Orce salta a la actualidad científica. Terminadas sus excavaciones, los frutos de la última campaña se resumen en 1.400 fósiles, entre los que destacan numerosos restos de grandes herbívoros como mamuts, rinocerontes e hipopótamos, y decenas de herramientas de piedra. ¿Nos encontramos ante el nuevo Atapuerca? Para el paleontólogo y director de las excavaciones, Robert Sala, del Instituto Catalán de Peleontología Humana y Evolución Social (IPHES), es complementario al burgalés y, en determinados períodos, más rico.



- ¿Vive la paleontología un momento dulce en España?

- Bueno, desde hace unos años, el estudio de la evolución humana en Europa se lleva a cabo en España y por equipos españoles. Nos hemos puesto a la cabeza en la investigación y también en la conexión con la sociedad, mediante políticas activas de socialización.



- ¿Cree que falta sensibilidad en las instituciones para apoyar este tipo de trabajos?

- Le diré que la sensibilidad de las instituciones y de la sociedad en general debe cultivarse para romper una política que ha venido dejando a nuestro país fuera de la ciencia durante demasiados años. En los últimos tiempos, sin embargo, se está consiguiendo un gran avance que hay que mantener.



- ¿Da por cerrada la famosa polémica de la identidad del Hombre de Orce de José Gibert (paleoantropólogo descubridor de los yacimiento)?

- Sí, la mayoría de los especialistas en paleontología humana están de acuerdo en que el fósil hallado en Venta Micena en 1983 no es humano. Por otro lado, ya el propio Gibert demostró que había actividad humana de más de un millón de años en Orce, al descubrir los yacimientos que ahora excavamos. Sobre los datos que ahora tenemos debe construirse el conocimiento sobre la adaptación humana y continuar con la investigación en la región.



- ¿Qué impide en estos momentos excavar en Venta Micena?

- Esta pregunta debe ser hecha a los responsables de la administración del patrimonio. En cualquier caso, estamos convencidos de que en el futuro se retomará la excavación.



- ¿Qué mensaje le mandaría a la Junta de Andalucía?

- Que la investigación en Orce no se pare nunca más. Bien al contrario, que pueda crecer a partir del trabajo que se ha reiniciado este año.



- Hablando de los trabajos de esta campaña, ¿qué puede concluirse del comportamiento humano de esa época a través de los hallazgos?

- Puede decirse que se contrasta la capacidad humana para adaptarse a un gran número de entornos. Y ello a pesar de lo arcaico del nivel tecnológico, pues la industria lítica que hallamos se cuenta entre la más primitiva de la humanidad. A pesar de ello, observamos cómo los humanos fueron capaces de adquirir carne de grandes mamíferos y se enfrentaron con éxito a otros carroñeros del entorno como una especie de hiena gigante. Se puede demostrar que a partir de ese momento, hace 1,3 millones de años, los humanos empiezan a ser los primeros en acceder a los cuerpos de los animales muertos y que eran la cúspide de la pirámide en su entorno. El principio de la larga marcha que nos hizo, con el tiempo, cazadores diestros.



- ¿El lago que existió en el perímetro del yacimiento es la base desde la que parten todas las hipótesis?

- Sí, es la base de la riqueza de información y de fósiles que hallamos. También de la explicación de la presencia de humanos y de otros animales en sus riberas.



- ¿Podríamos estar ante un yacimiento tan importante como el de Atapuerca?

- Es ya tan importante como el conjunto de Atapuerca y más rico en la época geológica a la que se refiere. Para este período en concreto, los yacimientos de Orce son más ricos en datos. Ambos, además, se complementan al ofrecernos una imagen muy diversa de las capacidades de adaptación humana hace más de un millón de años.

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