecta de los partidos. Cada vez más sólido -especialmente con su saque- ha sabido coronar los puertos de Korda, AliassimeTsitsipas. El siguiente será el de Sinner, flamante nuevo número uno del mundo cuyo crecimiento ha sido desmesurado, especialmente si se recuerda que hasta hace siete meses todavía no había triunfado en ningún Grand Slam y estaba fuera del podio ATP.

Sin embargo, Alcaraz pronosticó su despegue. "Va a ganar un grande, no tengo ninguna duda. Y creo que va a ser número uno del mundo en 2024 o, como mínimo, va a estar cerca de conseguirlo", advirtió el español. Ambos, amigos desde que se enfrentaron en 2019 en primera ronda del challenger de Alicante, sienten una profunda admiración por el otro. "Él es una razón para levantarme cada día y trabajar duro con el fin de ser mejor tenista", revelaba Carlitos tras superar a Tsitsipas y acceder a la antesala de la final. 

Misma opinión tiene el italiano. "¿Una rivalidad con Alcaraz como la de Nadal y Federer?", se pregunta Sinner. Espero que sí. Somos jóvenes, pero jugamos un tenis increíble y cuando nos enfrentamos aumentamos el nivel al máximo", responde antes de enfrentar por novena vez a su amigo español. Carlitos ya ha sucumbido cuatro veces ante un Sinner que le tiene tomada la medida, especialmente con servicio a favor.

Carlos Alcaraz celebra un punto ante Tsitsipas.

Carlos Alcaraz celebra un punto ante Tsitsipas. REUTERS

Alcaraz no es capaz de concretar la rotura cuando tiene la oportunidad. Su porcentaje de acierto, en lo que bolas de break convertidas se refiere, es alto en términos generales, pero baja drásticamente cuando el italiano está al otro lado de la red. Pasa del 42% -sólo superado por Medvedev- a un 28%, según datos de la ATP. Únicamente ha podido romperle el servicio en 22 de las 77 ocasiones que ha gozado. Un debe para el murciano que aumenta al observar que de sus primeras 18 bolas de rotura ante el italiano, una sola cayó de su lado.

Umag, punto de inflexión

El punto álgido de este aspecto a mejorar se vivió en Umag 2022. Aquel día, Sinner le arrebató la corona al español -que un año antes había ganado en Croacia el primer título de su carrera- aferrado a su servicio o al desacierto de Alcaraz en las bolas de rotura, llámenlo como quieran. Hasta nueve puntos de break se le escaparon a Carlitos. Llegando a alcanzar en aquel momento una losa de 16 roturas no aprovechadas de 16 oportunidades, es decir, nula efectividad.

El enfrentamiento más reciente entre ambos, el pasado mes de marzo en Indian Wells, reflejó una mejoría de Alcaraz al llevarse el 50% de los puntos de break a su favor y precintar el triunfo. Anteriormente, en Pekín, el español sucumbió al italiano. Los dos sets del aquel encuentro fueron diametralmente opuestos. Un primero repleto de alternancias en el que Sinner impidió el despegue de Alcaraz para acabar venciéndole en el tie-break, y un segundo en el que Carlos comprobó que no estaba para competir en el partido y se dejó llevar a merced de los derechazos, casi todos ellos acertados, que recibía desde el otro lado de la pista.

Siete meses después volverán a verse las caras. Ambos aterrizaron en París con sensaciones similares, mermados físicamente, el español del pronador y el italiano de la cadera, pero el desarrollo de Roland Garros les ha llevado a dejar a un lado dichas molestias y dar rienda suelta a su tenis. Alcaraz y Sinner, una final anticipada. Sean bienvenidos a la nueva -ya no tan nueva- rivalidad del tenis.