Andreu Martín. Foto: Domènec Umbert

Recibe el premio Pepe Carvalho en el marco de Barcelona Negra, festival que arranca hoy

Andreu Martín (Barcelona, 1949) es uno de los narradores más consagrados de nuestra novela negra. En el último recuento que ha hecho de los libros que ha escrito comprobó que eran ya 75 los que había dado a la imprenta. En su obra se mezclan guiones de cine y series de televisión, cómics, obras teatrales y, sobre todo, novelas. Ha tenido especial éxito entre el público juvenil con la saga de su joven detective Flanagan (creado junto con el escritor Jaume Ribera): muchos profesores de instituto exigen la lectura de las andanzas de este personaje en sus programas lectivos. El jurado del Premio Pepe Carvalho ha estimado suficientes todo estos méritos como para concederle el galardón. Lo recibirá este jueves en el marco de Barcelona Negra, festival dedicado al género policíaco, que arranca hoy con la presencia estelar del controvertido juez Garzón en su cartel.



Pregunta.- ¿Se encuentra cómodo en compañía de Rankin, Michael Connelly, P.D James, Mankell y González Ledesma [anteriores galardonados con el Pepe Carvalho]?

Respuesta.- Me siento muy cómodo, desde luego, y muy honrado. Me alegro de que no me lo hayan dado antes, porque así estoy en su magnífica compañía.



P.- ¿Y qué le parece el personaje de Pepe Carvalho?

R.- Es el primer personaje de la novela negra española que caló hondo entre el público y el más internacional. Carvalho ha sido nuestro gran representante fuera y el que más prestigio nos ha dado.



P.- En Olímpicamente muerto, película de la que escribió el guión, colocó a Carvalho frente a Vázquez Montalbán, su creador. ¿Cómo recuerda aquel experimento?

R.- Fue muy divertido. En la película Vázquez Montalbán aparecía contando cómo escribía y su relación con Pepe Carvalho, y llegaban a charlar juntos. Tino Romero, además, ha sido el actor que más se ha acercado al Carvalho que Montalbán tenía en la cabeza: no un galán, sino un tipo orondo, flemático, reflexivo e ingenioso. Aunque muchos lo nieguen, Pepe Carvalho era Vázquez Montalbán.



P.- ¿Y la Barcelona de ahora sigue siendo una buena ciudad para ubicar una trama negra? ¿O ya es demasiado aséptica?

R.- En cualquier sitio donde haya corruptelas y policías persiguiendo delincuentes se puede ambientar una novela negra. Incluso en el campo, en alta mar... Todas las ciudades evolucionan, y Barcelona también lo ha hecho. Ya no es la de Carvalho, pero sigue teniendo su fuerza para la novela negra.



P.- ¿La novela negra le sigue pareciendo víctima de la injusticia cultural del menosprecio?

R.- En los últimos años ese prejuicio se ha ido superando bastante, aunque todavía continúa, en menor medida. Ahora ya no es una de las mayores injusticias culturales -hay otras más graves- pero sí sigue siendo una estupidez por parte de algunas cabezas pensantes.



P.- ¿Y los suecos (o los escandinavos, más genéricamente) son para tanto?

R.- No sé. Según mi propio gusto, la primera novela de la serie de Millennium es excelente, pero las otras dos no me gustaron. Mankell me parece un buen literato, pero no por sus tramas policíacas. Y a los demás no les conozco.



P.- Es un hombre muy al tanto del cine y de series televisivas. ¿Qué le ha parecido la casi unánimemente aclamada The Wire?

R.- Es muy buena, la aplaudo, pero creo que es más un reportaje que una serie. Tiene poco drama, le falta argumento. En ese sentido me decepciona: se tienen todos los medios de la ficción y lo que se hace es un reportaje. Lo que le falta a The Wire es lo que tiene The Shield y sobre todo Broadwalk Empire, de Scorsese. Es una joya.



P.- ¿Si se encuentra con Garzón estos días por el festival, tiene intención de preguntarle alguna cosa?

R.- Iré a su conferencia. Yo callo, escucho y aprendo. Si toca algún tema que me puede servir para mi novela, por supuesto que le preguntaré. Con su experiencia profesional, seguro que me puede dar respuestas muy reveladoras.



P.- Confiesa que no puede parar de escribir. ¿Qué lleva entre manos ahora?

R.- Estoy escribiendo un libro en el que cuento mis costumbres y mis claves a la hora de sentarme a escribir, desde que empecé a hacerlo.



P.- ¿Y cuáles son las que considera fundamentales en su método?

R.- Lo principal es tener la historia. Yo nunca me pongo a contar un chiste si no me sé el final.

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